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En política, la cabra siempre tira al monte

Los humanos somos los únicos animales capaces de mentir

En política, la cabra siempre tira al monte

Si no, miren cuántas similitudes... Para comenzar, fíjense en cualquiera de los partidos políticos que existen y verán cómo, al frente de todos ellos, se sitúa siempre lo que, comúnmente, se conoce como un líder. Ese líder es el que cohesiona toda la estructura y en torno al que, habitualmente, se arremolina el resto de compañeros. Curiosamente -como ya saben- una buena parte de estos últimos, en realidad, son pretendientes a arrebatar, en cuanto sea posible, el puesto y la cartera al jefe pero, pese a ello, no se relacionan con éste desde el enfrentamiento sino que lo hacen desde la amistad... Palmaditas en la espalda, abrazos y sonrisas por doquier, son algunas de las formas elegidas en público para escenificar una camaradería que, habitualmente, viene a durar lo que dura la campaña electoral. Sin embargo, la realidad, harto conocida, es que, si tras la misma, los resultados son malos, pronto comenzarán las peleas entre todos ellos, en una lucha titánica por el poder.

Hasta aquí nada nuevo pero veamos ahora el paralelismo que existe en todo esto con los animales... Por ejemplo, en el caso de los chimpancés, el liderazgo es muy parecido al anterior. Existe un macho dominante que dirige el grupo. Evidentemente, en este caso, todos se cuidan muy mucho de que sea el más preparado y fuerte -ellos, a diferencia de nuestros políticos, no pueden andarse con postureos, entre otras cosas, porque les va la vida en ello-. Pues bien, en ese grupo, además del líder, existen también otros machos más jóvenes que gustan de manifestar al dominante su aprecio y cariño. Se abrazan al mismo en señal de lealtad y, siempre que haga falta, le muestran sumisión y obediencia hasta que, un día, cuando por cualquier motivo aparece algún signo de debilidad en el jefe, no dudan un solo instante en atacarle y arrebatarle el puesto sin miramiento alguno.

Y es que, en el mundo de los animales, en general, existen tres tipos claros de liderazgo que, como les he comentado antes, podemos extrapolar al mundo de la política en su totalidad.

Por un lado, está el liderazgo que usan las grandes manadas de animales salvajes como, por ejemplo, las de antílopes, búfalos o cebras. Éstas siguen a un líder que maneja a todo el grupo pero, atención, si éste sufre un accidente o es abatido por un cazador, la manada entra en estado de caos y no sabe qué hacer -en el mejor de los casos, correrá sin rumbo, chocándose unos miembros contra otros, en una huida sin sentido a ninguna parte-.

Eso ocurre porque el líder no tiene sustituto ni tampoco existe una organización que pueda sostener el vacío de poder. De idéntica forma ocurre en aquellos partidos políticos que se basan, única y exclusivamente, en la figura de un líder omnipresente. Podría ser el caso, por ejemplo, de Rosa Díez y UPyD -desaparecida o dimitida la líder, por los motivos que sean, el partido quedó finiquitado en las urnas-.

La segunda forma de liderazgo en el mundo animal es la que representan las bandadas de pájaros que vuelan en forma de V... Grullas, patos o flamencos, por ejemplo, adoptan este tipo de vuelo para sacar un mayor rendimiento al mismo, pero la posición que ocupa cada animal en la formación no es aleatoria, todo lo contrario, responde a un esquema jerárquico. El líder se sitúa delante y dirige el grupo que vuela tras él pero, junto al mismo, a cada lado de éste, vuelan siempre los lugartenientes atentos a cualquier problema que pueda surgir. Así, si por lo que fuera el líder sufriera un percance y cayera del grupo perdiendo su posición, inmediatamente uno de sus animales de confianza ocuparía su puesto de mando y dirigiría el grupo sin que, en la práctica, se llegara a notar la falta del anterior.

Ni que decir tiene que este tipo de liderazgo es al que aspiran la mayoría de los partidos políticos. Sin embargo, no es fácil, entre otras cosas, porque son los propios líderes los que torpedean este sistema ¿Y por qué lo hacen? Pues supongo que, en el fondo, por inseguridades y miedos que les llevan a alejar de posiciones importantes a las personas que más destacan para, por el contrario, dejar cerca de ellos sólo a aquellos que asumen una posición secundaria como máxima aspiración en la vida y que, por lo tanto, nunca podrán hacerles sombra. Por este motivo resulta tan difícil la sustitución de un líder en los partidos políticos actuales y, por eso, también, es tan habitual que, cuando le preguntan a alguien del partido si estaría dispuesto a sustituir a su líder, éste lo niegue siempre categóricamente, sabedor de que hacer pública una aspiración de ese tipo supone directamente el destierro inmediato.

Pero sigamos? Como decía al principio, son tres los tipos de liderazgo en el reino animal. Por lo tanto, nos queda citar el último, el que usan, por ejemplo, los bancos de peces en el mar. Se trata de organizaciones de animales en las que no existe un liderazgo como tal. Todos los miembros que componen el banco de peces funcionan al unísono. Comparten objetivos comunes, saben dónde quieren llegar y, por supuesto, cómo hacerlo? En el mundo de la empresa, el mejor ejemplo de este sistema serían las cooperativas en las que todos son trabajadores y dueños a la vez.

Pero volvamos a la política? Curiosamente, en un primer momento, la aparición de algunos movimientos como el 15M intentó basarse en este tipo de liderazgo. España se llenó de reuniones asamblearias a pie de calle cuyo objetivo era funcionar, precisamente, como esos bancos de peces. Sin embargo, poco a poco, esta idea primaria desapareció -según unos, con la intención de que estas asambleas fueran más efectivas y, según otros, para evitar cualquier tipo de manipulación en las mismas-. El caso es que, fuera por lo que fuera, al final todo aquello desembocó en la formación de algunos partidos políticos como Podemos que supo canalizar ese descontento social pero cuyo funcionamiento, en la práctica, está basado de nuevo en un sistema de liderazgo idéntico al resto de partidos? Igual ocurre con Ciudadanos.

La pregunta es: ¿y, por qué, al final, sea cuál sea la ideología de éstos, todos los partidos acaban organizándose igual? Pues supongo que porque nos guste más o menos, los humanos también somos animales y llevamos en los genes formas de relacionarnos y organizarnos que, en gran parte son innatas en nuestra especie y que, al final, nos llevan siempre a repetir, una y otra vez, el mismo modelo? En fin que, como alguien dijo alguna vez, está claro, la cabra siempre tira al monte.

Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda.

Más información en:

www.fundacionraulmerida.es

www.animalesarcadenoe.com

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