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Homo -y homa- hispanicus

-Te veo mala cara. Me recuerda a los días previos al diluvio, que estabas que no te aguantaban ni los arcángeles.

-Ya que lo dices, estoy un poco preocupado.

-Lo sabía. Venga, desembucha. ¿No será por lo de España, verdad?

-¿Es-pa-ña?

-Sí, Pa. Lo de las elecciones y la imposibilidad de que se pongan de acuerdo hasta en cuáles son los mejores tomates.

-¡Los de Muchamiel!

-Pues no señor. Son los del Perelló.

-Los de Muchamiel, sin lugar a dudas. Su sabor es suave y la textura melosa.

-Los del Perelló tienen piel fina, un sabor en boca muy dulce y poca acidez.

-Pa? ¿qué hacemos discutiendo de tomates? ¿Luego nos extrañamos de que los humanos no se pongan de acuerdo?

-Es cierto, JC. Muy cierto. Perdona. Es que no estoy.

-Ya, lo comprendo. Los pactos esos que parecen imposibles.

-Bueno? Aun recuerdo cuando nosotros llegamos a un acuerdo con los egipcios?

-Pa? aquello no fue exactamente un pacto. Que abrieras el Mar Muerto y se tragara al Faraón no se puede considerar estrictamente una negociación.

-Según se mire. Quizá? Pero entonces? A lo mejor el asunto de Sodoma?

-Pa. ¡Que la redujiste a cenizas!

-Cierto, pero porque no quisieron pactar los humanos.

-Ya veo, ya... de quién han sacado los homínidos esa capacidad de acuerdo?

-JC, a ti no te fue mejor cuando estuviste de vacaciones allá abajo. Si no recuerdo mal, no alcanzaste demasiados pactos tampoco.

-Vaya. Tienes mal día hoy, Pa. Pero sí, es verdad. Intenté pactar con muchos humanos. Primero con Herodes, pero casi me pasa a cuchillo. Luego monté una especie de partido político, con doce miembros. La verdad es que eran buena gente, hasta que uno de ellos se convirtió en tránsfuga y se me fue a la oposición. Después intenté llegar a acuerdos con el gobierno, pero se lavaron las manos en la negociación y no hubo manera de firmar pacto alguno. Entonces se me ocurrió algo muy humano, seguramente contagiado de sus costumbres: Perpetuarme en el poder, a ser posible algunos milenios. Y fundamos la Iglesia. Ya que no llegamos a pactos, hagamos una huida hacia delante, y si es necesario en solitario.

-Conozco esa táctica. La hemos usado mucho.

-En este caso la verdad es que ha funcionado bastante bien durante unos veinte siglos. Sí es verdad que hemos tenido que firmar algún pacto. Uno de no agresión con un tal Lutero y otros de si te he visto no me acuerdo con los ingleses y otras tendencias. Y que incluso hemos tenido facciones dentro del partido? digo de la Institución? variadas, y meteduras de pata.

-Estos humanos creen que han descubierto la pólvora, y está todo inventado.

-Desde luego, Pa. ¿Te acuerdas de aquella ocurrencia de la Inquisición? Que es como el Tribunal de la Haya pero en medieval.

-Desde luego. No fue mal al principio. Pero luego aquello se vició.

-Como pasa con todo lo humano, Pa. Al principio todo comienza muy bien, muy bonito, con la mejor de las intenciones. Pero luego llega el desencanto, el «si todo el mundo trinca, ¿porqué yo voy a ser una excepción?» Como en el PP de Valencia, por ejemplo, o en los ERE de Andalucía, o en la familia Pujol.

-Sí, lo mismo que sucedió en la Inquisición. «Si condenamos a un hereje por apostasía, ¿por qué no nos quedamos con sus bienes? Y ya que nos quedamos con su pasta, vamos a rapiñar un poquito, que nadie lo va a echar de menos. Y ya que hemos rapiñado un poquito de aquí y de allá, vamos a montar una red de rapiña organizada». Y eso acaba siendo el objetivo fundamental de la institución. Nada nuevo bajo el sol. Ha sucedido desde que inventamos la bola esa de fuego.

-¿El sol, Pa?

-Es que me fastidia que le cambien el nombre los humanos. Y que algunos la confundan conmigo.

-Pero entonces, Pa, no nos podemos extrañar de que estos humanos españoles sean como son. Que no pacten ni con su madre en el lecho de muerte y no se pongan de acuerdo ni en si la homeopatía es una filfa.

-Eso sí que es grave, carape, con la cantidad de información que les hemos hecho llegar. Pero sí, JC. No son capaces de ponerse de acuerdo. Mea culpa. En el subespecie homo hispanicus -Homo y homa, que si no me cortan el triángulo los sujetos -y sujetas- de Logremos?

-Pa, Podemos.

-¿Podemos? ¿Podemos qué?

-Que se llaman Podemos.

-Pues vaya nombre para una asociación cultural.

-No es exactamente eso.

-¿Qué es entonces?

-Dejémoslo, Pa. Me hablabas del Homo Hispanicus?

-Sí. Cuando lo ensamblamos le pusimos una pizca de imaginación, otra de alegría, cuarto y mitad de emprendimiento, bastante carga de independencia y finalmente nos quedaba una celdilla del cerebro por re- llenar. Pero nos quedaban dos unidades por instalar. Así que tuvimos que elegir entre la tolerancia y el orgullo.

-¿Y qué pusiste Pa?

-Pues si quieres que te diga la verdad¡, no lo recuerdo. Creo que me llamaron urgente porque se estaba liando un sarao en un sitio que se llamaba Babel y le dejé el encargo a un ayudante que entonces era de toda mi confianza.

-¿Un ayudante? ¿Quién era?

-Sí, JC, lo conociste mientras estuvo con nosotros aquí arriba, antes de bajar a la Tierra. Se llamaba Franco, Francisco Franco.

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