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Extorsiones, migajas y cervantes

La dialéctica de la política española en un resumen que abarca de lunes a viernes

Extorsiones, migajas y cervantes

Lunes

QUÉ ME DICES

El registro de las sedes de un sindicato y de una asociación de consumidores bancarios por indicios de extorsión perpetrada a gran escala presenta una peculiaridad española que siempre conviene enfatizar: no se trataba de un sindicato ni de un asociación de usuarios y todo el mundo lo sabía desde hace varios lustros. Sin duda, es una feliz coincidencia que la hermana del Rey esté siendo juzgada precisamente en estos momentos debido a la tozudez del presunto sindicato. Con un proverbial don de la oportunidad, Miguel Roca se ha apresurado a incluir a su cliente en la lista de extorsionados (en grado de tentativa) por el sindicato y hasta aquí todo sería homologable al resto de Europa si no fuese por los matices regios del entremés y la constatación de que nos podríamos haber evitado estas maniobras clandestinas si la abogada del Estado no hubiese llegado a la conclusión de que Hacienda no somos necesariamente todos. Sin embargo, el caso de la asociación de usuarios aboca a una pregunta inquietante: ¿Por qué aceptaron la extorsión las entidades financieras, como ahora reconocen con una mueca resignada?

Martes

EL ESCALAFÓN

La semana pasada escribí que Montoro había multado a Aznar con 200.000 euros por prácticas fiscales poco honorables y debo rectificarme sin miramientos: Aznar presentó una declaración complementaria de 200.000 euros y fue multado con 70.000, lo que arroja una cuantía superior pero un desglose menos vergonzante ya que una declaración complementaria no es más que un doloroso recordatorio de que Hacienda y contribuyentes no siempre interpretan las leyes de la misma forma. Quiere decirse que Aznar, como el resto de la humanidad, intentó minimizar el quebranto solidario y Hacienda discrepó. Ahora bien, una de las ventajas inherentes a ser rico es que la contraparte suele ofrecer cómodas alternativas como en el menú de los aviones: buñuelos huecos de Adriá en business y lentejas, las tomas o las dejas, en turista. Un asalariado que suspira por la devolución de sus retenciones difícilmente entiende de incentivos fiscales, sicavs o desgravaciones; su compatriota bendecido por todos estos mecanismos logra cada mes de junio el milagro de los panes y los peces sin mayor sacrificio que entregar raspas y migajas al Estado. Lo llaman política redistributiva.

Miércoles

GREGUERÍAS

(El presidente Rajoy, tan naturalmente rígido como una estatua de granito cincelada con pliegues en el pantalón, alza las cejas sobre su habitual sonrisa inescrutable; a un referéndum de distancia, el «president» Puigdemont, flequillo dotado de vida propia y corbata a guisa de nudo corredizo, le obsequia con una venerable edición del Quijote que Rajoy deposita mimosamente sobre un ejemplar atrasado de Marca).

- Mariano, ya sabes que Cervantes se llamaba en realidad Joan Miquel Servent. Perdió su brazo por España y fue recompensado con desprecio e incomprensión. Como ahora.

- Lamentable. Hablaré con los del cuarto centenario de Cervantes antes de que impriman los folletos. Siempre que no afecte a la Constitución, naturalmente.

- Te lo agradezco, aunque eso puede esperar. Yo he venido a hablarte de financiación y transferencias. Y Junqueras me ha encargado unas torrijas.

- Pero si vas a declarar la independencia dentro de quince meses, ¿para qué quieres las transferencias?

- Quince meses, quince años, qué más da si hemos esperado durante tres siglos. Además, lo que entra en la «butxaca» es porvenir ganado.

- ¿Eso es de Verdaguer?

- No, de Sirvent. De «Rinconete y Cortadillo».

Jueves

LA PRÓRROGA

Felipe González ha aventurado que las próximas elecciones alumbrarán un parlamento tan ingobernable como el actual, lo que pondrá a prueba la capacidad de resistencia de unos y la maleabilidad de otros hasta extremos insoportables. Para los espectadores, claro. La impresión borrosa es que los movimientos sísmicos en la izquierda favorecerán tarde o temprano un gobierno del PP con el apoyo de Ciudadanos, pero es otra cuestión si Mariano «Rajao» es sólo un mote barriobajero urdido por los asesores de Rivera con fecha de caducidad y no un veto solemne. Desde luego, tiene mayor interés morboso la cruzada que ha convocado Podemos para derribar los muros de la Babilonia socialista. Cuanto más insolente se muestra Iglesias culpando a la casta de la supina incompetencia de los diputados de Podemos, que en cuatro meses todavía no han aprendido cómo se vota en el Congreso, tanto más se achina el histrionismo del socialista Hernando, el portavoz de sonrisa perenne incapaz de reanimar a un Pedro Sánchez que acusa las secuelas de la quermés que él mismo organizó.

Viernes

LA COMUNIDAD

En un país de ciento cuarenta caracteres agropecuarios como termómetro de la opinión colectiva, nada más lógico que un titiritero denigre a Cervantes con cuatro gracietas de barraca porrona y sermonee a los parlamentarios certificando que en un lugar de la Mancha ahora acampan las huestes del populismo pedestre, el tránsito de «con la iglesia hemos topado» a la corrección política en edición para tarugos, de los molinos de viento imaginarios a otros con cláusula-suelo y un okupa zarandeando pancartas de rebelión encaramado a las aspas. Malbaratar las instituciones convirtiéndolas en el templo de la mamarrachada es tan letal como el latrocinio de los partidos tradicionales y Pablo Iglesias es el paradigma de esta apología de la vulgaridad pomposa, un tipo con el suficiente desparpajo como para abroncar a periodistas cuando, sin la promoción en «prime time» de Berlusconi y Planeta, hace años que hubiese tocado techo como chavista subvencionado y charlatán cursi en tertulias noctámbulas.

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