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El dolor en el mundo

Remedios para el dolor físico: Para aliviar el dolor las sociedades han puesto en marcha muchos remedios. Unos han venido del campo de las probetas. Imagínese lo que supuso el poder parir sin dolor. En el fondo utilizaba los avances científicos en el mundo de la química aplicada a la medicina. O los avances en la anestesia que permitieron a los cirujanos llegar cada vez más lejos, o si lo prefieren profundizar en el interior de nuestro cuerpo, incluso la cabeza, reparar o cortar y salir. En el control del dolor, la química ha supuesto un gran avance.

Escalas que lo valoran y nuestra producción de opioides: Para definir su intensidad, para medir la importancia del dolor físico y orientar su tratamiento se crearon escalas que lo valoran; van desde algo molesto o escaso hasta el insoportable o insufrible. La Organización Mundial de la Salud (OMS) creó una escala que señala cuál de los medicamentos se deben emplear para aliviarlo; se aconsejaba usar desde la elemental aspirina para controlarlo cuando es leve hasta la morfina y/o sus derivados si el dolor es intenso. La morfina actúa porque tenemos receptores que la captan, y de hecho la producimos por ejemplo cuando hacemos ejercicio, son las llamadas endorfinas. En ello hay controversia. Hoy disponemos de muchas sustancias que mejoran el dolor, son lo que llamamos analgésicos, pero sus efectos secundarios, indeseables o negativos deben tenerse en cuenta. Muchos defienden el uso de marihuana o los cannabinoides, que en realidad tienen poco poder analgésico y su uso conlleva un gran pago: hacerse adicto.

Unidades del dolor: Luego, en este terreno surgieron en los hospitales las unidades especiales del dolor. Muchos profesionales sanitarios se dedican en exclusividad a su valoración y manejo. No es de extrañar, el dolor intenso es algo importante, tanto que en algunos casos lleva al suicidio, y siempre deteriora nuestra calidad de vida.

Es fácil entender que el dolor físico u orgánico surge porque se estimulan nervios capaces de trasmitir esas sensaciones, y esos nervios se excitan o irritan, por ejemplo si se rompe un hueso, se golpea un musculo, se estira o distiende ese nervio o se tuerce un tendón.

Cuidados paliativos: En la vida surgen situaciones o enfermedades hoy por hoy incurables y muchas acompañadas de dolor, en las que, ante la imposibilidad de conseguir su cura, buscamos la calidad de vida, el alivio o la mayor comodidad, frente a la cantidad, el vivir más tiempo, entendiéndose que entorpecen mucho el día a día y recortan la dignidad del sujeto. Así se han desarrollado actuaciones que llamamos cuidados paliativos. Se trata de prácticas, muchas veces llevadas a cabo por unidades a cargo de profesionales que tratan de aliviar, de permitir que, mientras se esté vivo, se pueda mantener el máximo confort, aunque no se avance en curar la enfermedad que causa ese estado.

Otras formas de terapia para el dolor: Le reconozco que las conozco mal y por tanto apenas puedo hablar de su eficacia para combatirle. Una es la acupuntura. Se basa en implantar pequeñas agujas en puntos concretos y superficiales del cuerpo y a su través crear una especie de confusión en los mensajes de las distintas terminaciones nerviosas, y así aliviar el dolor. La otra es la homeopatía. Le confieso que esta me sorprende más. ¿Por qué? Yo he aprendido que los fármacos tienen acción sobre determinados receptores (zonas del cuerpo), y necesitan absorberse, distribuirse, llegar hasta allí, y tienen un tiempo de acción, porque también se eliminan. Necesitan darse en una determinada cantidad pues, si no, no son efectivos. Por ejemplo un antibiótico, si no es a la dosis adecuada no mata la bacteria, y por tanto tomarlo a dosis inadecuada nos es inútil. Pues bien, la homeopatía se plantea curar con productos usados a dosis infinitesimales. Así yo no pertenezco a la escuela de los que creen en que no curan por la propia sustancia que contienen, aunque sí pueden hacerlo porque uno se sugestiona, cree en su efecto curativo; es lo que llamamos un efecto placebo. Este efecto es algo inherente a nuestra vida. No tiene base racional, es como la fe. Si crees, te curas. Si me permite la broma, la homeopatía sería como tener hambre y comerse la sombra de un chorizo que proyectamos en un plato.

Dolor anticipativo: Otras veces los sujetos viven con dolor que aparece, antes de irritar el nervio implicado. Es lo que se llama dolor anticipativo. Por ej., a algunos les duele al mover el hombro. Pero lo curioso es que les duele desde el momento en que piensan que lo tienen que mover, mucho tiempo antes de que inicien ese movimiento. Y es que el dolor tiene también contenidos psíquicos.

Dolor psíquico: Le comento algunas situaciones en las que aparece dolor psíquico o ese componente es muy importante. Por ejemplo cuando decimos: sus palabras me han causado dolor, me he sentido muy dolido con sus acciones. Ese tipo de dolores muchas veces los cura el saber perdonar, y sobre todo si no damos a los demás el poder de hacernos daño con sus actuaciones o palabras, o en cierta manera de controlar nuestra vida.

Hay quien se instala en la queja como modo de vida; se sienten victimas de todo, porque ese victimismo les da protagonismo. La realidad es que van de sufrientes por la vida.

Dolor físico y psíquico a la vez: Existen además situaciones intermedias. Por ejemplo hay personas, sobre todo mujeres, que viven con dolor, tienen zonas o puntos que les causan dolor al menor roce. Se dice que padecen fibromialgia, pero en ellas es muy frecuente que se asocien componentes de inquietud o gran ansiedad y en otras de tristeza o componentes depresivos. Es fácil entender que si el malestar o dolor persiste mucho tiempo genere ansiedad o tristeza, pero también que el ansioso, o triste, acabe presentando dolor. Lo importante es reconocer que en muchos de estos casos se requiere el abordaje mixto, el de un experto psicólogo o psiquiatra y de un neurólogo o experto en dolor físico, y las terapias combinadas producen mejores resultados. Importa que sepa que el dolor es importante, pero que en nuestro siglo y país puede controlarse.

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