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Lo difícil de las líneas rojas

Hemos pasado un período dedicado a las elecciones nacionales, y en él casi a diario surgía el tema de las líneas rojas, los límites que cada partido ponía para pactar con los otros. Le aseguro que estas líneas, el marcar límites, no es fácil en la vida.

Por ejemplo, usted habrá visto que hay un movimiento social en defensa de los animales que lucha por prohibir las corridas de toros, o los bous al carrer, los embolados, toros a la mar o el toro de la Vega. Pero ¿hasta dónde la defensa de los animales? En Inglaterra son famosas las carreras de caballos, en ellas ¿sufren los animales?, supongo que sí, ¿las abolimos y no dejamos que nadie monte un caballo? O bajemos el listón: ¿debemos abstenernos y no alimentarnos con la leche de las vacas y/o cabras? Hay personas que se hacen vegetarianos para no comer carne animal. Lo cual es entendible, pero sin embargo se alimentan de verduras o ensaladas, frutas y otros vegetales. Sin embargo estos son seres tan vivos como los animales, sólo que en nuestra cultura están más alejados del hombre en la escala biológica. ¿Es esa la línea roja? ¿Aunque todos son seres vivos, podemos matar a los vegetales y no a animales? Y a otro nivel, ¿estaría bien usar la piel de animales muertos como zapatos, cinturones o correas?

Sigo en otro terreno: muchos tienen pajaritos en jaulas o incluso mascotas en casa. ¿No sería maltrato? Supone privarles de su libertad, ello a pesar de que nos pongamos como queramos, y justifiquemos nuestras acciones basándonos en que les hacemos felices y les resolvemos su alimentación. Sin duda olvidamos que un preso está alimentado, pero al estar encerrado, es decir privado de su libertad, lo tenemos castigado. ¿No sería igual con nuestras mascotas? Y no sólo las enjauladas, también las que obligamos a vivir con nosotros.

En el mismo terreno debería estar el preservar nuestro planeta. Recientemente hubo una reunión de políticos de alto nivel en París para reducir la contaminación; parece que hay evidencias científicas de que nos estamos cargando el planeta. Hay que parar nuestro modelo social y económico o al menos todo en lo que hace referencia al uso de combustibles fósiles que sin duda contaminan, causan un efecto invernadero, calientan el planeta, funden los glaciares y alteran el clima. Hasta aquí hay acuerdo en que se debe hacer algo, pero cuánto están dispuestos a hacer los países más contaminadores (EE UU, China o Rusia) es muy distinto. ¡Ah!, y no mire para otro lado; si le dicen que usted debe dejar su coche, no volver a conducir, ¿estaría dispuesto? ¿Dónde coloca su línea roja?

La lista de situaciones de límites difíciles podría ser infinita. Por ejemplo hay limitaciones en la velocidad que podemos llevar con un vehículo o los impuestos que hay que pagar. La línea que nuestro sistema ha decidido sería que si uno gana tanto, debe pagar cuanto, pero esas cifras son muy distintas en los diferentes países e incluso dentro de uno mismo. En el nuestro hay verdaderos ingeniosos o esforzados ideólogos que sortean los límites de estas líneas para buscar paraísos fiscales y así evitar pagar. ¡Ah! Y no crea que esto a usted no le atañe, porque no es de esos. Porque cuántos no creen haber evadido impuestos y sin embargo no valoran otras acciones, por ejemplo comprar en manteros, bajarse películas o música de internet, que puede ser frecuente, como lo es aceptar pagar facturas sin IVA, y son situaciones incluidas dentro de esa línea roja.

Incluso puedo descender un peldaño más y decirle: ¿qué línea marca ser buen o mal ciudadano? Usted puede que desear ser bueno o incluso cree serlo, pero ¿quién no ha cruzado semáforos en rojo o tirado colillas o papeles por el suelo de la calle?; lo que pretendo decirle es que sin duda el trazado de estas líneas puede no ser racional pero que los limites nos ayudan, permiten poner freno a acciones inadecuadas; si rechazamos los extremismos y aplicamos la razón, las líneas pueden verse como normas sensatas que ayudan a la convivencia

Vuelvo a la política: ¿qué es más democrático, que gobierne el partido más votado o que lo haga el que consigue más escaños en el parlamento? Es difícil ponerse de acuerdo. De igual manera es frecuente la diversidad de líneas rojas que imponen las sociedades en referencia a los vestidos que se aceptan como válidos para entrar en las iglesias o poder caminar en bañador por las calles de las ciudades.

En el mismo sentido hay quien considera que el sexo es una opción personal y cualquiera que se elija sería válido, pero hay lugares en que eso no se ve así, y llegan incluso a amenazar, perseguir o incluso matar a los homosexuales; así, la línea roja de cada país es radicalmente distinta. Y según se trace condiciona la vida de unos u otros. Le recuerdo que en España no se autorizó el divorcio hasta los años ochenta.

También es difícil saber dónde está la barrera que define la vejez o la que marca el final del periodo de muchachote, y en la misma línea también me pregunto cuáles son los límites de la honestidad de las personas o el nivel que define su sinceridad.

Se dice que los derechos humanos no tienen fronteras. Viendo el mundo cabe preguntarse cuál de los derechos humanos, ya que, en algunos países, éstos son muy pocos.

En fin. Yo no había dicho que la vida sea fácil, y se complica aún más cuando nos empeñamos en crear líneas rojas, cuyos límites están mal definidos.

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