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Los alumnos se convierten en periodistas gráficos por un día

El ritmo de trabajo, la rapidez en la toma de decisiones y la ausencia de horario es lo que más les impactó

Alumnos atienden a las explicaciones del jefe y los compañeros de Cultura.

Ajenos por completo al mundillo periodístico, la mayoría de los 63 alumnos que participaron en la iniciativa de sustituir las fotografías del diario por ilustraciones y montajes ni siquiera suelen leer el periódico en papel. Pertenecen a la generación de internet y las redes sociales pero bastó que una primera «avanzadilla» de nueve alumnos visitara INFORMACIÓN la pasada semana para conocer cómo funciona un periódico y la labor que iban a llevar a cabo aquí para que los profesores se vieran desbordados por las peticiones para participar y tuvieran incluso que confeccionar una lista de espera. De hecho, uno de los redactores, que además elabora viñetas, realizó un pequeño sondeo el jueves sobre si preferirían ver sus obras publicadas en papel o en la web y se decantaron de manera aplastante por la primera opción.

En clase sí practican con ilustraciones más enfocadas a revistas y magazines pero tener la posibilidad de que miles de personas vieran sus trabajos eran palabras mayores. Por eso llegaron a las instalaciones del periódico con la mente abierta y los pinceles cargados. Tras el primer contacto lo que más les llamó la atención fue el ritmo de trabajo y la velocidad en la toma de decisiones, así como la forma en que un redactor se entera y da forma a una noticia. El hecho de que no importen los horarios a la hora de actualizar un tema o que noticias que habían escuchado a las once de la mañana hubieran desaparecido del mapa a media tarde mientras surgían otras nuevas también les desconcertaba un poco. Aún así se acoplaron con sorprendente soltura a la dinámica de llenar de actualidad las páginas de un periódico y se convirtieron en periodistas gráficos por un día. La sensación que les quedó a sus profesores tras la «gran experiencia» fue que «han trabajado bien, con capacidad para improvisar y resolver contratiempos y eso les va a venir estupendamente para su futuro».

Para poder llevar a buen término el reto planteado elegir con acierto las técnicas fue fundamental. Así, desde el primer momento se descartó el uso del lápiz porque no daría la resolución suficiente a la hora de salir publicado. Sí se utilizaron la tinta china y los rotuladores, así como las acuarelas y las témperas. Una vez que el dibujo estaba terminado, los alumnos lo escaneaban y desde el ordenador daban los últimos retoques si era necesario o combinaban técnicas tradicionales con novedosas para conseguir el efecto deseado. Otra de las variantes fue el tratamiento de fotografías mediante programas informáticos y los montajes tipo «collage». Unas técnicas resultan más rápidas que las otras por lo que algunos alumnos fueron capaces de realizar más de cinco ilustraciones mientras que otros sólo pudieron crear dos.

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