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¿Fue su tatarabuelo un mono?

Darwin explicó que todos los humanos procedemos de él y hoy esa se considera una verdad científica

¿Quién fue Darwin? Nació el 12 de febrero de 1809 en Shrewsbury, en los Midlands ingleses y su aportación ha sido trascendente en la historia de la Ciencia. Su padre era librepensador y le bautizaron en la iglesia anglicana. Fue un estudiante poco brillante de Medicina por lo que abandonó esos estudios y acabó graduándose en teología por la Universidad de Cambridge; luego se planteó convertirse en clérigo anglicano y fue siempre un devoto de las Ciencias Naturales. Ya a los ocho años su primo William Fox le aficionó a coleccionar escarabajos.

Su viaje en el barco Beagle: Su importancia histórica se inició cuando a los veintidós años le invitaron a participar en un viaje en barco, para realizar una investigación naval: cartografiar la costa de América del Sur y medir allí las corrientes oceánicas. Su capitán Fitz Roig de 23 años quería buscar pruebas de una interpretación literal de la Biblia respecto a la creación del mundo. Como veremos el resultado fue justo el opuesto. El viaje se inició en 1831 y finalizó en 1836.

Los pájaros pinzones le ayudaron: Durante el viaje Darwin realizó muchas investigaciones: geológicas, recopiló fósiles gigantes, encontró nuevas especies de delfines. No sabía interpretar muchos de estos hallazgos y un biólogo amigo John Gould le ayudó a hacerlo. Uno de sus descubrimientos más trascendentes fue que en cada una de las islas que visitaron (las Galápagos ) encontraron que los pájaros pinzones tenían picos que se adaptaban muy bien a los recursos alimenticios locales. Con Gould interpretó que las aves no habían sido hechas así sino que ellas se habían hecho así, adaptándose tras muchas generaciones a sus necesidades ambientales. A su regreso se dedicó a hacer pruebas cruzando animales y comprobó que las «especies animales» no son realidades inmutables. Recogió sus observaciones y cinco años después, en 1838 elaboró su teoría. En ella planteaba que la vida es una lucha perenne y que la selección natural es el medio por el que algunas especies prosperan (sobreviven) y otras fracasan.

Los seres vivos compiten por los recursos de la naturaleza y los que tienen ciertas ventajas son capaces de persistir y además trasmiten esas ventajas a sus descendientes, así se mantiene y mejora la especie. Hay una selección natural. En esencia sólo sobreviven los más aptos. El planeta Tierra resulta acogedor a los humanos porque nos hemos ido acomodando a él.

Elaboró la teoría de la evolución: Esta teoría supone también que todos los seres vivos han evolucionado a partir de un antepasado común, mediante un proceso de selección natural y también que todos los seres vivos están emparentados y proceden de un ascendiente único, tienen un origen común. De alguna forma la teoría afirma que el hombre no fue creado, sino que procedía de otro animal y éste de otro y así sucesivamente. Con estas ideas se enfrentaba a la concepción cristiana de la vida, al retrato que de la creación hacían las Escrituras. Y sobre todo, con ellas, el hombre no aparece como el rey de la creación.

Al inicio la teoría no se aceptó. Darwin fue consciente de la trascendencia de sus aseveraciones y de hecho las ocultó hasta 1858. Las hizo públicas cuando un colega Alfred Rusell Wallace elaboró (de forma intuitiva) algunas ideas próximas a las suyas («Sobre la tendencia de las variedades a segregarse indefinidamente del original»), y le urgió a realizar una comunicación científica conjunta. Darwin presentó su teoría el 1 de julio de 1858 en la Sociedad Linneana de Londres. No explicó cómo se originan las especies, pero sí cómo se producen unas de otras. Es una teoría unitaria que sin embargo aclara el porqué de la diversidad de la vida, a través de la evolución en diversas generaciones. Fue muy comedido, de hecho no usó el término evolución y su única alusión a la evolución humana fue que la teoría aportaba luz sobre el origen de nuestra historia. En noviembre de 1859 se publicó como libro: «El origen de las especies por selección natural». Para Darwin la selección natural favorecía la perfección, que hasta entonces se atribuía a la creación, y con ella se eliminaba la necesidad del diseño divino. De hecho esta se podía cuestionar al observarse que algunos organismos dañaban a otros para convertirlos en comidas para sus crías. Entonces sus ideas no fueron bien aceptadas. El pensamiento científico al uso apoyaba que para generar una especie hubiera cambios bruscos, no fenómenos adaptativos, y exigían la demostración o el hallazgo de formas intermedias. Fue atacado por científicos y por religiosos.

La relación del hombre con los monos antropoides apareció en 1871 y Darwin apareció caricaturizado de mono.

Los estudios de un monje le apoyaron: Su teoría tardó en aceptarse y lo fue, en gran medida, por los descubrimientos de un monje checo, Mendel, que en su huerto, cultivando guisantes, estudiaba como se transmitían sus rasgos. Demostró que ciertos de esos rasgos se transmitían a sus descendientes (eran dominantes) y otras desaparecían (eran recesivos). La herencia y sus rasgos eran predecibles. Con ello a finales del siglo XIX sus ideas fueron ampliamente aceptadas y hoy la ciencia no discute la teoría de la evolución. Queda a juicio de cada uno conciliarla con las propias ideas religiosas. Una vez más ciencia y religión, razón y fe deben hacerse coincidir.

Las especies que perviven: Después de las ideas de Darwin debemos aceptar que las especies se organizan para pervivir, pero también que se desintegran con una regularidad notable. Es difícil pensar cuántas especies han existido desde que la vida se inició en nuestro planeta. Se habla de 30.000 millones. Lo cierto es que el 99,5% de las especies que han vivido ya han desaparecido. Para David Raup, investigador de la Universidad de Chicago, la duración media de una especie es de unos cuatro millones de años. Está por decidir el número de especies de seres vivos de todo tipo existentes en el momento actual en nuestro planeta incluyendo plantas, insectos, microbios. Para algunos estaría en torno a un 1.400.000, pero son sólo conjeturas.

Algunos investigadores han llegado a describir cómo ha evolucionado la vida. Desde los seres unicelulares se pasó a los microbios, de estos a plantas marinas, medusas, luego surgió la fauna ediacariana -trilobites-, después las plantas en la tierra, las criaturas terrestres, los dinosaurios, luego los mamíferos y finalmente los humanos. Incluso han cuantificado los tiempos en los que lo han hecho. Ello aceptando que la vida en nuestro planeta tendría unos 4.500 millones de años.

Darwin murió el 19 de abril de 1882 y había sido un pensador prolífico. Elaboró teorías sobre la formación de los atolones de coral; la importancia de los gusanos en la fertilidad del suelo; la fecundación de las orquídeas por los insectos; estudió un bivalvo diminuto encontrado en las patas del escarabajo de esas islas, etc

Somos únicos: Los humanos somos una especie que compartimos entre nosotros el 99,9% del material genético. El 0,1% de diferencia es lo que nos hace únicos, ello supone simplemente un cambio de una molécula, un nucleótido del ADN por cada mil. Los humanos creemos que la vida tiene un objeto, y tal vez la vida lo único que quiere es ser.

Muchos datos proceden del libro de Bill Bryson: «Una breve historia de casi todo».

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