Todos ellos conforman la unidad canina de la Policía Local de Alicante, un cuerpo de élite del que nacieron una buena parte de las unidades caninas del resto de la Comunidad Valenciana. Y no es por casualidad, sus hazañas hablan por sí solas. Las aprensiones realizadas por sus componentes se cuentan por centenares, y las sustancias tóxicas descubiertas, por toneladas. Está claro, desde que ellos patrullan las calles de Alicante los traficantes de droga las pisan menos.
Por eso, aunque algunos les llaman perros especialistas en rastrear sustancias prohibidas, yo les llamo perros »salva vidas» porque, al fin al cabo, todas las sustancias que detectan cada día, acaban matando o arruinando la vida de aquellos que las consumen.
Sus tareas de vigilancia en los colegios se han convertido en algo imprescindible. Ver a Carlos con su perro «X», a Paqui con «Ala» o a Gandía con «Inca» es una experiencia única. Sí, son tres policías humanos de amplísima experiencia, alta preparación y máxima cualificación, lo mejor de los mejor, está claro, pero, actualmente, patrullando con sus compañeros, también policías pero esta vez caninos, lo que consiguen es multiplicar el potencial de cada uno de ellos a la hora de descubrir dónde se puede esconder un gran alijo de droga o, como les comentaba en el caso de las escuelas, detectar y detener a aquel que ofrezca droga a la salida de los colegios, para adentrar a los niños en la esclavitud del consumo y de la muerte.
Y, así, cada día, mientras una parte de la unidad canina se puede encontrar inmersa en algo tan importante como las tareas de control y vigilancia rutinaria, otra parte lo puede estar en otras grandes operaciones, no menos importantes, en las que se sospecha de la entrada de droga inminente por algunas de las vías habituales.
Sin embargo, no crean que son muchos los policías que la forman. A los anteriores, ya citados, se suman sólo Yolanda y su perra «Noa», Melani y su perro «Gus» o Poveda y su perra «Xena». Seis policías y seis perros pero? ¡Menudos policías y menudos perros!
En esta unidad de la Policía Local, la preparación, experiencia y cualificación de los humanos compite amistosamente con las de los perros.
Gracias a eso, al altísimo nivel de unos y de otros, consiguen también ellos realizar cada día el milagro del pan y los peces y que, allí donde sólo hay unos pocos, con sus acciones, operativos y logros, bien parecen unos cientos. Porque, encima, a toda su labor anterior, por si fuera poca, se suma una más, la educativa. Cada año se cuentan por decenas las exhibiciones que realizan con sus perros. Con éstas, por un lado, consiguen enseñar el trabajo que realizan los perros, sí, pero, por otro, a través de las mismas, alertan también de los peligros del consumo de droga y de lo que supone la venta de la misma alrededor de los centros educativos.
Claro que, en realidad, la unidad canina de Alicante para ser exactos, sí, la forman seis perros pero son siete los policías locales humanos que la desarrollan y les acompañan. Y es que aún me falta uno del que, por su importancia, es imposible no hablar. Se llama Raúl y, además de oficial, es el jefe de la unidad canina que, como sus compañeros, sabe hacer lo más difícil de todo, aunar la más alta profesionalidad, la mejor preparación de todas, con la mayor humanidad y una enorme humildad.
Y es que supongo que, como alguien dijo, todo se pega? La unidad canina de Alicante se pasa buena parte del día preparando a sus animales para que sean los mejores y, otra buena parte de cada día, demostrando con su trabajo en la calle que, sin duda, lo son.
Pero no crean que ahí acaba la cosa. La verdad es que, entre trabajo y trabajo, también hay tiempo para que esos animales demuestren a cada uno de los agentes que no han olvidado su lado perruno y que, además de cumplir a diario con su deber, en sus horas libres, al terminar la jornada diaria, vuelven a ser, nada más y nada menos que simples perros que se derriten con sus compañeros humanos y que les demuestran a diario que, cuando alguien dijo que son el mejor amigo del hombre, bien podía estar pensando en cualquiera de ellos.
Supongo que, por eso y por mil cosas más, existe un cariño tan especial como el que se respira entre cada uno de esos policías y el «perro-amigo-compañero» que les acompaña.
Así que, ya ven, Alicante tiene cosas únicas y muy importantes que debe conservar, mimar y potenciar y, sin duda, la unidad canina de la Policía Local es una de ellas? Y lo es, por supuesto, por los perros que componen la misma pero, también, por cada uno de los profesionales que la integran y que, con su trabajo silencioso, continuo y súper profesional, contribuyen también cada día a que la Policía Local de Alicante sea una de las mejores de España.
Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda.
Más información en: www.fundacionraulmerida.eswww.animalesarcadenoe.com
