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«Hay que saber difundir bien las ideas para que sean rentables»

La neoyorquina es una de las fundadoras de la revista Granta en español, reconocida publicación de narrativa

¿En qué consistirá la jornada Aquae Talent Hub?

Es una jornada que vamos a dedicar a la innovación cultural. Nos centraremos en la parte humana para crear complicidades, redes y empatías. La mejor forma de llegar a todo esto es a través de la narrativa. Es algo que saben los científicos, los grandes de la mercadotecnia, los diseñadores? Si utilizas una ecuación matemática o un gráfico de datos, estás aportando información. Pero, si quieres llegar a sentir o que la gente se involucre, tienes que contar una historia.

¿Cómo definiría el concepto de innovación cultural?

En primer lugar, hay que definir de qué cultura se habla: folclore o refinamiento del alma. En este caso específico lo entendemos como la forma del ser humano de utilizar la imaginación para expresar su existencia a lo largo del tiempo. La cultura va cambiando con el paso de los años. En la modernidad, tenemos que estar al tanto de los cambios para expresarnos de una forma crítica y crear comunidad. La cultura no puede existir en el vacío.

En los tiempos que vivimos, ¿toca innovar más que nunca?

Sí, no nos queda otra. Es difícil porque las personas tendemos al conservadurismo y es complicado acuñar nuevas ideas. Hay que innovar para seguir expresándonos a través de las artes clásicas, el teatro, la literatura? Tenemos que ir de lo que hay a lo que puede ser, dar ese salto. Para ello, es fundamental la imaginación y la creación. Muchas veces pasa por lo condicional, influye la suerte, el riesgo o el miedo al fracaso.

¿Cómo se puede conjugar la cultura con el negocio?

Ahora es muy difícil, pero no siempre ha sido igual. Hay que saber difundir bien las ideas para que sean rentables. Y tenemos que conocer qué demanda la sociedad para que los nuevos productos culturales también lo sean. El mercado del arte, por ejemplo, es muy lucrativo. La cultura, de todos modos, necesita su tiempo para tener valor, cualquier artista lo sabe.

Usted es buena conocedora del panorama editorial español por su trayectoria, ¿cuál es su opinión sobre él?

Los años del rock and roll han pasado. Ahora estamos en otra época, en el mundo digital. Hay muchas más opciones de ocio y los libros compiten con una infinidad de negocios. Siempre van a ser capaces de aportarnos experiencias nuevas. Casi todo el mundo que ve una película basada en un libro piensa que el libro es mejor. Ver con los ojos interiores y crear una historia es fascinante. El cine es autoritario, nos lo da todo hecho

También conoce de primera mano el estado por el que atraviesan los medios nacionales?

Los medios también viven la crisis de los cambios al mundo digital. Estos procesos pueden ser buenos o malos. En España hay buenos medios y periodistas brillantes y el periodismo tiene mucho futuro. Es importante que las direcciones de los periódicos protejan a los periodistas que se dedican a escribir historias incómodas. Es la única forma de encontrar la verdad. Con la crítica literaria pasa lo mismo porque la mayoría de ellas se quedan en meras reseñas.

¿El periodismo crece en importancia en momentos como el que vive Cataluña?

Es un momento clave y los periodistas pueden marcar una diferencia grande en la forma en la que se transmite la situación al conjunto de la población. Hay que tener coraje y posicionarse bien para explicar la situación que se está viviendo hoy en día en Cataluña. Mucha gente no entiende nada por culpa de la retórica política, todo está codificado. Llevo muchos años viviendo en España y puedo ver el conflicto con buena perspectiva. Me da mucha pena que haya tantos fallos de comunicación.

¿Cuál es su posición ante el conflicto que hay en Cataluña?

Los catalanes son más similares a los españoles de lo que se creen. Para el mundo que más conozco, el editorial, la independencia de Cataluña sería una tragedia. El Grupo Planeta ya ha anunciado que se irá si esto sucede. Barcelona es una ciudad fundamental para la cultura del libro y que se pierda allí el idioma español supondría un drama. Como los ánimos están tan caldeados, no se piensa en estas cosas. Así que es importante que el periodismo español y el catalán demuestren ahora su calidad.

Dicen de usted que es una enamorada del español, ¿a qué se debe esta pasión por un idioma que no es el suyo?

Es uno de los aspectos más curiosos de mi vida porque no tengo familia que sea castellanoparlante. Es una corazonada que se ha dado y no entiendo muy bien el porqué. Imagino que las lecturas que hacemos cuando somos pequeños tienen un gran impacto en nosotros. Leía a Borges cuando era demasiado joven para entenderlo, y también a García Márquez. Los leía en inglés pero algo de ellos se quedó en mi alma. Cuanto más he estudiado, leído y viajado, más me he enamorado del idioma.

¿Existe una buena conexión, a nivel cultural, entre el mundo hispano y el anglosajón?

En ese campo he intentado aportar todo lo que he podido. A finales de los 80, principios de los 90, la gente con la que hablaba del mundo del libro me decía que el español estaba pasado de moda, que poco quedaba del boom de García Márquez y Vargas Llosa. Parecía que había una decadencia. Afortunadamente, se han tendido puentes con la literatura española y la relación vuelve a ser fluida.

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