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«Estar en Europa nos ha permitido crear más empleo»

Elorza es, sin duda, una de las figuras más representativas de España en la UE

«Estar en Europa nos ha permitido crear más empleo»

El diplomático y exrepresentante permanente de España ante la Unión Europea (UE), Javier Elorza, (Madrid, 1945), ingresó en la carrera diplomática en 1971 y ha sido embajador de España en Italia, Rusia, la India o Francia. Es, sin duda, una de las figuras más representativas de España en la UE, donde durante muchos años tuvo un papel protagonista en toda una serie de negociaciones de gran importancia para nuestro país. Elorza ha estado esta semana en Alicante para dar una conferencia sobre la Unión Europea en Casa del Mediterráneo.

¿Está el ciudadano de a pie lejos de las instituciones europeas?

Es una pregunta que siempre se plantea pero que en el caso español no se explica. En el año 1985 España tenía 8.000 euros de renta per cápita, y 30 años después, en 2016, tenía 24.000 euros per cápita. La media de la renta comunitaria bajó con la crisis, pero este dato global también está unido a otros, como el aumento de la población activa hasta los 19 millones de personas hace dos meses que cotizan a la Seguridad Social. Nuestra participación en el sistema europeo ha permitido un aumento de ocho millones de personas más trabajando.

Es decir, que Europa le ha venido bien a España.

Y eso que no estoy hablando de las autovías; del AVE, que es el segundo del mundo después de China; del volumen de exportaciones que con un modesto 13% estamos ya en el 27% del PIB. Es decir; que la economía española ha dado un salto importante. Esto es la Europa real. Luego hay preocupaciones, es cierto, en este sistema faltan muchas cosas, no lo cubre todo. Falta una política económica común más rigurosa, la política social no existe en Bruselas (aunque sí hay directivas y reglamentos de mínimos), no hay un salario mínimo europeo o un sistema de seguridad social.

Quizás no hace falta que la UE entre ahí.

Es cierto. Y hay dirigentes que piensan que entrar ahí hubiera sido un error. Pero en breve va a haber un Consejo Europeo monográfico sobre la Europa social donde se van a debatir estos problemas, porque hay países del Este que han entrado y que tienen unos salarios muy bajos con unas cotizaciones muy bajas que están haciendo una competencia que algunos países de la vieja Europa consideran que es desleal.

Pero mientras todo esto se mueve el ciudadano no percibe de cerca a las instituciones, que es lo sorprendente.

El ciudadano lo que ha percibido es que en el año 2007 llega una crisis de caballo que no viene generada por la UE. Se fragua en Estados Unidos con unas hipotecas basura y con la crisis de Lehman Brothers. Eso se expande a Europa, y la pata de la unión económica es muy débil y no hay medios para luchar contra una onda económica negativa y una recesión galopante. España ve que su renta cae y pierde en términos netos 6 o 7 puntos del PIB, empiezan los altos niveles del paro que llegaron al 27% y un desempleo juvenil que superó el 50%. Eso es algo que no se puede achacar a Europa. A Europa lo que se le puede achacar es por qué no reaccionó a una mayor velocidad. Pero es que no encajaba en la aceptación social de esos países que un contribuyente alemán, por ejemplo, financiara al quiebra de un banco italiano o griego.

¿Reacciona la Unión Europea a tiempo ante las crisis de sus estados miembros?

Es una de las cosas que mejor hace. A veces no se consigue, pero al final casi siempre se encuentra solución.

Una vez se ha tocado suelo con la crisis económica. ¿Qué papel puede jugar España para fortalecerse económicamente?

España ha pasado la crisis de forma paulatina. El gobierno de Rajoy nos puso en la senda del crecimiento, somos el país grande que más crece de la Unión Europea en la actualidad; el país grande que más creación de empleo tiene en estos momentos. Todo el mundo reconoce que la experiencia española es muy buena, y estamos contribuyendo a que Europa se recupere. Pero tenemos que llegar a ser más ágiles y dinámicos. No tenemos esa agilidad porque hay diferencias de concepción económica. Por ejemplo, en Alemania creen que la estabilidad debe primar; en Francia creen que el criterio que funciona como factor clave es el crecimiento, y al final hay que llegar a un acuerdo, que no es fácil porque si hay una percepción de que los países nórdicos tienen que financiar una crisis del sur y el este pues... no funciona. Y ese es el debate que hay hoy en día: qué hacemos para progresar en la unión económica monetaria para que sea un instrumento que nos permita en la próxima crisis, que llegará, hacer frente a ese choque externo.

¿Hasta qué punto puede afectar el Brexit a una provincia tan turística como la de Alicante, donde prácticamente la mitad del turismo que recibe viene del Reino Unido?

Si hay un Brexit las dos partes van a sufrir, aunque ese sufrimiento dependerá del acuerdo que consigamos negociar para el futuro, que es un mandato del Consejo Europeo. Mercancías, mercado, capitales, servicios y personas van a ser reducidas, con lo cual habrá que hacer un acuerdo de relaciones con el Reino Unido teniendo en cuenta tres categorías: si acepta abonar facturas financieras, si acepta las condiciones de residencia de los nacionales suyos en residencia europea y de nacionales de la Unión Europea dentro del territorio británico. El turismo dependerá de la libra respecto al euro pero no únicamente de ello, porque también juegan otros factores. Quizás tenga impacto pero no tiene por qué. Y menos en esta provincia, donde hay muchos ingleses jubilados viviendo aquí, por lo que entran dentro de la primera categoría.

¿Hay temor a que se reactiven los nacionalismos en Europa después del desafío catalán?

Puede haber una burbuja, pero...¿Es que en Cataluña se analizó seriamente lo que pasó en Quebec? Porque si no, no hubieran hecho lo que han hecho porque fue un desastre. Y no voy a hablar más de Cataluña.

España no ha cumplido ni de lejos su compromiso de asumir a 17.000 refugiados sirios. ¿Qué está fallando?

Hay un aluvión de refugiados políticos de las guerras de Siria, Irak y Afganistán y a la Unión Europea, bajo la presión de Meckel y de Juncker, no se le ocurre otra cosa que poner un sistema de cuotas de reparto obligatorio que era a lo que se oponían muchos de los estados miembros, porque si admites políticamente a un refugiado tienes que asumirlo. El problema es ese reparto de cuotas sin que exista un derecho de refugio europeo. Eso provoca situaciones difíciles de restaurar.

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