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Desigualdad

-Ya? ya conozco la cólera divina. Pero espera, espera? respira hondo?

-No se trata de respirar, JC. Se trata de estos humanos. ¿Qué he hecho mal?

-No te culpes, Pa. Tú los hiciste bien, no te acuerdas de aquella semana de tanto trabajo, que acabó con el tal Adán y la muchacha aquella peluda?

-Eva.

-No, me refería a Lucy.

-Sí, vale. Los humanos. Los pretendimos hacer todos iguales, incluso semejantes a nosotros, pero nos ha salido el tiro por el triángulo. Yo había pensado un futuro de felicidad y prosperidad para todos, ¡para todos! Y ahora me salen con esto?

-A ver, Pa. Estos comentarios son los mismos que te escuché cuando los judíos adoraron al becerro de oro aquel, y me acuerdo que les costó un paseo de cuarenta años por el desierto. Y cuando les dio a los humanos por levantar aquella especie de Riscal.

-Sí, entonces fue cuando inventamos el inglés, el ruso y el esperanto.

-Y cuando te enfadaste y les enviaste 40 días de gota fría como la que cae en Alicante en otoño.

-Es que la maldad de los hombres había llegado a límites inadmisibles.

-¿Y ahora qué han hecho? ¿No habrá sido como el temita de la manzana y la serpiente, que luego tuvimos que inventar la epidural para que se siguieran reproduciéndose?

-No, es mucho más grave que una manzana.

-Pues tú dirás.

-Mira lo que acabo de leer en la prensa de la Tierra: 62 personas poseen la misma riqueza que los 3.600 millones más pobres del mundo.

-Jopelines. Parece que se les ha ido la mano.

-Más, hay más. La brecha entre los ricos y los pobres se va ampliando progresivamente.

-Pero, al menos han conseguido reducir la pobreza extrema, Pa.

-Sí, eso es cierto pero el ingreso promedio anual del 10% de las personas con recursos limitados ha aumentado menos de tres dólares al año en los últimos 25 años. Y eso es, perdóname JC, casi un insulto.

-Sí? visto así?

-Es que no hay muchas maneras de verlo, JC. En el mundo de ahora uno de cada nueve habitantes se va a la cama con hambre cada noche, y los super-ricos tienen unos 7.600 billones de dólares en cuentas de paraísos fiscales.

-¿Cuánto has dicho Pa?

-7.600 billones de dólares, un pastizal, como se dice ahora.

-Sí, me parece un exceso.

-Celebro que estemos de acuerdo, hijo. Porque me preocupa mucho ese tema de los paraísos fiscales, que no sé de quien habrá sido la ocurrencia de ponerles ese nombre.

-Lo comprendo, porque ese dineral encerrado en esos paraísos -perdona Pa- no está generando riqueza.

-Ni cumpliendo la función redistributiva para la que inventamos el dinero. Además, en los últimos tiempos estos humanos han ido de mal en peor, trasladando los gravámenes sobre el capital hacia el trabajo y luego, transformando los impuestos sobre la renta en impuestos sobre el consumo, lo que los hace más injustos.

-Comprendo.

-Pues el resultado es que se ha reducido la capacidad distributiva de los Estados y, por tanto, aumenta la desigualdad.

Y se acumula el capital y el poder en una elite que cada vez se separa más del resto de la población. Y eso no me gusta ni un pelo.

-Lo entiendo. Yo he conocido alguno de esos pastosos y te aseguro que le importaba la solidaridad y la protección social como a ti el olor a cueva en casa de Satanás.

-Así es, hijo. ¿Sabes qué eslogan se está poniendo de moda allá abajo?

-«¡Suelta a Barrabás, suelta a Barrabás!»

-No, por mí, JC. «Somos el 99%».

-Ah. Sí? creo que lo pillo. 99% de pobres?

-Vale, veo que once siglos de academia no han caído en saco roto?

-Gracias Pa. ¿Y de nuestra querida España? ¿No me dices nada? Los españoles destacan en casi todo.

-Uffff? Solo un dato, JC: veinte personas poseen un patrimonio de 115.100 millones de euros, lo que equivale a la riqueza que concentra el 30% con menos recursos del país. Según el informe Oxfam, España sigue teniendo una de las presiones fiscales efectivas más bajas de toda Europa, no porque no paguen impuestos los españoles, no, sino porque se recauda poco de quien tiene más, y tiene uno de los niveles de evasión y elusión fiscal más elevados de toda Europa.

-Vaya panorama, Pa. ¿Has pensado algo?

-Te acuerdas de aquellas dos ciudades, Sodoma y... no recuerdo cómo se llamaba la otra?

-Gomorra Pa. ¡Gomorra!

-¡Eso! Pues vamos a repetir la jugada. Si me traes diez ricos que paguen impuestos libro de la destrucción a Europa. Pero... ¿Qué haces, JC?

-Me voy corriendo a comprarme un refugio antinuclear, Pa.

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