-¿Te has enterado de la polémica, Pa?
-¿De la polémica?? ¿Las elecciones americanas? ¿Los debates del PSOE acerca de la abstención? Las posibilidades de terceras elecciones en España? ¿Si el premio Nobel de literatura es razonable o un dislate? ¿El cambio climático? ¿La extinción de los unicornios dorados en Betelgeuse?
-No Pa. Esas no. Te hablo de lo que sucede en España con el lenguaje.
-¿El español? ¿Esa lengua tan bonita, la de mayores recursos sobre la Tierra? ¿En la que se han escrito las mejores páginas de poesía y sentimiento en la historia de la Humanidad?
-¡La misma!
-Pues no sé, francamente... Ilústrame.
-Sencillo. Allá abajo se ha puesto de moda el desdoblamiento del género.
-No entiendo una palabra.
-Sencillo, Pa. ¿Recuerdas que nosotros decidimos que con una sola palabra bastaba para llamar a los especímenes femenino y masculino?
-Sí, claro. Al principio era un lío, nos pasábamos el día llamando: «Cocodrilos y cocodrilas, a comer». O «Egipcios y egipcias, id al fondo del mar Rojo».
-Veo que no has perdido tu memoria.
-JC, yo puedo ser mayor, pero no hace falta que te recuerde quién es tu padre.
-Perdona Pa. Pero tienes razón. Aquello era un lío, hasta que decidiste cambiar las normas e inventaste el neutro.
-Ah... ¡Qué tiempos aquellos...!
-Ciertamente. Y he de decirte que ha sido una de tus mejores ocurrencias. Ni imaginas el trabajo que has ahorrado a los humanos. Y lo que simplificaste el lenguaje.
-Modestamente, creo que sí.
-Pues ahora volvamos al presente. A la polémica.
-No la veo...
-Resulta que en España...
-¿Otra vez España? Todas las semanas me traes algo de ese país. ¿No pasan cosas en el mundo más que ahí?
-Sí, supongo que sí. Pero no son tan divertidas.
-Eso tienen los españoles.
-Te decía que se ha generado una polémica bastante primaria. Resulta que se ha puesto de moda hablar con los dos géneros.
-¿Con los dos géneros?
-Sí, Pa. Ahora en vez de referirse a los humanos de poca edad dicen jóvenes y jóvenas; en lugar de apelar a las personas que emiten votos, les llaman votantes y votantas, y cuando quieren mentar a los componentes de una organización se refieren a ellos como miembros y...
-Miembras, ¡no me lo digas!
-En efecto, Pa: Miembras.
-¡Por mí! No me lo puedo creer.
-Pues así es. ¡Te lo juro por Jonás y la ballena!
-Pero... ¿Así hablan ahora los españoles?
-No, bueno... no, Pa. Así hablan los políticos... Algunos políticos.
-¿Los políticos? ¿Esa subespecie de escasa preparación, egos hipertrofiados, ambiciones ilimitadas y camaleonismo digno de mejor causa?
-Los has clavado, Pa.
-Uf... Me estaba poniendo en lo peor.
-¿Te imaginas a la gente hablando así por la calle? «Perdone, señora, pero es usted una imbécila». «Pasen al cine, espectadores y espectadoras y espectadoros -es una peli gay, perdón, referente al colectivo LGTB-»
-¡Esto es un desiderátum!
-Espera, Pa. Hay más.
-¡Por mí!
-Resulta que en una región llamada Andalucía, donde hace muy buen tiempo y se come muy bien, y donde llevan los socialistas -y socialistos- gobernando desde que Noé se secó las sandalias, se les ha ocurrido obligar a los profesores a utilizar en clase semejante dislate: «Alumnos y alumnas, muchachitos y muchachitas, vuestros profesores y profesoras vamos a utilizar a partir de ahora el lenguaje y la lenguaja políticamente correcto y correcta, para que nadie ni nadia se pueda sentir menoscabado mi menoscabada en sus derechos y derechas a ser nombrado y nombrada con arreglo a su género y génera».
-Fantástico, JC. Un auténtico monumento a la insuficiencia mental. ¿De verdad hay especímenes de tal calibre en el planeta Tierra, sección España?
-Te lo juro por ti, Pa.
-Pues esto me parece de auténticos gilipollas.
-Y gilipollos Pa, ¡y gilipollos!