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Mis deseos para el nuevo año

Ya sabe que cuando un año se acaba y se va a iniciar otro todos hacemos peticiones, formulamos deseos

Por otra parte han subido los sellos de correos y con el coste de todos los envíos me podría arruinar, y sin duda necesitaría días para encontrar las direcciones de todos los destinatarios, tiempo del que no dispongo. Al final no los he enviado por lo que no sé si su formulación servirá de algo. Pero como hoy me siento generoso los quiero compartir con usted. Así, le resumo algunas de mis peticiones o mis deseos.

Para los políticos: que de verdad se ocupen de aumentar el bienestar de los ciudadanos y menos de medrar ellos mismos. Que encuentren fórmulas para humanizar nuestra sociedad, y menos materializarla.

A los banqueros recordarles que la generosidad ayuda a disminuir desequilibrios, evita la pobreza y está en su mano hacer felices a muchos, entre otros a ellos mismos, si hacen de la honestidad su bandera.

Para los pobres les envío muchos baúles o maletas llenos de esperanza; esperanza de que el futuro próximo les ofrecerá oportunidades de mejorar.

Para los ricos les deseo que reciban unas gafas que les permitan ver que casi siempre importa más la calidad que la cantidad y que el mundo de los sentimientos o afectos enriquece mas que los bienes materiales.

A los empresarios les deseo comprensión: deben comprender que además de ganar dinero sus empresas deben ofrecer trabajos dignos, con lo que disminuirá la pobreza en el mundo y aumentará el bienestar.

A los ancianos, les deseo que valoren lo mucho que tienen. Por ejemplo los años vividos, que otros no han conseguido o que no lograrán, y con ellos muchas experiencias y sabiduría. Que sepan lo importante que es el aquí y el ahora.

A los periodistas, o al menos a algunos de ellos, que aprendan que en la vida hay más que los cotilleos, las braguetas o la exageración.

A los contertulios, que otros llaman tertulianos, que reflexionen sobre el hecho de que en la vida nadie tiene razón al cien por cien, y sobre todo que aprender a escuchar les enriquece.

A los buenos deportistas, que en general la sociedad valora mucho, les paga bien por sus actividades y les hace personajes de referencia, les pido algo: que nos devuelvan algo, el serlo de verdad, cultivándose, expresando el gran valor de la ciencia, el conocimiento y el arte, pagando sus impuestos y siendo ejemplares más allá del mundo del deporte.

A los actores les deseo autenticidad, que actúen sólo cuando están rodando películas o interpretando obras teatrales, y que sean sinceros en el tiempo restante, que es mucho.

Para los muy distintos profesionales de la salud, aunque ya tienen mucha humanidad y profesionalidad, les deseo que reciban una máquina que se las aumente.

A los tristes y negativos que su oculista les cambie las gafas que llevan en la vida, que son las de la mosca, con las que sólo ven basura, detritus o porquerías, que parece que es en lo único que se fijan, y se pongan las gafas de la abeja, con las que verán flores, y muchas cosas hermosas en lo que nos rodea, y con ellas podrán fabricar algo tan dulce y suave como la miel.

Para los egoístas les deseo que aprendan que compartir les dará más satisfacciones que tener.

A los ladrones que aprendan que hay otra forma de vivir la vida, que comporta menos riesgos y es mucho mejor. Que valoren mucho la libertad que tienen, que piensen que cada vez que hurtan se la juegan y la pueden perder. Incluso les informo de algo más: que no sigan haciéndolo pues puede que en el nuevo año cada vez que toquen lo que han robado se les queme la mano.

A los guapos y guapas les deseo mucha más belleza, pero no en su exterior, sino interna, que aumenten sus buenos valores, virtudes o dones.

A los adictos les refuerzo la idea que salir de las drogas es posible, que la vida fuera de ellas, sin consumir, es infinitamente mejor, más luminosa. Merece la pena dejarlas, salir del túnel y volver a la luz. Que busquen ayuda, que la sociedad se la ofrece y lo lograrán.

Para los terroristas explicarles que el odio engendra odio, desearles que cambien pues si no el amor que les den aquellos a quienes odian les disolverá. Deben saber que el odio daña casi más a quien lo ejerce que a los que lo reciben.

A los corruptos les deseo un espejo en el que puedan ver que por conseguir bienes materiales están destruyendo muchas cosas, incluso muchas que les son propias: como serían el respeto ajeno, y su propia estima.

A los manipuladores les envío unos virus para que, si manipulan con la voz se queden roncos y no se entienda lo que dicen, y si lo hacen con las manos, que no puedan moverlas.

A los filósofos, más que desearles algo, se lo pido: por favor dennos nuevas ideas, nuevos valores que nos sirvan a todos; nuestra sociedad los necesita.

A los maestros, que son claves en nuestra sociedad les deseo que prosigan en su formación y que aumenten las grandes dosis de generosidad y paciencia para que sigan formando a nuestros jóvenes. Saben que contribuyen a hacer un mundo mejor.

A los gobernantes les deseo que su humanidad crezca sin parar, y por ello se vuelquen con aquellos a los que gobiernan, que no son sus súbditos, sino personas, y ricas en dignidad.

A algunos sindicalistas les envío un cajón de ganas de trabajar, que dejen de luchar por liberarse del trabajo y comprendan que el trabajo, entre otros fines dignifica a quien lo realiza.

A los maltratadores les envío una ventana para que vean la grandeza de aquellas a quienes maltratan, vean cuanto les deben y ello evite que su ira, su agresión se mantenga.

A algunos religiosos les mando una Biblia, para que relean lo difícil que es que los ricos entren en el reino de los cielos, si no recuerdo mal, es más difícil incluso que un caballo entre por el ojo de una aguja.

Y como están de moda los cocineros o master chefs, les deseo que no se les queme la cena.

Y a los embusteros que sepan que este año es el año de Pinocho y cuando mientan les crecerá la nariz.

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