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Chachas, Pipino «el breve» y la guillotina

Semana y media

Chachas, Pipino «el breve» y la guillotina efe/Mariscal

Lunes

Las que sirven

«En una sociedad seria y sana estaría limpiando suelos y no de alcaldesa de Barcelona». La frase del concejal del PP de Palafolls sugiere la imagen de Ada Colau arrodillada sobre unas baldosas mugrientas con pañuelo anudado en la frente, estropajo frenético y cubo de agua que apesta a lejía. Un precedente cercano, pero tratado con mayor benevolencia entonces por aquello de que el machismo y la procesión del Corpus son cosas fundamentalmente de derechas, es otra frase intemporal del alcalde de Toledo y hoy presidente autonómico de progreso, García Page, que hace dos años comparó desfavorablemente a Cospedal con una chacha al suponer que ni siquiera sabía pasar la aspiradora. Más que machismo, todo esto es clasismo casposo: el concejal del PP asocia a Colau con un retrete público y García Page a Cospedal con el servicio doméstico de cofia almidonada. En cualquier caso, ambas bobadas intentan atribuir una baja cualificación política a las destinatarias denigrando a las limpiadoras cuando salta a la vista que en España la profesión con menores exigencias curriculares es la de concejal o presidente autonómico.

Martes

El turista accidental

Dice el portavoz de Ciudadanos que el pacto con el PSOE no corre peligro por el viaje de Sánchez para entrevistarse con el presidente de la Generalitat. Al fin y a cabo, Barcelona recibe anualmente a siete millones de turistas. El problema es que sólo Pedro Sánchez viaja para conocer a un golpista institucional y no el campanario de la Sagrada Familia. Tal vez a Ciudadanos le consuele que en el pacto, además de no prohibirse los viajes a Barcelona, tampoco se menciona una enésima reforma estatutaria para saciar inútilmente a la bestia o el compromiso de mantener la política lingüística de la Generalitat, dos ofrecimientos de Sánchez mal disimulados a pesar de que Ciudadanos nació precisamente para combatir ambas posibilidades. Pero es cierto que «no pasa nada por ir a Barcelona» ya que ni PSOE ni Ciudadanos han creído nunca en un pacto imposible. El pacto es útil porque erosiona a Podemos y PP y caducará con un sincero «fue un bonito timo mientras duró» en cuanto el rey disuelva las cámaras.

Miércoles

La maldición de Rita

Un amigo ha mencionado a Pipino «el Breve» como apodo aprovechable para Rajoy, pero la brevedad de Pipino fue física y no cronológica: medía 1'37. Si buscamos comparaciones medievales, el personaje más ajustado es sin duda Etelredo «el Desprevenido», un rey sajón que se enteró de que los daneses habían invadido Inglaterra cuando éstos lo capturaron. El PP no ha asimilado saludablemente que la corrupción y su secuela de imputados no son un problema jurídico y sí político. Cómo va a ser jurídico si la televisión anuncia los retales de sumarios con sonido de timbales. Es posible que Rita Barberá sea tan inocente como una abadesa de clausura, pero también seguro que no lo parece y esto acarrea sanción desde que alguien comprendió que la opinión pública, como la energía, no se crea ni se destruye sino que se transforma. En estas circunstancias, el letargo de Rajoy le inhabilita como candidato por razones de torpeza terminal y no de incoherencia ética. Ya no se trata de que sus adversarios le exijan fumigar la buhardilla, sino de que sus propios subalternos han comenzado a bizquear ante tanta apatía disfrazada de serenidad.

Jueves

Causas sagradas

Proclamándose herederos de los revolucionarios franceses, nada tan lógico como que en Podemos se haya desatado el terror y los jacobinos de Iglesias estén enviando a los girondinos de Errejón a la guillotina. Por más que los tertulianos se obstinen en identificar esta purga estalinista con un genocidio subsahariano, el bebé de Bescansa no corre peligro y sólo cabe lamentar que las discrepancias sobre el método idóneo para desmenuzar al PSOE hayan permitido recuperar protagonismo a Monedero, un esnob con sonrisa de intelectual propenso a firmar sentencias de muerte. Legítimamente, el PSOE no es ajeno a este «divide y vencerás» y de ahí que Sánchez haya aprovechado una cumbre socialista para pedir a Tsipras que interceda ante Iglesias. Lo ha hecho en un inglés que convertía el indescifrable «cockney» londinense en una jerga refinada, pero tanto daba que se hubiese expresado con acento de «Oxbridge». No parece una buena idea contratar como alcahuete a un revolucionario póstumo que ahora cobra todos los meses de Berlín.

Viernes

Busca y captura

La espina dorsal del régimen parlamentario es la supremacía del poder legislativo mediante el control de la acción de gobierno, cuya mayor expresión es su nombramiento (investidura), ratificación (cuestión de confianza) y destitución (moción de censura) pero también la fiscalización del Ejecutivo a través de comparecencias ordinarias. Si el Gobierno no comparece, priva al Parlamento de sus atribuciones y en consecuencia incumple la Constitución. Estas nociones básicas pueden encontrarse en los apuntes de cualquier estudiante de Derecho y equivalen a la tabla periódica para los alumnos de Químicas. Sorprendentemente, el Gobierno en funciones ha extraviado sus apuntes y se resiste tercamente a rendir cuentas de los asuntos que está gestionando amparándose en que no ha sido «investido» por el Congreso, una treta de tahúr inepto ya que el Parlamento sí ha sido elegido para entre otras cosas indagar a qué dedica sus esfuerzos. Por cierto, que Patxi Lópéz esté en precampaña electoral no justifica la espantada ¿Acaso el Gobierno va a renunciar a inaugurar tramos de AVE por hallarse en funciones?

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