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Trump contra todo pronóstico

Análisis de la semana a manos de Andrés Castaño

reuters

Lunes

SUMA DE RESTAS

Un asesor económico de Trump escribió hace unos días, con la delicadeza que caracteriza a la candidatura, que España es un fraude económico porque gasta más de lo que ingresa. Churchill decía que cuando los gastos son mayores que los ingresos, la solución es aumentar los ingresos y no disminuir los gastos. Pero Churchill padeció problemas económicos hasta que sus memorias de la Segunda Guerra Mundial le hicieron millonario y siempre consideró la austeridad como una flaqueza del espíritu. Su pócima milagrosa para ahuyentar las estrecheces en realidad consistió en arañar préstamos a benefactores más que a acreedores y agobiar a sus editores con anticipos. A De Guindos le resultará familiar esta rutina, tal vez un «dejá vu» real y no imaginario que le asalta cada vez que viaja a Bruselas y un rubicundo preboste de la UE le recuerda con gesto imperturbable que España «gasta mucho. Ahora ha regresado tras el interregno en funciones para ser felicitado brevemente y escuchar la nueva cifra mágica: 5.000 millones o el precio de nuestros excesos. Naturalmente, De Guindos no sabe de qué partida presupuestaria puede recortar 5.000 millones sin que se le amotine el Congreso.

Martes

¿QUIÉN SOY YO?

Ramón Espinar ha elaborado una teoría de la conspiración tan refinada sobre sus peripecias inmobiliarias que cualquier recién llegado de Marte tendería a pensar que la conspiración arranca cuando alguien le convence de que especule con el precio de una VPO y no cuando el bochorno se hace público. No hace falta que Espinar insista en que no es casual que el pelotazo se haya conocido durante un proceso de primarias. Esto ni siquiera sorprendería al turista marciano, pero no es lo esencial. Tampoco si fue un testaferro de su padre o recibió información y asesoramiento privilegiados para ganar un dinero fácil. Lo mollar de la cuestión es porqué un político sorprendido en flagrante incoherencia se encastilla en clichés intercambiables con los utilizados por cualquier imputado del PP: un montaje de los medios para dañar al partido. Sinteticemos el itinerario cronológicamente: trato de favor institucional, facilidades financieras, beneficio inmediato, denuncia periodística y persecución política como coartada. Ante tantas coincidencias asombrosas, sólo cabe concluir que Espinar se ha enterado por la prensa de que es un joven de derechas.

Miércoles

ARMAGEDON

Fue un mal presagio que Iceta sufriese otro ataque de histeria mitinera y comenzara a vociferar en inglés animando a Hillary Clinton. Trump ha descuartizado los pronósticos y ganado por un margen tan escueto como imprevisto. Los platós y redacciones amanecen esta mañana con el semblante de un velatorio abrumado por un fallecimiento repentino que nadie acierta a explicar. Contra la caricatura difundida por enviados especiales y politólogos, los votantes de Trump no son una patulea de granjeros semianalfabetos que recitan la Biblia en sueños y decoran la chimenea con un capirote del Ku-Klux-Klan. Incluso forzando la aritmética, en Estados Unidos no hay cincuenta millones de negreros, homófobos, meapilas, pistoleros y mastuerzos disfrazados de Elvis. A Trump le ha votado desde luego esta dudosa Arca de Noé, pero también los desheredados del capitalismo con bandera panameña que ha devastado a la clase media, una multitud que dirige su rencor contra extranjeros insolentes, burócratas parasitarios, intelectuales arrogantes, depredadores financieros, dinastías políticas inamovibles y Los Simpson. Añádanse seis millones de votantes demócratas que se han abstenido por sinrazones similares. Trump sólo pasaba por allí.

Jueves

LA INTERNACIONAL POPULISTA

Aunque algunos seguidores de Hillary Clinton tienen dificultades para asimilar una derrota que ni siquiera Trump esperaba y han organizado algaradas en sus bastiones urbanos, cabe suponer que el «establishment» ya está programando una agenda presidencial para los próximos cuatro años copada por abundantes partidos de golf y viajes de estado carentes de interés mientras la engorrosa tarea de la gobernanza mundial queda en manos de la élite tecnócrata de Washington. Por lo demás, esta airada reacción contrasta con la expectación ansiosa de los europeos. Excepto Le Pen, Farage y Putin, nadie parece entusiasmado aunque es admirable que sólo en España se haya desatado una refriega sobre el populismo doméstico cuyo objetivo es estigmatizar a Podemos equiparando su manual político al de Trump. Pero, por más que se esfuercen Susana Díaz y Albert Rivera, cualquier párvulo sabe que entre Podemos y Trump media la misma distancia que entre las rancheras y el punk-rock: ambas son lamentables manifestaciones musicales pero no suenan igual. Una portavoz de Podemos se ha apresurado a desmentir equívocos: «Trump nos tendrá enfrente». Tiembla América.

Viernes

YANQUIS

Ante la inminente llegada del apocalipsis, nuestros expertos están pasando de puntillas sobre los nombramientos de Rajoy para centrarse en profetizar los de Trump siguiendo el libro de estilo de Nostradamus. Admito que es menos apasionante que el segundo de Montoro vaya a ser un antiguo alcalde de Jaén o que no se encuentre acomodo para un resentido García Margallo que el que Trump esté urdiendo un ejecutivo integrado por multimillonarios sin experiencia política. Al corresponsal en Nueva York de un diario español le aterroriza especialmente que el probable responsable de energía haya hecho fortuna con el petróleo: lo ortodoxo es desembarazarse de Cospedal cosiéndole galones en su «prêt-a-porter». Ocurre que en los países anglosajones es habitual que los altos cargos de la administración sean millonarios antes de dedicarse a la política y no después como en la ejemplar Europa.

Trump se limitaría a seguir una práctica que se remonta al menos hasta Roosevelt y cuenta con precedentes tan jugosos como los de Eisenhower y Kennedy, quienes eligieron como secretarios de defensa a dos presidentes de General Motors, qué escándalo.

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