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Un chiringuito de trileros

Un chiringuito de trileros

6 LunesCurso de colisión

La BBC describe hoy el enfrentamiento entre Rajoy y Mas como «game of political chicken», dos conductores que se dirigen hacia el contrario y en el que el primero que se desvía de la trayectoria del choque pierde y queda humillado por comportarse como una gallina («chicken»). Sin embargo, Mas y las coacusadas de desobediencia han recurrido a otras imágenes dramáticas durante la primera sesión del juicio. Consciente de que el acto no era la proclamación del II Reich en el salón de los espejos de Versalles, una fantasía ya descartada, ni tan siquiera una secuela del «caso Dreyfuss», Mas ha optado por el heroico «yo soy Espartaco» de Kubrick. Su exvicepresidenta ha debido de recordar entonces la película y ha redondeado la escena con «todos fueron Espartaco», endosando la responsabilidad del referéndum a los voluntarios de bocadillo y barretina. Esto era como adjudicar el capricho de las pirámides a la cuadrilla de albañiles y no al faraón y sus sacerdotes, con lo que el fogonazo teatral de un Espartaco con cuentas en Liechtenstein, una subordinada funcionalmente analfabeta y una legión de secuaces ignorantes de su protagonismo ha terminado siendo cómico a su pesar.

7 MartesPara nota

Uno de los momentos más desconcertantes de la sesión de ayer se produjo cuando el abogado de la exvicepresidenta le preguntó si tenía estudios. «No soy licenciada en nada», contestó ufana la buena mujer y quedó claro que se pretendía sugerir su incapacidad para comprender los requerimientos del TC. Como estrategia de defensa era chocante por decir lo menos y por otra parte es un misterio insondable por qué el abogado cree que la ausencia de expediente académico inhabilita para leer notificaciones judiciales pero no para vicepresidir un gobierno autonómico. Olvidé el asunto hasta que esta mañana el abogado ha reiterado su pregunta a uno de los testigos, un inspector educativo que captó la chapuza desde el pitido inicial. Imaginen su extrañeza cuando ha contestado al defensor que era licenciado en matemáticas aunque tenía conocimientos jurídicos y éste ha respirado satisfecho. Era el momento para sufrir un ataque de hastío: «prohibir un acto» sólo puede significar que el acto ha sido prohibido, como bien saben el presidente de la Academia de Jurisprudencia y su porquero con el graduado escolar.

8 MiércolesLlamada perdida

Los malentendidos provocados por una traducción errónea han embrollado durante siglos las cumbres internacionales, como cuando el presidente Carter dijo en Varsovia «dejé los Estados Unidos esta mañana» y el intérprete tradujo al polaco «he dejado los Estados Unidos para no volver nunca». Ahora bien, no hay precedentes de que una conversación entre estadistas se convierta en la adaptación telefónica de «Rashomon», la película de Kurosawa en la que cuatro personajes dan otras tantas versiones del mismo crimen sin que el espectador sepa cuál es la verdadera incluso después de los títulos de crédito. Es lo que ha ocurrido entre Trump y Rajoy. Según Moncloa, hablaron de la balanza comercial, Oriente Medio y la mediación de España en América Latina; según la Casa Blanca, Trump presentó la factura de la OTAN y deseó buenas noches a Rajoy. Imagino a un aterrorizado traductor en Washington y a otro melancólico en Madrid traduciendo respectivamente «God bless America» y el estribillo de la copla: «Somos como dos barquitos que se cruzan por la mar y adiós con el pañuelito nos decimos al pasar».

9 JuevesLa secta

Es tentador, aunque poco original, comparar el zafarrancho en Podemos con «Juego de tronos», que al fin y al cabo es la serie preferida de Pablo Iglesias. Lamento no compartir esta afición y por ello ignoro si el arte imita a la naturaleza o a la inversa. Un análisis elogioso resaltaría el debate entre partidarios de la fidelidad a los orígenes ideológicos y quienes proponen una evolución; un análisis profano descartaría el choque de principios en favor de una reyerta entre facciones por el control de la organización. Sea como fuere, es evidente que cuanto más insisten los afectados en lo primero, tanto más dan la impresión de lo segundo. El observador errante debe guiarse entonces por indicios desperdigados en cualquiera de esas tertulias que últimamente parecen un servidor de internet saturado por los tuits de Errejón e Iglesias. La terapia adoptada por la mayoría es invitar a Monedero para que ilumine la coyuntura, pero éste siempre consigue oscurecerla una rendija más. Ayer le preguntaron si el perdedor tendría que marcharse y su respuesta fue que no compartía esa dialéctica judeo-cristiana. Pues eso: Jesús.

10 ViernesDinastías

El único antídoto contra la corrupción son leyes eficaces y jueces severos, algo anómalo por mero hábito histórico. La sentencia del «caso Gürtel» llama la atención por la solitaria condena de Milagrosa Martínez como representante del gremio político y por el paradero desconocido del botín. Tal vez la ex-consejera haya sido una loba solitaria o la más torpe del cártel; tal vez los compinches han dilapidado las mordidas o las han ocultado inútilmente, como los prófugos que no pueden asomar la cabeza de su escondrijo. Pero lo más probable es que dentro de tres o cuatro años todos recuperen la libertad y regresen al «modus vivendi» ampuloso que los caracterizó en los días de vino y rosas. Desde luego va a tener más calado el juicio sobre la financiación irregular del PP. «Gürtel» no dejó de ser un chiringuito de trileros con algunos cooperadores necesarios en los boletines oficiales; en cambio, la financiación del PP disecciona nuestra deforme espina dorsal desde que alguien comprendió que era más rentable comprar a un político que intentar ser ministro.

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