16 lunes
Días contados
Hoy es el «Blue Monday» («Lunes Triste») según Cliff Arnall, un investigador de la Universidad de Cardiff que en 2.005 inventó o descubrió una fórmula matemática por la que el tercer lunes de enero quedaba demostrado como el día más depresivo del año. Su ecuación incluía variables como el clima, el nivel de deuda o el tiempo transcurrido desde las navidades, aunque Arnall admitió que bajo determinadas circunstancias el galardón podía recaer sobre el segundo o cuarto lunes de enero. Mi escepticismo no alcanza al de las autoridades de la Universidad de Cardiff, que despidieron a Arnall en cuanto publicó su estudio, y confieso que la inminencia del «Blue Monday» ha perturbado mi fin de semana, con lo que ahora me siento mucho más cansado por la falta de sueño que deprimido. Supongo que es el peaje inevitable del primer mundo, cierto cansancio contemplativo trufado de festivos y laborables como síntoma de una depresión rodeada de abundancia, y por ello dudo que la ecuación de Arnall interese a los sudaneses: allí no pueden distinguir el tercer lunes de enero de cualquier otro día.
17 martesEl club de los suicidas
Un viajero inglés que recorrió España a finales del siglo XIX la describió como un extenso cuadrado con un centro despoblado, repleto de conventos y ayuno de fábricas, que contrastaba con la pujante aglomeración de la periferia. Ciento cincuenta años más tarde, los señores del «extenso cuadrado» se han reunido con la autoridad central para descubrir el elixir contable que garantice a un vecino de Algeciras los mismos servicios públicos que a otro de Langreo. Esto exige generosidad (las comunidades más prósperas deben ceder recursos a las menos favorecidas) y criterios de distribución homogéneos que consideren por ejemplo las dimensiones de las dos Castillas o la demografía andaluza. En la práctica, cada comunidad autónoma compite con las restantes por acaparar, bien reteniendo los recursos que genera, bien afeando al resto su egoísmo como pretexto para amnistiar su propia gestión. El epílogo de estos cónclaves suele ser la voluntad implícita de gastar más y nunca menos, rubricado con alguna divertida ocurrencia. La de este año ha sido acusar a Cristina Cifuentes de haber creado un «paraíso fiscal» en Madrid. Su réplica obvia será otra ocurrencia: los «infiernos fiscales».
18 miércolesCapítulo final
Son las ocho de la mañana y el termómetro del luminoso de la farmacia marca 1º. El camarero ha comenzado a montar las mesas de la terraza y temo que en cualquier momento quede congelado con una silla en las manos y se incorpore al catálogo de estatuas de cantores del «Misteri» que proliferan en Elche. En los lugares donde estacionalmente hace frío, nadie comenta en la verdulería «qué frío»; si alguien les pregunta, normalmente un periodista con el micrófono cubierto de carámbanos, ellos contestan inevitablemente «es invierno», un homenaje rutinario al brasero inmemorial. No cabe ahora adentrarse en los factores climáticos como ingredientes esenciales de la evolución. Sencillamente, nadie quiere vivir en Siberia o en el Sahara y la tendencia irrefrenable de la especie es desplazarse por lo civil o lo criminal hacia zonas templadas. Corroborando estos flujos migratorios, unos turistas rubicundos con pantalones cortos y sandalias con calcetines le preguntan al camarero si pueden desayunar. Pero el inmóvil camarero no responde.
19 juevesEl kilovatio fantasma
El termómetro de la farmacia hoy marca «sólo» 2º y supongo que tamaña mejoría es la contribución de la divina providencia a mitigar el impacto del próximo recibo de la luz. Con motivo de otra monstruosa subida, este diario publicó hace meses un maratoniano artículo de un experto que diseccionaba los pormenores. Supe que era muy bueno porque no entendí nada pero transpiraba lucidez tras el alud estadístico sobre subastas de luz, costes repercutidos o fuentes alternativas. Más didáctico, el ministro Nadal dio ayer una versión en la que se remitió a la ley de la oferta y la demanda para explicar la subida: el frío, el precio del petróleo y la escasez de lluvias y viento incrementan la demanda y encarecen la oferta. Esto es sin duda algo que agradecerán entre castañeteo de dientes los vecinos de Elda: por cien módicos euros anuales ahora saben qué son las fluctuaciones del mercado. Naturalmente, Nadal no dijo una palabra sobre la moratoria nuclear ni sobre el componente fiscal del recibo, la mitad de su importe. Tampoco sobre la investigación que ha iniciado su departamento para averiguar si las compañías eléctricas han maniobrado para subir la luz en plena ola de frío. Inimaginable.
20 viernesAño cero
La toma de posesión de Trump recuerda extrañamente la sesión constituyente de las Cortes de la II República de 1936. Presidía el diputado de mayor de edad, el monárquico Ramón de Carranza, quien finalizó su discurso sin el preceptivo «viva» a la República con un argumento incontestable: «No me da la gana». Tras la inevitable escandalera, alguien comentó a su compañero de escaño: «Empezamos bien». El boicot a Trump de las estrellas del espectáculo era previsible en un gremio que considera una cualificación profesional las simpatías por los demócratas. Es otra actuación que engorda su currículo y poco más. Tiene mayor trascendencia que algu
