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Un kiosko de turrón para el mundo

Regenta desde hace tres décadas un kiosco de venta de turrones que su abuelo abrió junto al Mercado Central de Alicante hace casi un siglo

Turrones Artesanales Esteban Candela Espí es una empresa dedicada a la fabricación de dulces desde 1890. Se muestra al público desde un kiosco situado en pleno centro de Alicante, pegado al Mercado Central. Al frente del negocio está Esteban Candela Espí, que lleva más de treinta años metido en un tenderete de poco más de ocho metros cuadrados desde primeras horas de la mañana hasta el anochecer. Sólo descansa los domingos y en pocas fiestas de guardar. Está rodeado de turrones de todas las variedades, de mazapanes, de yemas, de polvorones, de tortas y por un sinfín de artículos perfectamente elaborados en una cooperativa de Xixona con las fórmulas que su abuelo, Victoriano, ideó y que andan guardadas a buen recaudo.

Esteban es la tercera generación del clan. Su hermano también se dedica a la elaboración de turrones, pero por su cuenta. A sus 47 años, continúa regentando la empresa, fundada por su abuelo Victoriano Candela, y cuyos cuatro hijos (Victoriano, Ismael, Alfredo y Rodolfo) también siguieron sus pasos y que más tarde heredaron, sin pausas, sus nietos.

Esteban está metido en un kiosco casi centenario: su abuelo lo inauguró en 1921. Ha resistido casi un siglo de glorias y penalidades; entre bonanzas económicas y severas crisis; entre fríos, tormentas y calores. Empezó ayudando a sus padres siendo niño. Pronto abandonó la escuela y se dedicó por completo y con esmero al negocio familiar, que no es poco.

Para garantizar la calidad suprema de los turrones, la fabricación se realiza con la mejor materia prima del sector: almendra marcona seleccionada y miel natural de romero. El proceso es artesanal con fórmulas heredadas de sus antepasados y con métodos de trabajo tradicionales.

Se siente satisfecho con la marcha del negocio. Con variopinta clientela entre sus vecinos alicantinos, el puesto de Turrones Candela Espí también es frecuentado por turistas nacionales y extranjeros que se pasean por Alicante. Los cruceros, según dice, han aumentado las ventas en los últimos años, así como la afluencia de compradores en el Mercado Central, especialmente los sábados.

De lunes a sábado; mañana y tarde. Ahí está Esteban, dispuesto a vender una galleta, una pastilla de turrón o hacer un gran paquete de dulces para un viajante. Los mejores meses, según dice, son los cercanos a las celebraciones de la Navidad y, curiosamente, en agosto, por el notable incremento de turistas y trotamundos.

Para los amantes del turrón, la empresa cuenta con una página web para enviar sus confituras y almendrados a cualquier De joven trabajó como aprendiz en la fábrica de su abuelo y en El Almendro. Aprendió el proceso artesano: desde cómo elegir la mejor almendra y miel hasta la presentación al consumidor.

Un turronero dentro de un kiosco.

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