Pues resulta que es justamente ahora, con el sin-gobierno, cuando la economía mejor funciona. El FMI ha modificado al alza la estimación de PIB de la economía española para 2016 hasta un 2,8%. Las ventas en Navidad -cuando ya se conocía el resultado de las elecciones- subieron un 5%. Por no hablar de que la gasolina empieza a bajar, de hecho en la web goodoil.es ya se ven todo sietes al lado de la coma en el precio del litro de diésel. En resumen, que aunque el Ibex se esté pegando algún que otro castañazo, en la economía real la demanda interna sigue tirando del carro.
Pues sigamos con sin-gobierno. Esto me recuerda al libro Rebelión en la granja escrito por George Orwell. Una novela satírica acerca de un grupo de animales en una granja que expulsan a los humanos y crean un sistema de gobierno propio de tipo asambleario. Sin gobernantes. Los animales están contentos, se sienten libres del yugo del granjero. Trabajan más porque son felices y tienen una gran cosecha. Todos libres. Con sin-gobierno. Como el mundo ideal que visualizó el conde Saint-Simon en el siglo XVIII. Como ahora en España.
Pero no. Esto va a durar poco. Ayer el comisario europeo Moscovici nos hizo volver a la realidad. Hay que seguir ajustando el cinturón porque España es un país con nulo rigor fiscal. Además advierte el comisario -socialista, por cierto- de que el sin-gobierno es un factor de inestabilidad a los ojos de los jefazos de Bruselas.
Y es que esto de la investidura da mucha pereza. Esta ha sido la semana de la marmota Phil, que predijo una primavera temprana -tampoco se quedó calva de pensar- y nos recordó la famosa película de Bill Murray. Pongan cualquier cadena de radio o televisión y es siempre lo mismo: una clase de cómo sumar 90 con lo que sea. Pues anda que no nos queda de escuchar lo mismo todas la mañanas en las tertulias. Una tras otra. Una tras otra.
Esto del sin-gobierno no puede durar para siempre. El mensaje de la novela de Orwell no es que los animales expulsan a los humanos, sino que el sistema de gobierno propio que crean, se convierte en una tiranía brutal. Los cerdos se convierten en los líderes de los animales, y controlan a todos. Los cerdos empiezan a abusar de su poder, se quedan con lo mejor, se comen todas las manzanas y la leche con el pretexto de que las necesitan para pensar. Un análisis sencillo a la vez que formidable de la corrupción que se genera en aquellos que acumulan poder personal. Ya ven, saquen ustedes los paralelismos.
Al margen de programas electorales, hay hechos que son incontestables que pueden afectar a que la economía vuelva a un estado de anemia. Tenemos la tasa de paro más alta de la UE después de Grecia. Y creo que muchos de ustedes estarán conmigo en que nos da lo mismo el habitante de La Moncloa, pero que por favor no nos toquen lo que hemos conseguido salvar de la crisis. Ahora que parecía que lo peor había pasado, a ver si el con-gobierno lo echa todo a perder.
