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La comodidad de matar en Orlando

Lunes

La carroña

La política de teletienda explica la pujanza de personajes que chapotean en las vísceras de la audiencia como Trump. Cuando el terrorismo asesinó a noventa personas en París, la moraleja de Trump fue que la matanza no se hubiera producido si los franceses tuviesen derecho a portar armas. Y ahora que en Orlando las víctimas alcanzan la cincuentena, Trump se muestra absurdamente terco: han muerto porque no iban armados. Sin embargo, Estados Unidos es una sociedad «armada» y las víctimas iban voluntariamente «desarmadas». Parece que el «derecho a portar armas» beneficia fundamentalmente al agresor. Lo que Trump pretende santificar es una regresión al pistolerismo en legítima defensa de los salones con escupidera y un revólver en la mesilla de noche junto a la Biblia. Los asesinos de París tuvieron que transportar clandestinamente las armas a través de la frontera belga mientras que en Orlando bastó presentar la tarjeta de la seguridad social para salir de la armería con un fusil de asalto envuelto en celofán. Es tan brutalmente fácil morir en Orlando como en París, pero es mucho más cómodo matar en Orlando.

Martes

Mariano Piqué

La duda metódica de los españoles ha engordado con dos paradigmas: cómo gestionamos que Piqué marcara el gol de la victoria y quién ganó el debate. La red humeaba ante el doble reto. Desde Barcelona no sabían si alegrarse por el jugador o lamentar la traición implícita y en Madrid ocurría lo mismo aunque en su reverso benemérito y rojigualdo: una victoria heroica siempre es bienvenida, pero produce urticaria que el héroe sea precisamente Piqué. Sin embargo, la amarga victoria del post-partido ha quedado en pirotecnia infantil comparada con la magia negra del post-debate. Desmintiendo tendencias festivas y mansedumbre política, la audiencia del debate superó en dos millones a la del fútbol a pesar de que en el partido al menos hubo un genio, Iniesta, mientras que en el debate sólo quedó claro que España es un país de guerrilleros que nunca se sabe si han decidido masacrar a los prisioneros o convocar una conferencia de paz. Ni siquiera el periodismo militante ha osado designar un ganador aunque sí un perdedor, el inevitable Pedro sobre el que edificará Iglesias. En cuanto a Rajoy, por momentos pareció Beckenbauer y de eso se trataba.

Miércoles

Encriptados

Jordi Sevilla ha tuiteado «debería dejarse gobernar al candidato que consiga mayor apoyo parlamentario» y los analistas han roto aguas descifrando a conveniencia el mensaje oculto. No existe un libro fiable de claves políticas y esto garantiza que «debería dejarse gobernar al candidato que consiga mayor apoyo parlamentario» signifique cualquier cosa excepto que debería dejarse gobernar al candidato que consiga mayor apoyo parlamentario. Lo cual vale tanto para Rajoy si Rivera le retira el veto, como para Sánchez si PSOE y Ciudadanos reeditan su pacto. En el primer caso, el obligado a abstenerse según Sevilla sería el PSOE; pero en el segundo lo sería el PP. La vicepresidenta Soraya debería refrenar en consecuencia sus saltitos alborozados: Sevilla no asume como única opción la investidura de un candidato del PP. El matiz crucial, propio de la criptografía de las campañas electorales, es que la literalidad de las palabras de Sevilla cede ante la aplastante sensación de que su partido está condenado a inmolarse por la derecha o por la izquierda.

Jueves

Iniesta y la tortuga

En el equipo ideal de la primera jornada de la Eurocopa no aparece Iniesta y sí lo hace Cristiano Ronaldo, que anteayer confundió durante noventa minutos la portería islandesa con la Osa Mayor. Ante la comprensible rechifla multinacional, la UEFA ha aclarado que se limita a cobrar el patrocinio de una petrolera de Azerbaiyán, que es la que selecciona a los jugadores mediante un algoritmo. Se ha especulado profusamente sobre los abusos estadísticos o la incertidumbre científica y casualmente hoy se presenta un libro que sostiene la tesis matemática de que España desaparecerá en 2029. El autor, Julio Gutiérrez Deulofeu, continúa la tradición predictiva de su abuelo, Alexandre Deulofeu, quien vaticinó la reunificación alemana o la desintegración de la URSS. No es difícil intuir cuáles son los datos que estructuran el algoritmo de Gutiérrez Deulofeu: crisis económica, corrupción, tensiones territoriales y pérdida de soberanía en beneficio de instituciones supranacionales. Pero si éstas son las únicas magnitudes que maneja Deulofeu, es más probable que España desaparezca cuando se retire Iniesta y no en 2029. .

Viernes

Madonnas

El obispo Cañizares convocó ayer un auto de fe agraviada a cuenta de un cartel que muestra a la patrona de Valencia y a su colega catalana enroscadas en un beso tórrido. Estas imágenes dejaron de escandalizar desde que Isabel Pantoja y María del Monte aparecieron cogidas de la mano, por lo que cabe especular que la multitud que acudió a la llamada de Cañizares se sentía ofendida en sus creencias, un terreno escurridizo que debe ser ponderado por terceros. Uno de ellos, el alcalde Ribó, ha reconocido que el cartel no le gustaba, sin aclarar si su disgusto tiene raíces estéticas o penales; otro espectador, el presidente Puig, ha mentido directamente: no cree que hubiera ánimo injurioso, una bobada que niega el conflicto y por lo tanto le libera de comprometerse. En cuanto al Fiscal, está atareado persiguiendo precisamente a Cañizares por haberse convertido en un martillo de degenerados, los nuevos herejes. Es desolador que la claridad proceda de un colectivo de lesbianas, que ha torcido el gesto ante las Vírgenes promiscuas y hablado de «respeto mutuo». Chicas ingenuas.

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