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Retratos urbanos

El mejor carrilero de su tiempo

Un cuarto de siglo dándole a la pelota. Sólo jugó un partido en Primera. Cientos en Segunda con el Hércules y Alcoyano.

José Soler Roca, «Rayo» Alicante ( 1939). Casado. Dos hijas Exfutbolista. Lateral derecho Colgó las botas a los 42 años

José Soler Roca nació hace 78 años en un pisito del barrio alicantino de Florida-Portazgo; «Rayo» se hizo futbolista en el campo de tierra prieta de la granada cantera del club Betis Florida. Coincidió con Pertusa y Navarro, entre otros, en sus primeras carreras a los largo de la banda derecha. Veloz como su apodo.

Su padre trabajaba en la fábrica de pan y harinas Magro. Estudió hasta los 14 años en la academia de Don David, cerca de su casa. Pero lo suyo era el fútbol. Pasó por todas las categorías del Betis Florida sin que los mandamases del Hércules se fijaran en un fino y elegante lateral derecho que a los 17 años estampó su firma en el primer equipo de La Vila Joiosa, reclamado por los hermanos Calsita y con Albadalejo como director de una orquesta que disputaba partidos en pequeños campos de arena prensada.

Pronto llegó su oportunidad en casa: fichó por el Hércules que de la Tercera División ascendió a la categoría de plata del balompié. Nueve temporadas residió en los vestuarios del derribado campo de La Viña, en Segunda División, cuya banda derecha surcó partido a partido. Compartió formación con José Juan, con Quetu, con Marquitos, con Paqui, con Arana, con Poyoyo y con Luis Aragonés, entre decenas de futbolistas de la década de los años sesenta. Pudo ser jugador del Real Madrid, pero los despachos andaban perezosos y lo impedieron, pese al interés que en bastantes ocasiones mostró don Santiago Bernabeu.

En la temporada 1965-66 firmó por un club de Primera División: el Elche que, entrenado por Otto Bumbel, tenía un plantel de altísimo nivel: Pazos, Canós, Iborra, Llompart, Lezcano, Lico, Marcial Pina, Vavá y Ángel Romero.

«Rayo» llegó a Altabix con la liga iniciada. Sólo pudo disputar un partido en la élite del fútbol español. Fue ni más ni menos que en San Mamés, en un partido de infierno en el que José Soler Roca resultó gravemente lesionado en un encontronazo con el bilbaíno Fidel Uriarte. Con la espinilla rota, «Rayo» pasó meses en el dique seco por un maldito clavo que penetró en su pierna.

Acabó la temporada. Estamos en 1966. Otto Bumbel se marchó a otear los partidos del Mundial de Fútbol de Londres y dejó una lista al entonces presidente del conjunto ilicitano, Manuel Martínez Valero, de los jugadores que debían seguir. No apareció el nombre de «Rayo». El jugador recibió una buena oferta del Alcoyano, aceptó y se puso a las ordenes de León Lasa, un técnico vasco que logró aquel año el retorno del equipo a la Segunda División. ¡Vaya equipazo! Ros, Rayo, Echevarría, Carrión, Ripoll, Simón, Jesús, Miguel, Lalo, Nicolau... Largas galopadas de Rayo por la derecha. Temple, buenos centros y goles en un plácido El Collao que había conectado con sus futbolistas.

Vivió tres temporadas en Alcoy, alojado en la pensión de Doña Teresita «la de la radio», junto a otros dos alicantinos: Carrión y Navarro. Y regresó a San Mamés en un partido de copa. De nuevo se vio frente a frente a Uriarte: apretón de manos y a jugar.

«Rayo» volvió a casa y se casó con Isabel, su novia, una oficinista vecina del barrio de Ciudad de Asís. Tiene dos hijas. El fútbol corría con más fuerza entre sus venas: jugó cuatro temporadas en el Español de San Vicente, otra en el Santa Pola y otras cuatro en Benidorm, donde llegó a ser lateral derecho y segundo entrenador.

Siempre repeinado, colgó las botas a los 42 años. Volvió a empezar. Se colocó en Gráficas Díaz, una imprenta de la que era propietario Francisco, tío de su esposa, entonces sita en las inmediaciones del cementerio. Ahí trabajó hasta los 67 años, ya con Antonio Fernández Valenzuela como gestor. «Siempre fui un comodín en la imprenta hacía de todo y, además, disfrutaba». Reside con Isabel en San Vicent del Raspeig, disfruta de la familia y pasa buenos ratos jugando a la petanca y alguna comida con exfutbolistas como Escribano, Rosas o José Juan.

Quienes amamos el fútbol sentimos pasión y respeto por el mejor lateral derecho de su tiempo.

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