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La verdad a los españoles

La verdad a los españoles

Tenéis unos dirigentes que no os los merecéis. Fijaos cómo será que este fin de semana se lo están pasando en un encierro en el Alcázar de Toledo. En realidad lo querían hacer en el Vaticano, pero Paco les ha dicho que teníamos montado allí un sarao con peregrinos y han preferido algo menos aparatoso.

¿Encerrados? Os estaréis preguntando.

Sí. A cal y canto. Como cercados por los muros de Jericó. Bueno? un poco más fuertes.

¿Y para qué? Será la siguiente pregunta.

Para pactar.

¿Pactar? Insistiréis.

Sí, hijos, sí. Pactar. ¿O es que no sabéis lo que es pactar?

Pues eso. Que los cuatro jinetes, digo los cuatro magníficos, se han encerrado para llegar a un acuerdo y evitar nuevas elecciones.

Y no os imagináis el esfuerzo que están haciendo. Desde luego, esos individuos son unos auténticos santos, de hecho ya estamos reservando asientos en el coro celestial para cuando, yo nunca lo quiera, suban por aquí.

Siguiendo con la trasgresión, total muertos por uno muertos por cien billones, os voy a contar literalmente algunas de sus conversaciones, para que comprobéis de qué materia celestial templado están hechos.

-Querido Mariano. Ya me disculparás por no haberte llamado. Ya sabes, eso de que lo vas dejando, lo vas dejando? y nunca encuentras el momento.

-Por favor, amigo Pedro. ¡Eso faltaba! La culpa es mía, por no haber ido a Ferraz, a buscarte a la salida de algún comité federal.

-Disculpadme, amigos. Yo soy el culpable, ¡yo!

-Pablo, ¡por el amor de Dios! Si a alguien se le pueden achacar culpas es a mí.

-Eres modesto a la vez que animoso y flexible, amigo Albert.

-Pero vayamos al grano, como diría un dermatólogo, amigos? ¿Qué digo amigos? ¡Hermanos!

-Sí. Vamos a lo que nos gusta a los cuatro.

-¡¡¡¡A pactar!!!!

-Mirad, para empezar: Yo cedo la reforma laboral.

-Bien Mariano, ¡vamos bien!

-Pues yo estoy dispuesto a olvidarme del referéndum de Cataluña.

-¿Cataluña? ¿Qué es Cataluña?

-¡Jo Albert! Eres el colmo del encanto y de la felxibilidad.

-Yo, hermanos, para llegar a un pacto estoy dispuesto a renunciar a mi lema de campaña. Mirad, mirad? si de hecho ya lo he cambiado: ¿Recordáis aquello de «Hay que echar a Rajoy»? Pues ahora lo he convertido en «Ajunto a Rajoy y a todos sus compiyoguis!»

-Enternecedor, querido Pedro. Tu amistad me turba, me abruma, me subyuga? Casi ni me acuerdo de aquello que me dijiste en el debate de la tele?

-Es que fueron los periodistas, Mariano. ¡Una manipulación intolerable!

-Hombre, Pedro? yo estaba presente y escuché que era un indecente.

-¿Indecente? ¡Inocente!? te llamé Inocente. De hecho dije: «Amigo Rajoy, es usted inocente». Sabes que mi admiración por ti sólo es comparable al amor que siento por Pablete Iglesias? míralo? qué guapo está con su camisita de Carreful por fuera.

-Perdonad, amigos míos. Pero si se trata de amar, aquí el que más ama es mi men Albert. Yo amo a Pablo, a Mariano, a Pedro y a Susana Díaz. Y si hace falta amar a más gente amo a Esperanza Aguirre, a la momia de Lenin, a Luis Bárcenas, a Carlos Fabra y al gran Wyoming. ¿Alguien ama más?

-Queridos todos, amados, deseados y compadres. Sentadas las bases amatorias procedamos a las cesiones. Que el ciudadano Borbón nos va a llamar enseguida y hemos de llevarle los deberes hechos. Veamos: ¿Presidente?

-Hombre, a mí, modestamente, me gustaría.

-Ya Mariano. Pero se impone un sacrificio por el país. ¿Qué tal Monedero? Independiente, salao y con gafas.

-¡Y profesor!

-Ah, bueno? si es profesor me callo? ¡Monedero presidente!

-¿Vice?

-¿Soraya?

-Seca.

-¿Pedrito?

-Alto.

-¿Albert?

-Redicho.

-¿Esperanza?

-¡Perfecta!

-Ya tenemos la cabeza. Vamos, vamos, que esto de repartir mola mucho.

-Deberíamos plantear algunos independientes en el Gobierno. Eso siempre da un cierto caché, me lo ha dicho mi amigo Nico Maduro.

-Sí Pablo, sí? vamos a ello:

-Cultura para la Pantoja.

-Interior para Arnaldo Otegui.

-Sanidad para Joaquín Sabina.

-Hacienda para Messi.

-Exteriores y relaciones panameñas para Rato.

-Uff? ¡Qué cansado es esto de pactar!

-¡Y qué responsable!

-Los españoles no pueden imaginarse lo duro que es ser padre de la Patria.

-De la Patria y de la Matria, Mariano.

-Tienes razón, Pablete, cuchicuchi?

-Hala, pues vamos a llevarle los deberes al ciudadano Borbón, y a gobernar?

Ya veis, españoles. He roto mi promesa de discreción para que os deis cuenta de los santos varones que tenéis al frente de vuestra nación. Gentes que anteponen el bien común ante cualquier consideración, prójimos que olvidan sus intereses personales o de partido ante el bien común, almas que rebosan altruismo que llevan inscrito un solo lema en el frontispicio de sus existencias: ¡Servir!

¿Qué comentarios llegan hasta mí? ¿Qué murmuraciones escucho? ¿Panamá? ¿Bárcenas? ¿Gurtel? ¿EREs? ¿Tarjetas Black?

Hijos míos, ¿no habéis oído aquello de que hay que poner la otra mejilla?

-Eso es muy antiguo, Pa.

-Cierto JC. ¡Ahora lo que hay que poner es el otro bolsillo! Para seguir pagándoles los impuestos a estos santos varones.

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