Un día cualquiera en la jefatura nacional del Seprona en la Comandancia de la Guardia civil de Madrid, en la segunda planta del histórico cuartel de la calle Batalla del Salado, los teléfonos no dejan de sonar desde primera hora de la mañana aunque, en realidad, allí, en aquellos despachos, la noche y la mañana se funden haciendo imposible distinguir una de otra. Tampoco cesa el correo telemático interno, ni los email, ni las comunicaciones que llegan por cualquier vía posible desde cualquier rincón de España.
Sí, allí todo es como una película sin principio ni final, un filme que transcurre a cámara rápida... Los mandos y guardias caminan a prisa por los largos pasillos. Todo es urgente. Todo es inmediato.
Y es que a información que hasta allí llega no es una casualidad, ni puede esperar. Es el fruto del trabajo incansable, a su vez, de cada uno de los grupos, de los destacamentos, de las comandancias de la Guardia Civil de toda España. Es el resultado de comprobaciones e investigaciones constantes y permanentes, que se llevan a cabo por cada uno de los Seprona que componen este cuerpo de élite.
Y, no crean, el de Alicante no es una excepción. Al contrario. Batiendo todos los récords en profesionalidad y en éxitos, la teniente que dirige el grupo de nuestra provincia distribuye el trabajo y las investigaciones a realizar cada día entre sus colaboradores más directos, un grupo altamente especializado de sargentos, cabos y guardias que, juntos, conforman el Seprona de Alicante, uno de los principales de España, no sólo por su alta preparación, que también, sino por los resultados que arrojan en cuanto a números de denuncias resueltas, intervenciones realizadas de todo tipo y animales intervenidos.
Por eso, no es extraño que, en el último éxito del Seprona a nivel nacional conocido hace sólo unos días, ellos, junto a otros grupos de toda España, hayan estado también presentes, y de qué manera, porque, al fin y al cabo, el principal número de actuaciones realizadas ha corrido de su cuenta.
Pero, para que me entiendan mejor, les pongo en antecedentes? Si recuerdan, hace sólo unos días la noticia corría como la pólvora por todas las redacciones de medios de comunicación de España. Titisali se llamaba la operación. Los titulares remarcaban cómo el Seprona había conseguido detener a los principales cabecillas de una red que traficaba con animales en toda España: 25 primates fueron intervenidos, junto a serpientes, loros y otros animales. Y atención: más de la mitad de las detenciones se produjeron en nuestra provincia y, además, la mayoría de los animales también se intervinieron en Alicante.
Evidentemente, todo un éxito de nuestro Seprona? Y es que es cierto que la cifra en cuanto a los animales intervenidos es sin duda altísima -por cierto, que algunos de ellos han quedado depositados en nuestra Arca-, pero es que, encima, ésta refleja sólo una mínima parte de lo que se esconde tras cada uno de esos animales.
Verán, cuando se decomisa un animal procedente del tráfico ilegal de especies, se calcula que para que éste haya podido ser vendido en España, al menos diez han muerto por el camino. El motivo son las pésimas condiciones de transporte y vida de estos animales.
Y supongo que, a estas alturas, muchos de ustedes se estarán preguntando que, si se mueren tantos, por qué entonces es un negocio traerlos. Pues, si me lo permiten, se lo voy a explicar? Resulta que la mayoría de estos animales son vendidos sólo por dos o tres euros en sus países de origen pero ¡atención!, revendidos en España, a través de internet o en la trastienda de tiendas ilegales, por dos mil o tres mil euros. Esa es la razón.
Por eso, a los traficantes, poco o nada les importa los que dejan su vida por el camino, con que sobreviva alguno les basta, las ganancias ya están aseguradas.
Así que, como ven, el tráfico ilegal de animales es una realidad que, difícilmente, va a ser cosa del pasado mientras, por un lado, los beneficios sean tan grandes. Por otro, exista tanta gente sin escrúpulos capaces de meter en calcetines o mochilas a animales y trasladarlos de un país a otro aunque la mayoría muera por asfixia? Y, por último, mientras existan personas que no les importe nada de lo anterior y los compren por decenas, con tal de tener en la vitrina, en la terraza o en el salón de su casa a un animal -cuanto más raro y exótico mejor- para deleite de su ego y disfrute de sus amigos.
En fin, que, como pueden comprobar, queda mucho por andar, sí, pero, al fin y al cabo, también hay buenas noticias: los animales están más protegidos desde que existe el Seprona.
Y, sinceramente, creo que en Alicante le debemos, desde hace mucho tiempo, un rendido homenaje a este grupo de profesionales que, sin descanso ni interrupción, velan todos los días por los animales... Y, por cierto, además de por ellos, por que no haya incendios, por que no haya contaminación, por la defensa del medio ambiente, por acabar con los delitos ecológicos, etc, etc, etc.
Nota: Mi más sincera felicitación al jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, Manuel Muñoz Castillo, por el grupo del Seprona de Alicante y a todos los grandes profesionales que forman parte del mismo.
Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es o www.animalesarcadenoe.com
En el albergue de animales de la Protectora de Alicante acogemos y protegemos a aquellos animales de compañía abandonados que buscan un nueva familia.
Más información en: www.protectoraanimalesalicante.org
