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Dar gracias a la vida

Ha caído en mis manos un escrito de Steve Jobs, el creador de Apple. Lo escribió poco antes de morir

Recuerdo una canción de Violeta Parra que decía eso y añadía: ¡que me ha dado tanto!, y luego describía algo de lo mucho que había recibido, como por ejemplo dos luceros para contemplar el mundo. Siempre la he considerado magnífica. Imagino que lo que ella recibió lo hemos recibido todos, pero muchos no se han dado cuenta aún de lo que tenían o lo que aún tienen; yo recuerdo la historia de aquel que se quejaba de no tener zapatos y cuando la cabeza volvió, vio a otro detrás de él que no tenía pies; o el que tiraba comida porque no le gustaba y detrás otro recogía y comía lo que arrojó.

Lo que importa es la actitud; mirando al mundo, los de mi generación, que viven en Europa y particularmente España, que son mayoritariamente blancos, si además tienen una cierta salud, no saben lo que tienen; si además viven en el levante, donde los días están llenos de luz, disfrutan del sol durante muchas horas durante todo el año, tienen una buena familia, muchos amigos y un trabajo que les permite vivir, y en el que se sienten bien, no sé si que pidan más es justo o lógico, contando con lo que ya se tiene y sabiendo que nadie tiene todo. Es importante ser consciente de ello y como a veces nos falta un poco de aquí u otro poco de allá, no lo valoramos con precisión, no vemos lo que nos sobra, a veces caminamos por la senda de la queja y se nos olvidan dar gracias a la vida y disfrutar de lo que tenemos o, si me permiten, atesoramos.

Por favor, párese y rememore esa vieja canción, además de disfrutar le abrirá los ojos y le enseñará mucho.

También es cierto que lo que tenemos finalizará acabándose. Recuerdo el pensamiento escrito en una lápida que decía: «como te ves me vi, como me ves te verás». Pero aún hay más; me asombra cómo la vida llama a la vida. He visitado la zona de Aguas Vivas, en Valencia, recientemente quemada por el fuego, ¡cuánta belleza previa y ahora estaba ennegrecida!, pero a la vez he contemplado cómo de nuevo la vida rebrota, e incluso el bosque bajo vuelve a renacer. Lo verde sustituye a lo negro.

Además he visitado algunos pueblos abandonados en la provincia de Soria, posiblemente una de las que más tiene y, en algunos de ellos, aunque sólo en algunos, pocos, mi sorpresa ha sido mayúscula; entre los edificios caídos surgía de nuevo la vida: jóvenes okupas se habían instalado en ellos y reconstruido como sus hogares, con nuevas y bellas plantas llenando los alféizares, y con ello de nuevo llenaban esos pueblos de sonrisas.

En la misma línea he podido ver las caras de alegría cuando alguno de los millares de refugiados llega a un lugar donde son acogidos; ellos sí entienden que, por mucho que hayan sufrido, la vida es bella, quieren reiniciarla, y no les hablo de lo que esperan que sea su futuro.

No sea torpe, no espere a perder lo mucho que ya tiene para valorarlo. Seguro que algo les falta, si lo logra verá que pronto deja de ser importante: ¡a vivir y disfrutar lo que tiene!, son decisiones sabias en su vida, y Ud. se lo merece.

Muchos pasamos períodos de sufrimiento; creo recordar que alguien dijo que peor era la alternativa; no lo dude, peor es acabar, y de lo que sigue, si es que sigue algo, sabemos poco. Nadie ha regresado para contárnoslo, cosa distinta es que estuviera muy malito y algunos le dieran por muerto, y en vez de seguir ese camino se recuperó. Algunos llaman a eso milagro, yo no, pero sí creo que aunque son muy raros, sí se producen. Lo que si le digo es que cuando una enfermedad les acerca a su final harían todo lo posible, darían todo lo material que tienen para seguir vivos.

Pocas cosas hay más bellas que dar vida, sea ofrecer uno de nuestros órganos para alguien que lo necesite o nuestra sangre, y también lo es procrear, es tanto que muchos no se resignan a pasar por aquí sin ser padres y para ello se incluyen en circuitos de inseminación artificial o vientres de alquiler. Y lo más sorprendente es que eso nos afecta a hombres y mujeres, se da en ambos sexos.

También es muy grande ayudar a vivir, por eso suelen ser bien aceptados los profesionales que lo hacen y me da igual referirme a sanitarios, bomberos, vigilantes de playas, policía, todos actúan en momentos especiales, en los que su ayuda es clave para que sigamos vivos; pero si lo piensa, los labradores, panaderos, comerciantes, electricistas, etc. son igualmente imprescindibles en nuestras vidas aunque los visualicemos menos. Tener de ellos la visión de que nos ayudan ilumina nuestro camino, lo hace más fácil y a ellos los valoramos mejor.

No dude que conviene dar gracias a la vida: ver, sentir, amar, es maravilloso, y la mayoría de nosotros podemos gozar de ello. No le digo que cante como Violeta, pero sí que lo piense, y si puede lo disfrute.

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