-Sí? estoy algo taciturno.
-Vaya. No es propio de ti. No te veía así desde lo de la torre de Babel. Y aun entonces lo que estabas era cabreado, como un unicornio dorado hambriento en las praderas del planeta Vulcano.
-Sí, antes me cabreaba como un unicornio. Ahora me enfurezco como un Pegaso con ladillas y me entran unas ganas de enviar truenos allá abajo que no te imaginas.
-Para Pa, para? Respira hondo, respira? Todo irá bien? todo irá bien?
-JC, esa estupidez la inventé yo, ¿o es que no te acuerdas?
-Jo, Pa. Tienes una memoria prodigiosa. Fue hace nueve milenios, un día que tuve una crisis de ansiedad con los mesopotámicos?
-Sí, bueno? A lo que iba. Que estoy muy preocupado. Porque los humanos se están cargando el planeta.
-¡Menuda novedad!
-Lo sé. Pero fíjate. Estamos en febrero, ¿verdad?
-¡Palabra de Dios!
-JC, vale.
-Sí, Pa. Febrero.
-¿Sabes qué temperatura tienen? por ejemplo? En Alicante?
-¿Alicante? ¿Esa ciudad tan coqueta de la orilla del Mediterráneo?
-Sí.
-¿Donde tienen dos castillos del tiempo de Mari Castaña?
-Sí.
-¿Esa que tiene un equipo de fútbol del que nos olvidamos hace algunos años y ya ni tú sabes por qué división anda?
-Sí?
-¿Adonde mandamos a un tal Ortiz a construir casas como si no hubiese mañana?
-Sí, JC. Esa, caramba, esa ciudad, ¡Sí!
-¿Donde permitimos que levantaran rascacielos al lado del mar y que el plan urbanístico lo redactaran los filisteos un día de resaca?
-Sí, por el amor de mí. Basta. ¡Esa!
-Pues sí, me suena.
-Rebobinemos: Te decía que en febrero en Alicante la gente está en bañador en el Postiguet.
-Algo pasa, Pa.
-¡Claro! Que los humanos se están cargando el planeta. ¡Eso pasa! Que nosotros hicimos el planeta para que en invierno se esquiara en Baqueira y el verano se pasara tostándose al sol en Benidorm. Pero resulta que los humanos lo están trastornando todo. Ahora hace calor en invierno y en verano cae la gota fría que nos pone la Rambla patas para arriba.
-Lo sé, y cada año peor.
-No sé si te acordarás. Te lo avisé cuando los humanos descubrieron el fuego.
-Sí que lo recuerdo. Estuviste de mal humor ese día.
-Claro. Porque veía la que se nos avecinaba. Con lo bien que hubieran estado quietecitos, levantándose con el sol y acostándose con la luna. No habrían inventado la televisión ni los clubes de carretera. Pero aún la cosa empeoró cuando el tal Edwin Drake perforó el primer pozo de petróleo.
-Eso fue hace poco, ¿verdad?
-Casi ayer, en 1859.
-Ayer, sí.
-Claro, lo que estos mentecatos no sabían es que tras el petróleo iban a venir los automóviles y las fábricas y los aviones e iban a poner la atmósfera perdida de emisiones de toda clase de porquerías.
-No solo son las emisiones, Pa. Es el CO2, que hace de estufita y está poniendo la atmósfera al rojo vivo.
-¡Ni lo imaginas! Si será que tenía yo prevista una glaciación para dentro de diez mil años y ya me conformo con celebrar los fines de año bañándome en Villajoyosa.
-Esto no puede ser bueno, Pa.
-¡Claro! Vamos a ver: ¿por qué hicimos las cosas como las hicimos? Porque es lo lógico, la que va con la naturaleza. En invierno nieve y frío, la gripe y las campanadas en la Puerta del Sol. Y en verano a achicharrarnos en Alicante, con sus hogueras, la horchatita de Peret y los patinetes del Postiguet. Sencillo, natural. Pero no, no, tus amigos los humanos se han empeñado en cargarse el plan divino, o sea el mío.
-Siempre que meten la pata son mis amigos.
-Es que tú les defiendes desde que estuviste una temporadita allá abajo. Y no lo entiendo del todo, porque no te trataron precisamente bien.
-Bueno? fueron algunos solamente. No me puedo quejar, desde entonces el cumpleaños que tiene mejores fiestas es el mío.
-Eso sí es verdad. Pero nos desviamos. Algo hay que hacer para solucionar el problema.
-¿Enfriar el planeta? ¿Les apagamos el sol un par de milenios y les dejamos más fríos que a Leonardo Di Caprio en Titanic?
-No seas bruto, JC. Ha de ser algo sutil. Sería suficiente con que los humanos se concienciaran de que no pueden seguir destruyendo el planeta, talando árboles, emitiendo desechos a la atmósfera, consumiendo a lo bruto y yendo en coche hasta a comprar tabaco.
-Difícil?
-Sí. ¿Qué te parece si les enviamos una señal sutil, algo potencialmente catastrófico pero con tiempo como para que rectifiquen?
-¿Algo realmente retorcido, propio de las plagas del antiguo Testamento?
-Sí? algo así se me está ocurriendo?
-Pa, no? Pa? ese gesto no te lo veía desde que Moisés echó los dientes?
-Lo tengo. Sutil pero definitivo. Una auténtica plaga. Una amenaza divina en toda regla.
-Pobres humanos?
-Sí. Lo enviamos hace algunas décadas. Y ahora ha llegado su momento.
-Me rindo Pa. Bandera blanca.
-Se llama Trump. Donald de nombre.
-Que mono Pa... ¡Como el patito!