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Recetas para una buena dieta cotidiana

Recetas para una buena dieta cotidiana

Está de moda la cocina creativa en España, y con ella las recetas, el cocinar, o en general lo referente a la mesa; exportamos alimentos como jamón o vinos... y también se publicitan recetas, pinchos, etc... Yo soy un desastre en la cocina, pero como soy osado, me animo a ofrecerle alguna receta que puede usarla fuera de la cocina, cuando camina o en su quehacer diario y, aunque la mayoría son clásicas, sirven para recordar, para ampliar nuestros menús, y al final disfrutar más con la vida.

Por ejemplo: Decía la filósofa francesa Simone Weil que para alcanzar lo imposible hay que hacer todo lo posible? y usted puede hacer mucho.

Otra receta: Sólo los optimistas alcanzan las altas cumbres y se acercan a las estrellas, eso lo dijo Helen Keller, que era sordomuda y ciega. Así, abandone el pesimismo. Se elevará, y desde más arriba disfrutará de mejores vistas. Verá la vida más bella.

Si al final del camino abre su corazón y de él brotan muchos nombres, tiene mucha suerte, ha vivido bien su vida y la ha enriquecido.

En la baraja de la vida puede que le entre un as de corazones; es una buena carta, pero para vivir, más que las cartas que tenga importa el que las juegue bien. Así, ¡adelante y a ganar!

Ser rico no es acumular muchos bienes materiales, sino ser capaz de compartir los que tiene, y esos son muchos más de los que cree. A veces el dinero es como la carcoma, corroe y pudre a la persona.

Estar presente en la vida de los demás es un buen regalo y todos lo podemos hacer.

No baile la yenka, mejor siempre: un pasito «p'adelante».

Sonreír es iluminar, no sólo su cara sino la de los otros. Es algo contagioso.

Sabe que algunos lloraban porque no tenían zapatos y vieron que les seguían otros que no tenían pies. Usted tiene zapatos, pies, alegría y otras muchas cosas que no valora. No llore y abra los ojos. Disfrute su vida, ¡vívala con ilusión!

No luche por ser el más rico del cementerio, el que más bienes materiales acumuló en la vida. Esfuércese en ser el que más cariño y afectos regaló en ella. Otra receta: Gobierne su vida, no conceda ese poder a la opinión de los demás. Sea auténtico, que nada separe lo que piensa de lo que dice y de lo que hace. Comprobará que le es más fácil avanzar por su senda y llegar más lejos. Ser honesto es más que no abusar de los otros, es respetarles, es ayudarles, e incluso es amarles.

Dice un buen amigo y excelente coach, Luis Galindo: «Cuide su jardín», referido a su entorno, familia, amigos o trabajo, etc. Además procure que éste sea grande y ayude a sus semejantes a cuidar el suyo.

Dijo el poeta que se hace camino al andar, pero es usted el que fija que el destino sea o no el paraíso. Oriente a él sus pasos a diario.

La bondad abunda, pero la vemos menos que la maldad, que es más visible y causa más eco en los medios de comunicación. Las virtudes que alimentan nuestra vida no las venden en el mercado, tenemos que plantarlas nosotros, regarlas y abonarlas a diario para que se desarrollen y crezcan bien. Con ellas crecemos sanos y fuertes, y nos ayudan a superar las dificultades, que sin duda se cruzarán en nuestra marcha.

Si será pobre que el rico a veces roba, le falta todo lo importante; no lo dude el mejor legado que puede dejar es que en su esquela, tras morir digan: era muy buena persona.

No hay peor sordo que el que sólo se oye a sí mismo. Camina y conversa solo, no escucha a los demás porque no le interesan. Solo vive para lo suyo. ¡Qué aburrido y qué pobre!, ¿no?

Casi todo lo que merece la pena en la vida necesita esfuerzo para alcanzarlo. Freud decía: he sido muy afortunado en la vida, todo me ha costado mucho. Por favor, viva las dificultades como posibilidades y esfuércese en superarlas. Recuerde que ni el amor ni el cariño están racionados?, pero hay que abrirse, estar preparado ara darlos o recibirlos. Por favor: Abra su ventana, delos y aprecie y valore a los que se los dan.

Actúe como el jardinero que hace de la basura abono con el que la flor crece, aunque luego, una vez seca volverá a ser basura, así es la vida. Importa hacer de la basura belleza, y no sólo de la basura, también de la envidia, el resentimiento o el odio. Todos pueden reciclarse. De hecho en la vida hay sufrimiento pero gracias a él hay compasión y comprensión.

Contacte con la belleza de la naturaleza y su vida será más hermosa; contacte bien con la gente, profundamente, y si lo hace con atención plena esa lámpara iluminará su vida y la de ellos. Compasión es querer aliviar los dolores de otro, o si lo prefiere compartirlos y sufrir con él. Estar presente supone que forma parte de los otros y ellos de usted. El mejor regalo para un niño es estar con él. Estar es así una forma de amar.

Entre ser o tener elija lo primero, y a acompáñelo de adjetivos hermosos, como empático, amoroso o cariñoso.

Abrace todo lo bello que le rodea o lo que quiere, pero también al miedo, la ira o la desesperación, así los vencerá.

Recordar es volver a vivir; viva su vida llena de presentes, de lo actual. Pero deje un hueco para los recuerdos, así vive tres veces: una con el ahora y dos al recordar. Estar aquí para algunos justifica toda una vida, ¿para cuántos el que usted esté les cambia la vida? Todo cambia en la vida, la fugacidad nos impregna cada instante, entonces parte de nosotros nace y muere. No hay peor ceguera que no querer ver. Con frecuencia vemos la paja en los ojos de los demás y no vemos la viga en los propios; a veces nos cuesta esfuerzo ver las bondades de los otros.

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