Aunque solemos asociar Internet con ocio, no debemos de menospreciar el potencial de la red de redes para mejorar muchos aspectos de nuestra vida cotidiana como, por ejemplo, la salud y el bienestar. Y es que durante la última década hemos podido ver cómo la ciencia médica ha ido haciendo una tímida incursión en este campo en el que podría tomar un mayor protagonismo en un futuro cercano.
Internet y adn
Empresas de la talla de Google se han unido a genetistas e ingenieros de todo el mundo para crear protocolos y herramientas que permitan compartir y procesar de forma automática la información genética de pacientes de todas partes. Según uno de los impulsores de esta iniciativa, el doctor David Haussler, el problema de manejar este tipo de información es que, además de que cada hospital tiene sus propios registros, y no son accesibles, los datos obtenidos del genoma son muy extensos y difíciles de procesar, por lo que en muchos casos no resultan de utilidad al ser completamente ilocalizables. Ahí es donde los motores de búsqueda como DNAStack pueden suponer una gran diferencia de aquí a unos pocos años.
Redes sociales
Plataformas como Facebook también sirven para concienciar a la población sobre la necesidad de cosas tan importantes como donar sangre o médula para los pacientes que lo necesiten. Sin ir más lejos, en el año 2012, la conocida red social habilitó una nueva funcionalidad que permitía a sus usuarios identificarse públicamente como donantes de órganos, lo que tuvo como resultado un incremento del 800% en los donantes de California.
Gamificación y P2P
Otro de los grandes desafíos a los que se enfrenta la medicina es a los enormes volúmenes de datos que se obtienen de las investigaciones y que posteriormente hay que procesar para obtener unas conclusiones específicas. En esta línea también hemos podido ver como videojuegos gratuitos como Foldit usan la inteligencia colectiva de su comunidad de usuarios para resolver sencillos puzles, basados en estructuras de proteínas, que posteriormente pueden ser utilizados para desarrollar fármacos mucho más efectivos.
Privacidad
Es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan este tipo de proyectos, ya que la divulgación de información médica es, cuanto menos delicada, por lo que deberán de ponerse los medios oportunos para preservar el anonimato de los pacientes. De todas formas, las ventajas de este tipo de tecnología superarían con creces a los inconvenientes por lo que es más que probable que nos encontremos ante una auténtica revolución médica que liderarían las grandes empresas tecnológicas que son quienes tienen los medios para ello.
