n Qué gran error, qué inmenso error el mío. Las tradiciones nos enriquecen, nos llenan y marcan nuestras vidas. De hecho, si me paro puedo ver que han poblado mi vida y muchas de ellas la siguen llenando.

Es posible algunas se vayan modificando, o incluso que desaparezcan, eso puede suceder con el Toro de la Vega, los Bous al Carrer o incluso las corridas de toros. Pero otras nacen y vienen para quedarse, podrían servir de ejemplo muchas actividades deportivas de tipo solidario, carreras como la San Silvestre u otras muchas. Yo diría que su fuerza es inmensa.

Lo son claramente en temas gastronómicos, en la llamada cocina tradicional; cada región del país tiene las propias, les recuerdo el pulpo estilo feira, los arroces de Alicante o los espetos de sardinas malagueños. Pero no sólo es que esos platos son típicos, sino que llegan a marcar la forma de comer o su horario, y si no que se lo digan a tomar pinchos o el almorsaret de nuestra tierra. Ello incluye los postres o dulces, y ahí somos reyes en el turrón, los helados, los buñuelos o frutas, algunas en franco crecimiento como puede suceder con la granada, que cada vez alcanza nuevos mercados o el antiguo caqui reconvertido en persimón. Y así en determinadas épocas se cocinan las torrijas, los huesos de santo o el roscón de reyes.

Las tradiciones son tan potentes que algunas nos identifican; si lo piensa, cuando a algunos extranjeros se les habla de nuestra tierra se les viene a la cabeza los toros o el flamenco. Tan es así que las tradiciones han integrado nuestra forma de vestir, cantar o bailar. ¿A que Ud. no relaciona la jota con Galicia, ni la sardana con Murcia, o el sonido de las gaitas con Andalucía., y si con Galicia o Asturias y especialmente Orense?

Comentaba que las tradiciones nos han marcado. En España a los niños se bautizaba, luego hacían la primera comunión, posteriormente se casaban y años después generalmente debían ser enterrados. Y no somos los únicos en tener tradiciones, le recuerdo que en otras culturas a los niños se les circuncida, se les corta el prepucio, y a las mujeres el clítoris. En algunas de ellas son sus padres los que deciden con quién deben casarse, e incluso el precio que debe pagar por ellas el aspirante a marido.

Se suele decir que las tradiciones son muy potentes en el terreno de lo religioso. Recuerdo que de niño había días en los que no podía comerse carne, a excepción eso sí de los que pagaban para obtener lo que se llamaba una bula, que relajaba la limitación. También entonces la mujer debía permanecer unida a su esposo durante toda la vida, se decía que para lo bueno y para lo malo. Ello incluso aunque él la agrediera frecuentemente. También sucedía que a veces ,y si se tenía dinero, se podía solicitar a un tribunal eclesiástico, el de Rota, la anulación del mismo, lo que a veces sucedía incluso a pesar de tener hijos. Podemos considerar la misa como una forma de tradición, pero ya ha sufrido cambios: los sacerdotes ya no la dicen en latín, no llevan tonsura, la dicen mirando a los feligreses, y habitualmente no se ayudan de un monaguillo, que tampoco toca la campanilla. Y ya pocas veces son las campanas las que anuncian su inicio. Finalmente, si viajas por Centroeuropa compruebas que muchas iglesias han cerrado o se dedican a otros fines alejados de la religión. Otras tradiciones como el procesionar imágenes, o incluso realizar el camino de Santiago, sin duda a veces conservan un matiz religioso, pero es menor.

La vida en el mundo rural ha estado llena de muchas tradiciones, inundaban los diferentes trabajos, y las herramientas que se utilizaban en ellos. Posiblemente por ellas los hombres llevamos pantalones y las mujeres faldas, de igual manera que los niños juegan con pistolas y las niñas con muñecas; sin duda ambas están cambiando.

No las minimice, yo le decía que marcan nuestras vidas, y le pongo algunos ejemplos: para el mundo occidental los años se cuentan a partir del cero, que es el que se considera que fue cuando nació Jesús, el Dios de los católicos, en Belén. Para muchos árabes ese inicio surge en el año 622, que es en el momento en que su profeta, Mahoma, viajó de la Meca a Medina. En otro terreno nuestra vida se llena de aniversarios, basados en lo anterior, y nombres que se celebran en los días en que la iglesia católica festeja el de un Santo o particular, así Inmaculada lo celebra el 9 de diciembre y José el diecinueve de marzo.

Muchas tradiciones son muy alegres, y me vienen a la cabeza los carnavales de Cádiz o de Canarias. Otras, manifiestamente eliminables, como podrían ser el Toro de la Vega, los bous embolats o arrancar el cuello a los patos.

Les decía que permanentemente están naciendo otras; hemos importado las celebraciones de Halloween, y creo que han venido con fuerza.. Lo cierto es que están ahí y tenemos muchas.¡Disfrute las buenas!