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«Daesh está financiado por multimillonarios pérsicos»

«Daesh está financiado por multimillonarios pérsicos»

Fundador y presidente de Al Fanar, una institución sin ánimo de lucro creada en 2002 para promover el conocimiento del mundo árabe, Pedro Rojo (Madrid, 1973) habla para Epipress del terrorismo yihadista, que acaba de dejar su huella macabra en los atentados de Barcelona, con el conocimiento adquirido durante más de 20 años de vivencias en países como Egipto, Siria, Marruecos o Jordania. Con sede en Madrid y delegaciones en Rabat, El Cairo y Amán, Al Fanar pretende estimular la cooperación académica, cultural, económica y social occidental con el mundo árabe. Volcado en la traducción de textos arábigos, Rojo tacha de «barbaridad» el plan de detección del radicalismo impulsado por la Generalitat catalana y denuncia que la islamofobia ha aumentado en España un 1.200 por ciento en los últimos dos años a pesar de que son precisamente los musulmanes los principales damnificados de la sangrienta estrategia de los más fanáticos.

¿Qué conclusión cree usted que ha extraído el islamismo radical de la manifestación contra el terrorismo de Barcelona celebrada bajo el lema «No tenemos miedo»?

El mensaje es valiente pero lo preocupante es el odio que consigue crear y la sensación de enfrentamiento que provoca en la sociedad. No debemos de tener miedo pero si se nos cuela el sentimiento de odio les estamos haciendo el juego a los terroristas.

¿Tiene algún significado especial para los terroristas y sus inductores la división surgida entre los manifestantes de Barcelona con los independentistas y anticapitalistas culpando al Rey y al Gobierno de España de los atentados por sus relaciones con las monarquías pérsicas?

Eso es hilar demasiado fino. Ellos buscan el enfrentamiento en la sociedad y favorecen un caldo de cultivo para la captación de jóvenes musulmanes para sumarlos a su guerra.

¿Cómo es el proceso de manipulación mental para convencer a jóvenes musulmanes nacidos en Occidente, donde disfrutan de las ventajas del Estado del Bienestar, de que deben convertirse en mártires para acabar con una sociedad corrompida?

Es un proceso complejo. El Daesh usa la victimización del Islam y al mismo tiempo ensalza lo que considera sus victorias a través de los atentados. Se muestran como los únicos combatientes que luchan por el Islam sin ataduras y se fijan en jóvenes que aún no tienen una identidad forjada. El proceso tiene que ser muy rápido porque sus proclamas hacen agua por todos los lados. Es una radicalización exprés que impide a los jóvenes pararse a pensar y darse cuenta de que hay cosas que no cuadran en ese discurso de barbarie.

¿Tan difícil es controlar la labor intoxicadora de ciertos imanes en algunas mezquitas españolas?

El imán de Ripoll no captó a los jóvenes en una mezquita. Lo que no se entiende es que la mayoría de los imanes de España no hablen español ni sepan cuál es la realidad española.

¿Hasta qué punto los jóvenes de Ripoll se sentían humillados por su entorno?

A esas edades todos nos sentimos confundidos. Solo hace falta que te topes con alguien de las características del imán para que estalle la barbarie. Es importantísimo crear una sociedad de jóvenes críticos para combatir esta amenaza o la de las drogas.

¿Cómo es el proceso de la invitación al martirio?

En el proceso de radicalización se van subiendo peldaños de la escalera del terrorismo definida por Moghaddam. Se centra en el victimismo y en la sensación de victoria hasta que ven que los chicos están listos para pasar a la acción.

Arabia Saudí y Qatar se culpan mutuamente de financiar a estos grupos terroristas relacionados con el salafismo. ¿Quién está realmente detrás de todo esto?

Ni Arabia Saudí ni Qatar financian como estados al Daesh. Son hombres muy ricos de esos países los que lo hacen al estar cansados del doble juego que se traen sus gobernantes que apoyan a ciertos grupos radicales pero siempre bajo la supervisión de Estados Unidos. Esos multimillonarios ven en el Daesh a un grupo que se salta esas reglas y va a una confrontación a muerte.

¿Qué lectura hacen los yihadistas radicales del baile en Tierra Santa del presidente norteamericano Donald Trump con dirigentes saudíes, supuestos financiadores del terrorismo islamista que destruyó las Torres Gemelas de Nueva York, tras venderles un buen lote de armamento?

Ese baile es la escenificación más patética de esa connivencia entre Estados Unidos y el resto de Occidente con las monarquías pérsicas. Para el Daesh, el gobierno saudí es hereje y además baila con la personificación del diablo en territorio sagrado, en la tierra de los guardianes del Islam.

¿Por qué cree que los yihadistas han elegido Barcelona en esta ocasión para actuar en nombre del Estado Islámico (ISIS)?

Porque tenían la posibilidad de hacerlo y porque sabían que el impacto iba a ser máximo por ser una ciudad que visita gente de todo el mundo. Querían transmitir ese mensaje de victoria.

¿Cómo hay que tomar la amenaza de El Cordobés Ahram Pérez, que en nombre del Estado Islámico reclama Al Andalus?

Esa retórica de recuperar Al Andalus forma parte del folklore histórico de los más radicales pero en general los musulmanes ven Al Andalus con la nostalgia de la época dorada del imperio islámico. No piensan en recuperarlo.

Hábleme de la secta Tafkir Wal Hijira, esa corriente salafista que practica las costumbres occidentales para pasar desapercibida y a la que supuestamente pertenecen los terroristas de Ripoll.

No son solo salafistas ni todos los terroristas vienen del salafismo. Lo que les dicen es que tienen que mostrarse como malos musulmanes para no ser detectados y ocultar sus virtudes para no ser perseguidos. Esto lo hacían ya los chiítas para evitar a los suníes.

La Generalitat tiene en vigor un plan de detección de la radicalización islamista en las escuelas para que los profesores lo denuncien a los Mossos. ¿Qué le parece ese plan?

Es una barbaridad que pervierte un entorno que debería de ser de acogida y de transmisión de valores para convertirlo en un lugar de vigilancia y sospecha generalizada entre unos muchachos que se están formando como personas. En Inglaterra ya fracasó el Plan Prevent, que tenía un objetivo similar.

¿Tiene hoy el llamado Estado Islámico una dirección que coordina las acciones terroristas o son los imanes los que actúan por su cuenta dónde y cuándo pueden?

El Estado Islámico coordina acciones complejas y orquestadas como la de Barcelona y después están los que actúan por su cuenta a imagen y semejanza de lo que creen que quiere el Estado Islámico para dar sentido a sus vidas.

El caso es que la islamofobia se dispara, según ustedes.

La islamofobia ha aumentado un 1.200 por ciento en los últimos dos años. Se da una visión muy negativa de los musulmanes en todos los ámbitos.

Pero debería ser el propio Islam quien desacredite de forma contundente los actos terroristas que se realizan en nombre del Corán.

La mayoría de los musulmanes condena los atentados desde el primer momento. Ellos son los primeros damnificados de esas acciones criminales. Los musulmanes sí que tienen miedo.

¿Cómo está funcionando en España el Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra la Radicalismo?

La seguridad es necesaria pero echo en falta un programa más ambicioso para combatir el yihadismo. Se ha visto que solo la seguridad no acaba con esto y además ellos se sienten poderosos al ver que nuestras ciudades están llenas de policía. Tenemos que ser coherentes con nuestros valores. No podemos defender la democracia para nosotros y apoyar a regímenes que matan a sus ciudadanos.

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