El 20 de julio, a 30 minutos del cierre de la subasta por Ciudad de la Luz, el Consell recibe una pobre oferta de un consorcio cinematográfico europeo. La Generalitat logra evitar la venta forzosa y alargar la búsqueda de postores hasta fin de año. Cerrado otros doce meses, costó más de 400 millones y arrastra una deuda de 233.