-¡No te lo vas a creer!
-¿Creer qué?
-Los humanos.
-Hijo mío, tratándose de humanos, me lo creo todo. ¿Con qué nueva ocurrencia nos regalan ahora?
-En realidad no es una nueva ocurrencia, Pa. Es un «state of the art» que he realizado.
-¿Perdón?
-Que el otro día estaba yo revisando con San Pedro el tema de los ingresos aquí arriba. Y claro, de repente se nos ocurrió un problema que no estamos viendo pero que se nos echará encima dentro de algún tiempo.
-Tú dirás.
-El Apocalipsis, Pa.
-Por mí, JC. Que se me pone el triángulo de punta. Mira que se le fue la mano al redactor. Yo le dije que me escribiera un relatito un poco tétrico, con el fin de los tiempos y esas cosas. Pero carape, le salió un serial que asusta hasta al miedo.
-Sí, la verdad es que es un puntito oscuro?
-¿Puntito? oscuro? Llevamos siglos aterrorizando los sueños de los humanos con el Apocalipsis. Sin ir más lejos, acaba de subir aquí un pintor maravilloso que lo ilustró como nadie.
-¿Sí?
-Sí. Un alicantino, Juan Sanchís se llama. Un tipo muy jovial que dibujaba mejor que los arcángeles. E hizo una versión gráfica del Apocalipsis que me he colgado en mi habitación. ¡Un auténtico artista!
Pero bueno, Pa, que te me escapas. Te decía que tenemos un problema.
-Desembucha.
-Las cenizas.
-¿Mande?
-Que los humanos, cuando se les acaba la parte de vida terrícola están haciendo cada vez más chifladuras.
-¿Chifladuras? No comprendo.
-Fácil. Antes se conformaban con meter el cuerpo del fiam? del difunto en una cajita y guardarlo bajo tierra a esperar.
-¡Claro!
-Sí. Pero ahora se han inventado toda clase de atropellos y esto parece el bazar de la tía María la Sorda.
-Sigo sin comprender
-Pues que se queman como la zarza ardiente, Pa. Y luego cogen las cenizas y no imaginas cómo dejan volar la imaginación.
-¿La imaginación con las cenizas de los muertos? ¿Es eso posible?
-Por eso se me ha ocurrido hacer un estudio de cómo está la cuestión en estos momentos. Ya sabes? Un «state of the art»?
-Ahhhh?
-Pues verás. Resulta que hay humanos que se dedican a convertir las cenizas «en una pieza de cuidado diseño» para «dar una respuesta más digna a la muerte de nuestros seres queridos».
-Caramba.
-Sí, pero hay más. Con solo pasar el teléfono móvil por el mueble «accederemos a la memoria digital del fallecido» en la una red social donde «se reúnen los recuerdos de nuestros seres queridos». La red social también nos avisará de los aniversarios.
-Jo?
-Hay otras empresas que venden urnas en las que se mezclan las cenizas con semillas de distintos árboles, a elegir.
-Árboles a elegir?
-Sí. Y otros emprendedores convierten las cenizas de los difuntos en diamantes.
-¿En? diamantes?
-Sí. Y aseguran que la cantidad de quilates variará si proceden de un niño o de un adulto.
-Claro, claro?
-Otras «utilidades» de las cenizas es en el arte. Una empresa coge las cenizas y una fotografía del difunto y te montan un retrato, con sus reflejos plateados y todo.
-Un retrato?
-Pero esto no es lo más heavy.
-¿Ah, no? ¿Hay algo más?
-¡Claro! El fútbol.
-¿El fútbol? ¿Qué tiene que ver el mundo del fútbol con las cenizas de los pobres muertos?
-Han surgido algunos clubes avispados que permiten depositarlas en su estadio. Y han creado «espacios memoriales» para las urnas funerarias de sus aficionados.
-¡Qué buena intención! Hacer descansar los restos de un hincha junto a los colores que amó en vida. ¡Qué generosidad!
-Sí, bueno? Tanto como generosidad? Por tan solo tres mil eurillos de nada te permiten tener las cenizas en el famoso espacio memorial durante 99 años.
-¿Tres? mil? euros??
-Sí? ¿Pero es que acaso no vale medio millón de pelas «mantener la vinculación con el Club de sus amores más allá de la propia vida»?
-Pero esto es? esto es un? ¡desiderátum!
-Bueno. El problema llegará dentro de algún tiempo. Cuando tengamos que montar el Juicio Final, que va a parecer el juicio de la Gurtel.
-¡Claro! ¿A quién juzgamos entonces? ¿A un árbol? ¿A un diamante? A la espinillera de Messi? Nosotros necesitamos cuerpos, aunque estén medio podridos, como los zombis. Con las cenizas nos podríamos apañar? pero con llaveros y colgantes? ¡¡¡Por mí!!!
-Se me ha ocurrido, Pa?
-Dime, dime, que esto me está costando un soponcio.
-Que podríamos llamar al bueno de Paco. Como es argentino y le gusta mucho el fútbol, seguro que a él se le ocurre algo para detener este despiporre, porque me ha llegado que hay una empresa que va a enviar las cenizas a dar vueltas por el Universo, como si fueran el cometa Halley.
-Sí, sí? desde luego. Llama a Paco. Explícaselo y que se ponga a ello. Que escriba una de sus instrucciones y aclare las cosas. Seguro que todo el mundo, TODO EL MUNDO, la comprende y la acata, porque estará llena de sensatez y sentido común.
-Eso haré Pa.
-Ufff... menos mal que tenemos allá abajo a Paco?
