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Las llaves del polvorín

Las llaves del polvorín

Existe un contraste llamativo entre la gravedad de las acusaciones al «clan Pujol» y la deferencia cautelar que los tribunales están mostrando. Hay docenas de presos preventivos por asaltar corrales de gallinas pintas, mientras que los Pujol están siendo investigados por todo un complejo avícola domiciliado en Andorra sin consecuencias como la retirada del pasaporte. La explicación ortodoxa es que las pesquisas han suministrado más conjeturas que indicios y ningún juez salvo Garzón es propenso a los bochornos sumariales; la heterodoxa tiene que ver con la imagen de la familia Pujol siendo aclamada como mártir colectivo a las puertas del juzgado sobre un océano de «esteladas». Sin embargo, las portadas madrileñas han sugerido este fin de semana que algunos negocios del rey emérito tampoco pasarían la prueba de la ejemplaridad y se harían públicos si empeora la situación procesal de los Pujol. El rey emérito es el suegro de Urdangarín y resultaría casi cómico que, tras haber convertido a Bárbara Rey en «bien de Estado», se confirmara que en España hay clanes con abolengo y mangantes sin pedigrí.

Los laboristas británicos eligieron a Corbyn, que encarnaba el regreso a los orígenes ideológicos del partido aunque garantizaba la derrota electoral para estupefacto alivio de un Cameron casi amortizado; hace unos días, los socialistas franceses también han optado por la pureza eligiendo a un izquierdista convencional en perjuicio del moderado Valls, lo que probablemente implica que el candidato ni siquiera alcanzará la segunda vuelta de las presidenciales. Por su parte, el PSOE ha iniciado como los reos reincidentes un nuevo proceso de primarias al que concurre un antiguo secretario general que hizo buenos los catastróficos resultados de Rubalcaba, perseveró hasta empeorar los propios unos meses después y pretendía insistir hasta que el único diputado electo del partido fuera él mismo. Es tenebrosa la imagen de una calamidad pública que hace campaña disfrazada de Robin Hood y puede ganar las primarias convirtiendo a Susana Díaz en otro de esos políticos que una vez tuvieron mucho futuro. Y es que Sánchez cuenta con el apoyo de la militancia y de Rajoy, un improbable Cameron que no convoca referéndums porque los carga el diablo y sueña con disolver anticipadamente si el PSOE decide suicidarse por coherencia ética.

1 miércoles

Mientras espero mi turno en la ventanilla del banco con la ingenua esperanza de abandonarlo con más dinero que cuando entré, ojeo un boletín informativo de fondos de inversión. Bajo el epígrafe «Claves económicas del mes» se enumeran exclusivamente seis hechos relacionados con Trump, desde la apreciación del dólar y la libra hasta el retroceso de las bolsas de América Latina. La lista no incluye el decreto sobre inmigración que incumbe a siete países musulmanes y rompe con una supuesta tradición de acogida de Estados Unidos. Además de violar la Constitución y media docena de tratados, Trump ha estigmatizado a los nacionales de siete países a pesar de que ninguno de los terroristas abatidos o capturados en los últimos meses tenía pasaporte de uno de ellos. Más que un mecanismo histérico de autoprotección, es una bobada integral: como esos países ya no pueden manufacturar terroristas con destino a Estados Unidos y es seguro que otros los sustituirán, habrá que ampliar el censo de apestados en cuanto explote la primera bomba de la era Trump. Van a ser cuatro años muy largos.

2 jueves

El pasteleo puede acarrear tantas penurias como la intransigencia: cuando tardíamente se asume que la contraparte no está interesada en el apaciguamiento, la reacción siempre parece excesiva y embronca el litigio hasta la fisión social, verbigracia Espartero bombardeando Barcelona o Rajoy aplicando el 155 de la Constitución. Esta mañana, la Guardia Civil ha detenido a dos colaboradores de Mas (no, ninguno se apellida Pujol). Mas va a ser juzgado por tramar un golpe de Estado, en lengua vernácula «procés», y sus compinches han sido detenidos esencialmente por extorsionadores. El juez que ha autorizado la redada no pertenece indudablemente al grupo de trescientos colegas que trabajan en secreto por la secesión según Santiago Vidal, el senador de Esquerra que habló más de la cuenta y ha sido recluido fulminantemente en el calabozo de asuntos internos nacionalistas. El sueño del secesionismo engendra charlatanes a quienes D´Hondt ha entregado las llaves del polvorín. Considerando acertadamente que Mas y Puigdemont son ya cadáveres políticos, una portavoz de la CUP puntualiza que «por supuesto, la transición a la independencia no será pacífica».

Se vaticina un estimable tiberio a cuenta de un decreto del «conseller» Marzá sobre plurilingüismo educativo. En síntesis, el «conseller» sostiene que el valenciano es la lengua «propia» de la Comunidad y por ello debe ser privilegiada. Ahora bien, es sabido que los territorios no hablan y tampoco tiene mucho sentido persuadir a los oriolanos de que su lengua «propia» es una que jamás han utilizado. Desde luego, no existe convivencia sin comunicación y ésta es imposible si se carece de un código común. El matiz irritante para el «conseller» es que ese código ya existe, se llama castellano y este hecho producto de avatares históricos y parcelaciones administrativas contradice las esencias íntimas del nacionalista sentimental. Es

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