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La pubertad, el catálogo y el procés

Particular visión resumida de la semana laboral, por días y temas

La pubertad, el catálogo y el procés efe

Lunes

LA EXTRANJERA

Garbiñe Muguruza es una improbable campeona española. El recio e inequívoco apellido lo heredó de un eibarrés afincado en Venezuela, donde casó con una nativa. Garbiñe es hispano-venezolana por ley pero española sentimental y no se esfuerza en disimularlo. Cuando ayer celebró a pie de pista su triunfo en Rolland Garros con un orgulloso «este es nuestro torneo», resonó un silencio de «grandeur» mancillada. Las presiones que ha sufrido Garbiñe para representar a Venezuela y no a España se amontonan ahora en el trastero de las anécdotas rancias. Las que sufren en Barcelona dos aficionadas de la selección española de fútbol llevan incorporado parte de lesiones. Una escuadra de combate del pensamiento oficial ha arrasado el tenderete donde pedían que el Ayuntamiento instalara pantallas gigantes para seguir los partidos de Piqué en la Eurocopa. La intolerancia admite dosis variadas, desde abuchear un himno hasta apalear a quienes no se unen al estruendo. Un dato jocoso: el Barcelona ha aportado más jugadores a la selección española a lo largo de casi un siglo que el imperial Real Madrid (el tercer club es el Athletic de la eibarresa Garbiñe).

Martes

TAL COMO ÉRAMOS

Los niños han entrado en la pubertad con las mañas y vicios que afeaban a sus mayores. Crispado Rivera y escurridizo Iglesias, su cháchara de meritorios ha degenerado en una reyerta colegial de la que Iglesias ha salido mejor librado por su evidente superioridad para propinar patadas en la espinilla con expresión civilizada. Rivera ha perpetrado una burla mema cuando el otro ha utilizado el adjetivo «maduro», logrando el efecto contrario al perseguido, antes de mencionar un tuit de Iglesias en que éste llamaba «criminal» a Amancio Ortega. Iglesias lo ha negado enfáticamente y llevaba razón: le llamó «terrorista». Pero Rivera ha plegado velas y el moderador tampoco ha creído conveniente pulsar una tecla de su ordenador para verificar la cita. Este caserismo del árbitro tiene su precedente en «ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor» de Bertrand Du Guesclin, que en este caso es La Sexta, marca blanca de un grupo escandalosamente derechista destinada en nombre del balance al consumidor de esa izquierda con el recetario del curandero que agrava la salud del paciente.

Miércoles

HÉROES POR ACCIDENTE

Mientras sus rivales se descuartizan con el ensañamiento de una guerra de exterminio, el PP, acorralado durante meses en el lazareto para corruptos, parece revitalizado gracias al proceso de fisión de la izquierda y el «allegro ma non troppo» de Ciudadanos, cuyos estrategas sufren comprensibles dificultades para explicar porqué Rivera quiso ser vicepresidente de Pedro Sánchez. El brío del PP se percibe en el tono exageradamente festivo de su precampaña, con la abundante exposición de Rajoy y una banda sonora merengona que aspira a fundir dos éxitos de Wilfredo Vargas: «Esto no lo aguanta nadie» y «Dime si te gusto». Es obvio que el PP merece el destierro a la oposición por la despiadada falta de sensibilidad que ha malbaratado su mayoría absoluta y Rajoy el exilio a su plaza de registrador por la exasperante pachorra con que ha gestionado la edición por fascículos de la antología del bandolerismo con carné liberal. Pero el «sorpasso» greco-caribeño y el 30% de indecisos que aventura el CIS puede presentar involuntariamente a la mayoría provisional como el único refugio para votantes impresionables.

Jueves

GRANDES OPORTUNIDADES

No desmerece la calidad de nuestra democracia que los flamantes socialdemócratas de Podemos hayan convertido su programa en un catálogo comercial o que Rajoy, un político más dotado para comunicarse mediante señales de humo que desde la tribuna, haya sorprendido con una clase magistral en el parvulario. No existen grandes diferencias entre ofrecer un escaño o una estantería ni entre prometer una rebaja de impuestos o que no subirá el precio de las «chuches». En Estados Unidos compiten una dinastía multimillonaria gracias a la política y un pistolero de «western» hortera que ya es multimillonario y ahora quiere proteger su fortuna; y en la flemática Gran Bretaña, Cameron consume los días zurrándose en los platós a cuenta de la insularidad británica: ser europeos a tiempo parcial. No debe avergonzarnos que en España los elevados principios también se hayan diluido en un maremágnum publicitario. Es una fórmula universal desde que Jesucristo multiplicó panes y peces como si fueran décimas imaginarias del PIB.

Viernes

SI LO SÉ, NO VENGO

Parafraseo a Puigdemont con un título chusco, ya que resulta imposible encontrar la solemnidad para referirse al espectáculo del «procés». Incluso el debate de anoche entre las cuatro amazonas, que se intentó vender como un combate de lucha libre por parejas y quedó en un tostón cuádruple, tiene hechuras de política de Estado si se compara con lo que está ocurriendo en Cataluña. Lo de menos es que Puigdemont deba llegar a fin de año sin presupuestos, al fin y al cabo vive de la caridad de Montoro, sino que el funcionamiento de las instituciones de la primera región española depende de diez tipos situados a la extrema izquierda del politburó de Stalin. Digamos que la «desconexión» se ha cortocircuitado antes de que los chapuzas de la autodeterminación retiraran el primer fusible. Es probable que el resto de españoles suframos tres elecciones en un par de años, pero mucho más que los catalanes voten por cuarta vez lo que, supongo, será el plebiscito definitivo sobre el penúltimo plebiscito y así «ad infinitum», que las construcciones nacionales las teje Penélope.

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