Muchos alicantinos empiezan a dejarse influir por las campañas anti-azúcar y por los consejos de sus dietistas y deciden reducir drásticamente su ingesta de estos hidratos de carbono simples con nulo valor nutricional y alto contenido energético. Fidel, un vecino de Benejúzar de 33 años, lleva varios meses sin sobrepasar el límite que marca la OMS y sustituyendo grasas y azúcares por alimentos frescos y menos elaborados. Asegura que el paladar se ha acostumbrado a los nuevos sabores y que no soporta el dulzor de su dieta antigua, como el del café bombón. Ha perdido 18 kilos y ganado en salud.
