Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Comercio de vidas

En estas fechas el número de «seres vivos» que se regalan aumenta notablemente.

n Las vidas no se venden ni se compran, las vidas no se regalan. Manejamos a nuestro antojo a los animales y condenamos sus vidas eligiendo lo que al ser humano le interesa. Los sacamos de la calle, los abandonamos, los llevamos a casas con gente donde pasarán el resto de su vida, les encerramos, les esterilizamos o no? Decidimos por ellos sin preguntarnos cuál sería su elección o las consecuencias de lo que estamos haciendo. La palabra Vida es algo muy grande, sin embargo nosotros los humanos, no le damos ningún valor. Nos creemos con derecho a limitar el significado de este concepto, sin ser conscientes de lo que puede suponer para el que no está siendo tenido en cuenta. Actuamos desde nuestro «ego de humanos» y desde el ficticio «complejo humano de superioridad».

Todo lo explicado anteriormente, se agrava aún más en el caso del comercio de animales. En estas fechas se incrementa el número de compras de seres vivos para ser «regalados». Una vez más, los tratamos como si fueran objetos, carentes de sentimientos, importancia o valor. Cachorros expuestos en vitrinas dispuestos para ser entregados a cualquier persona que pague por ellos.

La adopción sin embargo, conlleva un proceso responsable tanto para el que entrega el animal, como para el que lo recibe para formar parte de su familia. El hecho de que el comercio de vidas sea algo legal y socialmente aceptado, impide que los animales sean tratados como merecen, de forma justa y digna, y en consecuencia no permite asegurar su bienestar.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats