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El discurso

El discurso

Españoles, buenas noches a todos.

Soy Mariano Rajoy.

Y me dirijo a ustedes para comunicarles una excelente noticia: gracias a la gestión de mi gobierno, modestamente, la crisis ya es historia.

Así que, igual que cuando llegamos al gobierno les anuncié una subida de impuestos ante la que hubo división de opiniones ?unos de acordaron de mi padre y otros se ciscaron en mi mamá?, ahora les avanzo una serie de medidas que creo les van a resultar algo más amables.

Les comunico que hemos llegado a acuerdos con los demás partidos ?excluidos esos que ustedes ya saben; esos, sí? que se resumen en una serie de medidas que vamos a ir adoptando de inmediato:

Uno. El Senado se va a tomar viento. A esos santos varones que tanto velaban por España les vamos a dejar hacer a partir de ahora lo que realmente les gusta: ir a revisar las obras. Y con un maravilloso subsidio de desempleo hasta que encuentren trabajo de verdad. Ellos lo sabrán agradecer.

Punto segundo. Liquidamos todas las instituciones inútiles. Por favor, señores, señoras y LGTB, contengan las carcajadas, un respeto que estoy hablando. Sí, se cierran las diputaciones, 84.320 empresas públicas absolutamente inútiles, 314 empresas con alguna utilidad y todo aquello que huela a duplicidad administrativa: 53% de la administración del Estado y las autonomías.

Tres. Precisamente las autonomías? Ay, las autonomías? Vamos a hacer un cambio constitucional para que queden reducidas a unos consejos consultivos en materia lingüística, histórica y de descentralización administrativa. Y van a ser integradas por cuatro consejeros y la tía María la Sorda. Presupuesto: cien mil euritos al año? ¡entre todas! Se han acabado parlamentos, defensores del pueblo, embajadas, conselleres y la madre que los parió.

Punto cuarto. Este les va a gustar: se suprime el término, el concepto y hasta la palabra «asesor». En España a partir de ahora está prohibido mentar ese vocablo. No existen, ¿lo oyen? N-O E-X-I-S-T-E-N. Así que el concejal que necesite una cosadeesasqueyanoexiste se va directamente a la calle y es relevado por esa cosa. ¿Comprendido?

Quinto. Coches oficiales. ¿Perdón? ¿Acaso alguna vez en España existieron objetos motorizados cuya adquisición, combustible y conductor corría a costa de los contribuyentes pero el disfrute ?enmascarado en ímprobos esfuerzos? era privativo de aquellos antes llamados políticos? Francamente lo pongo en duda, pero si insisten, estoy dispuesto a aceptar que húbolos, aunque he de decirles que acaban de ser declarados objetos propios de una prehistoria política tan vergonzante como irrecuperable. Eso sí, los concejales, alcaldes, secretarios de Estado, ministros y demás personal servidor de los ciudadanos podrá utilizar taxis cuando sea imprescindible para su labor profesional y por alguna razón de fuerza mayor no pueda usar su coche particular o su bicicleta. Hemos preservado once coches en toda España por si se presenta algún compromiso? Por si viene la reina de Inglaterra, el rey de Nepal o el Papa Paco. Si se diera el caso de que viniera el presidente Trump no hay problema, él se conforma con ir en metro.

Sexto. Sabía que estaban esperando esto: corrupción, putrefacción o podredumbre. Saben que yo soy un adalid en la lucha contra eso. ?A ver, expulsen de la sala a las once últimas filas, si es que pueden salir caminando por su propio pie; si no esperen a que se les pase el ataque de risa.? Decía medidas anticorrupción: se han acabado los gastos de los partidos: no más mítines, no más gastos superfluos. Un interventor del Estado, llamado don Estricto Rácanez, va a fiscalizar hasta el último euro que entra y sale de sus arcas. Las comisiones que se cuelen por debajo de la puerta van a considerarse delitus máximus, penadas con la pena de «Restitutio integrum o pudrius in chironus»; es decir: si no devuelves la tela te mueres en el chabolo. ¿Así mejor?

En fin, españoles, ciudadanos y contribuyentes en general, confío en que estas medidas les conforten y les devuelvan la confianza en su gobierno, en sus instituciones y en los políticos en

Solo me queda despedirme deseándoles feliz año 2118.

?JC, ¡por favor! Que en el discurso que le has preparado a Rajoy te has equivocado al final.

?No, Pa, me temo que no. ¡El final es en lo único que he acertado!

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