La trayectoria de Pasqual Mollà (Elche, 1956) no se entiende sin la política. Concejal en el Ayuntamiento ilicitano durante cinco años y diputado en las Cortes valencianas durante doce, empezó representando a los estudiantes en la junta de Facultad, allá por la década de los setenta, prácticamente nada más aterrizar en la Universidad, en su etapa en Valencia. Poco después llegaría un PCE aún clandestino. Vivió la descomposición de los comunistas en 1982, pero resistió al frente del partido en Elche. Luego llegaría Izquierda Unida, formación ésta a la que acabaría dando un portazo en 2007. Nacía así Iniciativa, para acabar integrándose en Compromís, y Mollà se convertía en el cerebro de esta coalición que hoy marca tendencia. Sin embargo, él prefiere definirse básicamente como un profesor de Matemáticas, que aún hoy da clases en el instituto de Carrús, pero que se jubilará en cuestión de meses. Le gusta, y mucho, hablar, y parte de que todas las personas siempre tienen algo interesante. Se ha escrito mucho del clan Mollà, pero él le quita importancia. «Yo estoy muy contento de compartir las inquietudes con mis hijos. A lo mejor a alguien les habría gustado que fueran del PP, pero yo prefiero que no, y Mireia está donde está porque se lo ha ganado», responde sin querer ni poder ocultar el orgullo de padre.
