Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Vivir: ¿Una maravillosa odisea? Vivir: ¿Una maravillosa odisea?

Hoy va de palabras

Nuestro idioma es magnífico, de una increíble riqueza de términos o semántica; es así porque a lo largo de los siglos las personas que lo hablan han ido incorporando nuevas palabras

El director de la RAE, en la presentación del «Diccionario de la lengua española» Española hace unas semanas. EFE/Alberto Martín

La realidad es que el castellano es además importante por los millones de personas que lo hablan en el mundo, y que lo colocan, tras el chino, como el más usado del mundo, lo que nos permite entendernos, compartir o intercambiar con todas esas personas. A su vez, tiene una complejidad grande y aprenderlo no es fácil, tiene muchos artículos, nombres, adjetivos, verbos; y estos con infinitos tiempos: presente, pasado, futuro, etc.. Le decía que no para de crecer porque además incorpora palabras de otros idiomas. Si al principio sus principales proveedores fueron el griego, luego el latín, e incorporó después los números del árabe, hoy día su principal fuente es el inglés. Ud. conoce y usa muchas palabras que hemos importado de él. Le recuerdo algunas: el stop, que sería alto, pero usamos con su escritura inglesa. Otras veces lo hacemos cambiando su grafía así sucede con el fútbol (en vez de football). Y las incorporaciones no cesan, a veces deformando el original como el sillón ball al que son muy aficionados los sedentarios. Están de gran actualidad las cartas o los correos electrónicos, que llamamos emails, o los mensajes, que son whatsapps.. y también los twitters o tuitear... Hay incluso muchas otras palabras que aunque las incorporamos aún no las hemos difundido; ese sería el caso de mindfullness, que equivaldría a meditar o interiorizar, y empieza a difundirse el termino de hipster, que equivaldría a joven de clase media o alta, no convencional, que se cuida mucho, que con frecuencia es barbudo, lleva pantalones tipo pitillo y a veces sus bebidas o comidas son peculiares, naturales o raras. Pero si lo piensa, hace años hablábamos de los hippies y recientemente de los frikis, palabra con la que calificamos a aquellos con vestimentas o comportamientos inusuales. O creamos propias parecidas, por ejemplo guiris, para calificar a extranjeros aquí localizados.

En otras ocasiones, la dificultad en su uso surge porque las palabras tienen más de un sentido. Por ejemplo la palabra envidia, para muchos tiene un doble sentido: uno positivo, que sería una forma indirecta de admiración, y luego tendría otro negativo, que equivaldría a desear mal a otro. Igual sucedería con la palabra compasión, que por un lado sería sentir pena o lastima y por otro querer compartir, sufrir con el otro.

Recuerdo haber leído que una mujer se sintió mal porque un juez había absuelto a un hombre que la llamó zorra, porque según él podía referirse a que era sagaz o lista. La mujer le contestó diciéndole que él era un cerdo, en el sentido o acepción de que en él todo era válido, también le llamó carroñero, según ella en el sentido que se alimentaba de carne de animales a los que se había previamente matado, y se despedía llamando zorras a su madre y esposa, dándoles el mismo sentido que él en la sentencia. Sin duda ardiente puede expresar apasionado o que se está quemando. Así, una palabra tiene varios significados.

En otras ocasiones surgen nuevas palabras, o reviven, se ponen de moda o adquieren nuevos significados. Hace años, pocos sabían lo que era un simpaticotono, esos símbolos que se usan en vez de las palabras cuando se envían mensajes por el móvil y que expresan emociones.

Otras palabras nuevas son más técnicas, son usadas por determinados colectivos. Así sucede con la palabra acidia, que algunos psicólogos hacen equivalente a una cierta forma de pereza espiritual, y otro tanto sucede con procrastinar. Este verbo se refiere a las conductas de muchos que posponen la realización de algo que deben hacer. Cuando el dicho que nos inculcaron en la infancia a los de mi generación era: no dejes para mañana lo que debes hacer hoy. Dicho a la moderna sería: No procrastines. Empatía significa ponerse en la situación del otro, meterse en sus zapatos y ver el mundo como aquel le ve. O resiliencia, que expresa la capacidad de soportar dificultades. Por ejemplo, los que sobrevivieron al campo de concentración de Auschwitz.

No muchos conocen el sentido del término sarcopenia, que usan los médicos y que se refiere a pérdida de masa corporal, es frecuente en los ancianos enfermos o malnutridos. Entonces, sus extremidades son como palos, sólo tienen el hueso y la piel. Otro término cada vez más usado es el de metrosexual. Referido a varones, habitualmente jóvenes que cuidan mucho de su imagen corporal y totalmente en contra de la visión de las generaciones previas que adscribían solo a las mujeres la búsqueda de la belleza y llegando a decir: el hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso. El pueblo llano crea la lengua, nuevas palabras, las usa o las deja morir. Seguro que usted entiende cuando dos jóvenes hablan y dicen que otro es un pijo, que un concierto está guay o que algo les mola, que van de ligue o botellón o que dicen chorradas o paridas.

A veces las palabras son sencillas, pero su significado puede no serlo. Seguro que reconoce realidad y virtual, pero interpretar que es la realidad virtual puede no serlo. Uno vive una realidad virtual cuando está con una máquina, ordenador o cámara que recrea un entorno reconocible, con casas, paisajes, en los que nos sentimos presentes pero que no es real, y debemos actuar en ese contexto. Es clave en muchos juegos, películas, escenarios de televisión, pero también se usa para la rehabilitación de enfermos con daño neurológico: para que se estimulen y progresen moviendo extremidades dañadas, con lo que pueden mejorar su sistema motor sean músculos o nervios, o prestar atención a las imágenes de la pantalla, con lo que además de ello deben ganar velocidad en la respuesta, etc..

Además de las palabras importa mucho el contexto en el que se dicen. Estoy convencido que la misma palabra tiene un sentido distinto según donde se producen. ¿Ud. cree que dichas con acento andaluz en Cádiz la palabra pijo o cabroncete tienen el mismo significado que dichas por un castellano viejo de setenta años en Valladolid?

Disfrute de su idioma, de su riqueza, de sus infinitos matices. Es un lujo a su alcance que le permite contactar, compartir, con millones de personas en todo el mundo. ¡¡Ah!!, y es gratis.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats