Lunes
Variedades
Da la impresión de que Iglesias utiliza con Sánchez la táctica inversa a la de Don Corleone, cuyo fúnebre «les haré una oferta que no podrán rechazar» dirigido a los Tattaglia él parafrasea como «le haré una oferta que no podrá aceptar». Hoy ha exigido que su vicepresidencia asuma la gestión de TVE, los servicios de información, el CIS, el BOE y la lucha contra la corrupción. Como hace un mes además requirió para sus huestes las carteras de defensa, justicia, interior, asuntos sociales, economía, educación y una «delicatessen» que llamó «ministerio de la plurinacionalidad», cabe deducir que en un eventual gobierno de coalición al PSOE le corresponderían la presidencia y, apurando el organigrama, un ministerio para asuntos extrasensoriales o similar. Lo más chusco de esta farsa es que el interés de Iglesias en que Sánchez fracase coincide con el de éste en presentarse como víctima de la intransigencia de unos y otros, ya que siempre ha tenido las mismas posibilidades de presidir el Gobierno que el tribunal del «caso Nóos» de entender la contabilidad de la empresa.
Martes
A MORO MUERTO, GRAN LANZADA
Entre un publirreportaje y otro de la última línea de calzoncillos o sonajeros promocionada por las estrellas de la liga, las redacciones deportivas de los informativos aseguran haber descubierto a un pastor siberiano que no había oído hablar del penalti de Messi y, en consecuencia, ignora que desde hace dos días España discute si fue una genialidad o una descortesía, como si algunas genialidades no pudieran ser groseras. Un equipo verdaderamente grande no espera a que un partido pierda incertidumbre para fantasear ni se adorna risueño ante el rival derrotado. Es evidente que esa jugada no se habría producido con un resultado indeciso y esto es lo que la convierte en la genialidad de un mal ganador. Santo Tomás ya escribió al respecto distinguiendo entre «lo legal» y «lo recto», aunque en Madrid parecen menos interesados en el tomismo que en cómo se hubiese juzgado el lance de haber sido Ronaldo su protagonista. Una sospecha por lo demás ociosa: Ronaldo jamás habría cedido el balón a Benzema.
Miércoles
El hundimiento
Sólo haciendo un esfuerzo sobrehumano puede admitirse que la dimisión de Esperanza Aguirre no suponga un rejonazo a Rajoy. El plan magistral consistía en dejar que Sánchez, Iglesias y Rivera vetaran arbitrariamente al vencedor de las elecciones, fueran incapaces de formar una coalición y hubiese nueva convocatoria que premiaría la querencia de los españoles por la estabilidad y los señores aburridos. Pero los estrategas no contaron con que, mientras los otros tres chalaneaban, la agenda de Rajoy se vería saturada por la letanía de la corrupción. Sánchez ya ha escrito su discurso de investidura, que en realidad es su programa electoral: Matas, Barberá, Aguirre. Pensar que en estas circunstancias el PP pueda mejorar sus resultados es patológicamente eufórico. La opción de la purga interna ya no tiene validez a quince días de la investidura: el oportunismo de la tardanza agravaría la sensación de colapso. El único asidero, y bien magro, del PP es abducir a los tres millones y medio de votantes de Ciudadanos con el placebo de que Rivera intenta usar sus votos para hacer presidente a Sánchez.
Jueves
Ay, Carmena
Ha comenzado el juicio a Rita Maestre, concejala madrileña y nudista conventual que hace cinco años asaltó la capilla de la Complutense coreando consignas teológicas como «menos rosarios y más bolas chinas». Supongo que Pablo Iglesias no se refiere a esto cuando dice que fue una de sus mejores alumnas. Uno de los rasgos genuinamente totalitarios de Podemos es considerar la ley como un instrumento opcional y los derechos individuales una martingala que debe ceder ante las aspiraciones colectivas, que naturalmente ellos son los únicos legitimados para identificar. Según esta metafísica de la porra, el derecho del capellán de la Complutense a no ser avasallado es menos respetable que el derecho (¿de quién?) a impedir que haya espacios confesionales en centros públicos. Podríamos seguir con el divertido caso del concejal de seguridad también madrileño, hasta ahora sólo conocido por haber encabezado con el rostro desencajado un escrache contra Alberto Ruiz Gallardón y desde el martes porque ha sufrido uno, casualmente con la misma expresión desencajada, por parte de sus propios policías municipales. Tal que el doctor Guillotin, quien inventó la guillotina y estuvo a punto de morir guillotinado.
Viernes
EL OCASO DE LOS DIOSES
Esta mañana, un preferentista de Bankia ha propinado una colleja a Rato a las puertas del juzgado. Había pensado titular con la expresión alemana «götterdämmerung», indiscutiblemente más tenebrosa que su traducción al castellano, pero Rato es de Cádiz y yo ni siquiera sé pronunciar «Beckenbauer». El caso de los ERE es una estafa perpetrada en masa y desde Fuenteovejuna sabemos que la culpa colectiva no existe; la fosa séptica valenciana se está sobredimensionando por motivos políticos y la prueba es que casi nadie menciona que todos los partidos contaban con su propio club de amigos de Rus; en cuanto a los maletines de Granados, la única novedad es que Granados confiaba en sus suegros mucho más que el común de los yernos. Sin embargo, todo cuanto rodea a Bankia supera insoportablemente el resto del catálogo: quien roba al Estado nos roba a todos, pero no arruina a nadie. Y no hubiese sido posible sin la complicidad tácita de las autoridades. Eso es patente de corso con la calavera y las tibias impresas en una tarjeta «black».
