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Meter goles

Meter goles

Es curioso porque muchos no nos sentimos deportistas, no hemos ido a ver partidos o jugado al fútbol, sin embargo hemos metido goles. ¿Qué goles? Al vivir, en la vida diaria se mete un gol cuando se resuelve un problema o se acierta con una buena solución.

Es algo más amplio y difuso, se meten goles si se alcanzan las metas deseadas pero también si conseguimos que en nuestro jardín, es decir, en lo que nos rodea, que podría ser trabajo, familia o amigos, reine la alegría, la belleza, hay lo que llamamos buen ambiente. Habrá gol cuando nos hemos enriquecido con tener muchos amigos y/ o somos conscientes que otros más desean estar con nosotros.

Meter goles es mucho más que hacer un buen negocio, puede ser que un niño al que queremos sonría. Muchos enfermos meten goles cuando se esfuerzan y avanzan, ello a pesar de que sea muy poco a poco, y lo hacen venciendo las dificultades diarias. Es un buen goleador el que es capaz de caminar cada día un poco más, abandonar el carro que necesita para moverse, después las muletas y finalmente el bastón. Sería magnífico que la sociedad, como hace en el caso del fútbol reconociera estas actuaciones como de goleo, las aplaudiera sin pausa y las apoyará, entre todos la haríamos mejor y aprenderíamos también que en este partido no se trata de vencer a otros, lo que sí sucede en el fútbol real, sino animar al que golea para que siga realizando algo que le será útil en su día a día y más a los otros.

También, y a diferencia de lo que sucede en el futbol, aquí, para meter un gol no se precisa de un equipo de diez compañeros, entre los que cada cual conoce su tarea, conoce su posición y se implica. En los goles a los que me refiero, los de la vida, precisamos de todos los demás, todos vivimos en compañía pero no siempre hay equipo y no todos pretenden lo mismo. Aquí golear puede ser más difícil que hacerlo en un partido.

Párese un minuto y piense, ¿Cuántos goles metió usted ayer? Golear puede ser tan sencillo como al encontrarse con un vecino y al acabar la conversación que él se fuera pensando lo agradable que había sido el encuentro. No le digo el golazo que es poder ayudar a alguien a sobrellevar o resolver un problema difícil. Sería como lo que los expertos llaman meter un gol de tacón o de cabeza.

En la vida cotidiana nos sobran los árbitros, no existe el fuera de juego y podemos chutar y golpear al balón desde cualquier posición y en cualquier momento; no deje que le enreden; lo que cuenta es que la pelota entre en la portería. Sólo, y eso sí, si hay que evitar las faltas o echar el balón fuera del campo; lo importante es intentar golear y mejor si lo conseguimos.

Aumente los goles que mete, el golear, le permitirá a pasar de categoría y aunque ya esté en primera será de los súper, y cada vez será mejor persona; verá que disfruta mucho al hacerlo, pero también sólo al chutar o intentarlo. Esforzarse en ello le permite estar más cerca de alcanzar la felicidad, que es una meta que muchos queremos para nuestras vidas.

Hay algunos que ya juegan en la liga de campeones, especialmente los voluntarios, y sin duda los que llamamos compasivos, es decir que luchan para evitar el sufrimiento a otros, quieren y lo logran, compartirlo con ellos; eso es golear.

Muchos goles se consiguen porque otros nos pasan la pelota. Es magnífico saber que en en este partido que llamamos vida, otros confían en nosotros y nos ayudan a chutar. En el juego de la vida no importa ser de la roja, la blanca o lo que sea. Importa jugar bien y acertar con el chute. Es magnífico si vencemos por goleada pero recuerde que en el fútbol el partido dura noventa minutos y suele repetirse cada semana, y en la vida, aunque su duración nos es desconocida debe cubrir toda ella y ese tiempo es mayor; entonces la portería es acertar en el corazón del otro, que no es adversario, sino otro caminante por los senderos de la vida.

Aquí tampoco hay espectadores, todos somos jugadores, y los participantes no son sólo los jóvenes atléticos, son ellos y también los demás humanoides, sean maduros o ancianos, sedentarios o activos, y todos juegan porque todos están vivos.

No esperes que te aplaudan; para estar satisfecho te debe bastar tu propio éxito.

Pero la mayor diferencia es que, en la vida no debes jugar contra nadie, y hacerlo a favor de todos. Otra gran diferencia es que entonces la portería es inmensa y debe ser fácil meter un gol, basta con intentarlo; parese y vea a cuantos millones podemos ayudar, a sonreír, a acompañar en este mundo. Que es fácil es para un mayor transmitir su experiencia vital, y si lo hace mete goles.

Muchos voluntarios lo que entregan es su tiempo libre que parece poco y es mucho porque la soledad es uno de los dolores que acompañan a muchas personas, y simplemente estar con ellas les da la vida. ¡Que maravilla, sólo con acompañar se da vida! Es otra manera de que el balón entre en la portería; las oportunidades puede ser infinitas. Imagínese cuando alguien nos para y nos pregunta algo, que fácil y barato es hacerlo bien. El gol es probablemente más bello si lo consigue alguien haciendo cosas más impactantes, como puede ser dedicar largo tiempo a una ong en un país en guerra o con mucha hambre. Pero lo que no debe dudar es que todos estamos en el campo de juego y podemos meter goles.

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