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Los niños y el alcohol

Estoy preocupado, Pa. -¡Vaya novedad, JC! Te pasas preocupado la mayor parte de los milenios. Y seguro que será por los humanos.

Los niños y el alcohol

-Me lees el pensamiento.

-¡Desde luego!

-Es que son tan desvalidos.

-Ya estoy un poco cansado de eso. Tan desvalidos? Desvalidos son las crías de unicornio dorado en la estepa de Betelgeuse, los pegasos hermafroditas que nacen en Rigel, que han de estar hasta los treinta años con los padres? ¿pero los humanos?

-Pues sí, Pa. Tú es que les tienes manía.

-¿Manía yo? ¿Solo porque te envié allá abajo a arreglar aquel carajal y te crucificaron? ¿Manía porque se hayan inventado más dioses que farolas para hacernos la competencia? ¿O porque no se les ocurra una buena, la última elegir de líder del mundo al tal Trump?

-Has de ser comprensivo, Pa.

-Comprensivo soy. Pero no idiota. Y mi legendaria paciencia se va agotando. Se está rifando un diluvio?

-No, Pa? no? Diluvio no.

-Pues a ver cómo arreglamos la que están montado allá abajo otra vez.

-Podemos llamar a Trump, de hecho ya le queda poco. Y enviar para abajo otra vez a Churchill, John Kennedy, Teresa de Calcuta, Gandhi, Vicente Ferrer, Martin Luther King y Camarón de la Isla.

-Eso es hacer trampa, deberías saberlo.

-Lo sé? pero como no sea con trampas, no sé cómo vamos a arreglar los problemas de los humanos. Fíjate en este: al menos 5.000 menores fueron atendidos por abuso de alcohol en urgencias en 2015 en España. El 22% de los menores se ha emborrachado el último mes, mientras que el 57% ha hecho botellón el último año.

-¡Carape! Eso sí que es un problema. Y más porque afecta a los chicos, precisamente en la fase más importante de su desarrollo. ¿Se te ocurre cómo resolverlo?

-A mí no. Porque en mis tiempo no había botellones ni papelinas. Pero he estado investigando y he encontrado un modelo que ha funcionado en Islandia, y que podría introducirse en España.

-¿Is? lan? dia?

-Sí, una isla helada en Casadiosjistán. En Islandia el 48% de los adolescentes abusaban del alcohol. Ahora son solo el 5%. El consumo de cannabis ha pasado del 17% al 7 %, y el tabaquismo ha caído del 23% al 3%. De tener la población joven con más riesgos de Europa, Islandia puede presumir ahora de los adolescentes más saludables.

-¿Y cómo han conseguido semejante proeza? Cuenta, cuenta?

-Pues verás. Todo comenzó con una tesis escrita por el profesor Harvey Milkman, que demostraba que el consumo de alcohol y estupefacientes está relacionado con la predisposición al estrés de algunas personas. La manera de luchar contra ese estrés determina incluso las sustancias que se consumen: las anfetaminas son la opción preferida entre quienes se enfrentan abiertamente al problema, la heroína es la opción predilecta entre quienes prefieren escapar.

Se estimuló la cooperación entre institutos y padres, se promulgaron leyes con importantes prohibiciones, se instauraron toques de queda y se promovió una medida no exenta de polémica: «bombardear» a los muchachos con actividades extraescolares que llenaran su tiempo.

-¿Ocuparlos, quieres decir?

-Sí. Porque se demostró que los chicos que practicaban deportes, acudían a cursos y tenían buena relación con sus padres consumían menos drogas y alcohol.

-¡Eso ya lo sabíamos nosotros!

-Ya, pero los humanos lo han de conocer a través de encuestas. La revelación no les sirve. Ellos son así.

-Continúa.

-La primera medida del plan fue establecer toques de queda para adolescentes de entre 13 y 16 años antes de las 10 de la noche en invierno y de la medianoche en verano. Se obligaba así a los chicos a pasar más tiempo en casa con sus familias, aunque prevaleciera, incluso, la cantidad de horas frente a la calidad de la convivencia. Esto se acompañó de la eliminación de publicidad de alcohol y cigarrillos en todas sus manifestaciones y de muy estrictas prohibiciones en la venta de tabaco y bebidas alcohólicas incluso hasta los veinte años.

-¡Bien por los islandeses!

-El segundo punto fue la introducción de actividades extraescolares de manera masiva: desde las deportivas hasta las artísticas, con el fin de que estuvieran juntos y garantizarles un bienestar físico y psicológico. El objetivo de estas actividades era que cubrieran las mismas necesidades que los muchachos buscaban en sus reuniones alrededor de las drogas y el alcohol; no les dijeron a los chicos: «Estáis haciendo una terapia», les dijeron «Os enseñaremos lo que vosotros queréis».

-Inteligente, seguramente estas actividades dieran a los chicos lo que necesitaban para enfrentarse mejor a la vida.

-Así debió ser. ¿Y tú crees que eso en España tendría éxito? ¿Con las diferencias de clima y de carácter entre los españoles y los islandeses?

-Pues francamente no lo sé, Pa. Quizá haya que cambiar algo, pero ¿por qué no imitar la esencia de lo que ha demostrado funcionar? Lo que es un crimen es se-Eso es cierto.

-Así que si he de bajar yo mismo a implantar las actividades y el toque de queda me voy para abajo ahora mismo.

-Pues ya estás tardando. Y recuerda? el plan B.

-¿Plan B?

-Sí. ¡B de Diluvio!

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