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Al final del camino

Ha caído en mis manos un escrito de Steve Jobs, el creador de Apple. Lo escribió poco antes de morir

Al final del camino

¿Qué ve?¿ qué nos dice Jobs y nos enseña a vivir? Algo en lo que yo insisto mucho, que de lo mejor de nuestra vida es valorarla. Esa es nuestra mayor riqueza. También dice que al final del camino, cuando ya es tarde, los hombres aprenden que les faltó dedicación a su familia, tiempo para hacerlo y también les faltó la expresión de su amor.

Nadie duda de la inteligencia y creatividad del informático, pero sepa que esas capacidades o la razón a veces nos confunden. De hecho a él le descubrieron un cáncer, creo que en el páncreas, pero en vez de buscar solucionarlo en el campo de la ciencia tomo el atajo del esoterismo, fue a la homeopatía, con ello perdió un tiempo que no tenía, y cuando se dio cuenta del error y quiso rectificar ya era tarde. Ingresó en un buen hospital, pero poco después falleció. A mi juicio erró a veces en lo racional, como a todos nos pasa, pero creo que acertó en la expresión de los sentimientos.

En otra ocasión creo haberle comentado que se ha sabido de lo que hablaron por el móvil los americanos que estaban atrapados en una torre gemela, la que se hundía tras impactar un avión terrorista contra ella. En esos últimos momentos esos humanos, al final de su camino decían: Perdóname, gracias y te quiero. En esos importantes instantes eso era lo fundamental. Así, como usted aún está a tiempo aprenda que su mayor riqueza es la vida y de lo más importante en ella es el amor. Lo es darlo, tenerlo, expresarlo y recibirlo.También agradecer y pedir perdón.

En otro contexto pero relacionado con el final del viaje también le comentaba la frase del obispo Casaldiga. Él decía: Al final del camino te preguntarán: ¿has vivido?, ¿has amado? Entonces abrirás tu corazón y serás muy rico si de él brotan infinitos nombres.

Se lo comento porque seguramente todos estamos aún a tiempo. Así, pues preparémonos para nuestro final. A todos nos llegará, pero un gracioso decía la etiqueta de la fecha nos la han puesto en la espalda y como no la podemos ver no sabemos cuándo será.

También Teresa de Calcuta decía que nuestra aportación a la sociedad, dada la fugacidad de la vida y nuestra nimiedad, sería como depositar una gota en el océano, pero nos recordaba que ese océano nunca sería el mismo sin nuestra gota. Piense en ello y si quiere que esa presencia sea grande esfuércese en dejar un buen legado. Y no me refiero a herencias de bienes inmuebles o materiales, sino que le haga permanecer entre los que le siguen. ¿Por qué cree que será recordado?

Nuestro gran Jorge Manrique decía que nuestras vidas son ríos que van a dar a la mar y allí todos somos iguales, los que trabajan con sus manos o los ricos. Y entonces conviene ser rico, pero en amor, y también, como escribió nuestro Antonio Machado, lo importante no es la meta, sino el camino? y éste se hace al andar. Disfrútelo. No dude que en él habrá valles y escarpadas montañas, pero la compañía, los afectos, la belleza y la diversidad nos acompañarán. Debemos valorarlas, y como le digo una mochila llena de amor nos es de gran ayuda.

Muchos se orientan cuando viven en acumular, son los más pobres, porque los ricos son los que más dan. Y piénselo usted puede hacerlo. Dar va desde una palabra de afecto a acompañar, sonreír o expresar agradecimiento.

Como ve no necesita acumular tanto. Con frecuencia sucede que, a medida que envejeces aprendes que te sobra casi todo. Y no es porque vivas de forma miserable, sino porque tienes muchísimos recuerdos, infinitas experiencias, que si acertaste en el camino y en su elección te darán compañía y te harán feliz. Entenderás el valor de lo inmaterial y cómo los humanos a veces no orientamos bien nuestras vidas, no lo hacemos hacia lo que de verdad importa.

Le decía que disfrutara del camino. La realidad es que el aquí y el ahora es clave, saboréelos. Como en el anuncio televisivo, permítame que insista: Llene su vida de amor. Invierta en una fábrica que produzca mucho, y distribúyalo generosamente, verá cuánto le queda.

Aunque hoy aquí hablo del final del camino quiero señalarle que la vida suele ser como un laberinto, y cuando creemos haber llegado al final, no es así, y ese final otras veces se presenta sin avisar. El mensaje es: Vive el momento. Con frecuencia hay meandros que van a un lado y otro y permiten visualizar un paisaje y su imagen reflejada en un espejo. Es inteligente disfrutar en ambos sentidos. ¡Ah! Y si puedes ¡haz el viaje acompañado! Se hace más fácil y bello.

Piensa que el final puede surgir en cualquier instante y en cualquier sitio. Piensa en jóvenes deportistas que acaban bruscamente al cruzar la meta, otros sentados en el parque, o piensa lo mucho que les cuesta irse a otros, con enfermedades crónicas y de mucha edad. La clave es estar siempre preparado, disfrutar lo que tenemos, pues de lo que no hay duda es que nos acabaremos yendo. Usa bien lo mucho que tiene.

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