Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Escritor y jugador cachondo del póker

«Perico» lleva nueve años metido en el juego del póker y está entre el 5% de los «muñecos» que, con el tiempo, ganan dinero entre estadísticas y faroles

Escritor y jugador cachondo del póker PEPE SOTO

«Perico» es un alicantino popular, cachondo: de esos que jamás sortean una fiesta ni huyen de los saraos. Casualmente nació en Jaén, como sus cinco hermanos, donde su padre ejerció durante 16 otoños como corredor de comercio. Los Núñez de Cela pronto regresaron a Alicante.

Al chaval lo enviaron a formarse con los hermanos Jesuitas. Ahí aprendió de todo menos solfeo y deporte, sentado en pupitres con sus compañeros Nacho Mangada, Rafael Llopis o Jorge Morales, entre muchos. Acabado el Bachillerato, el padre, preocupado por el quinto de sus seis retoños, lo envió a estudiar COU en el colegio Aitana, del Opus Dei.

«Perico» salió como pudo de la jungla de bachilleres y se alistó en la Universidad de Alicante, como alumno de Empresariales. Salió, cinco años más tarde, con la licenciatura en el sobaco sin descartar ni una sola oferta festera. Siempre sonríe.

El recién licenciado Núñez de Cela, que también sorteó el paseo de servir a la patria, la mili, opositó para corredor de comercio. Fracasó. Suspendió.

Lejos de grandes planes o de las codicias estacionadas en su gremio, «Perico» se dedica desde entonces a la asesoría fiscal de pequeñas empresas e imparte cursos de contabilidad para colectivos profesionales.

Ahí anda. Entre declaraciones de la renta, aconsejar a clientes y, sobre todo, a los amigos, en las obligaciones con el fisco, con la Seguridad Social y hasta con el mismísimo diablo.

Tranquilo, un buen día de 2006, a través de Eurosport, en Internet, visualizó un campeonato de póker en Montecarlo. Flipó. La imagen ofrecía los porcentajes de cada jugador de ganar la mano. «Me gusta la estadística y me apunté al juego», recuerda «Perico».

Tímidamente entró en el mundo online del póker, con paupérrimas apuestas de dos o tres euros en los niveles más bajos de apuestas. Pero fue avanzando en un juego que, según dice, «se basa en la estadística, la calma y en algo de suerte». Y ascendió al cielo del póker: forma parte del 5% de jugadores que, a la larga, ganan dinero: o lo que es lo mismo, el otro 95% pierde pasta.

Su mejor año fue en 2009. Ganó un pastón en el póker online y en vivo, siempre en la modalidad abierta, conocida como el «Texas holden». También ha jugado en casinos de media España con penas, glorias y largas resacas.

Tres veces se jugó los cuartos en casinos de Las Vegas. La primera con 16 amigos para «pelar a los americanos», que sería lo mismo, según dice, que «si un japonés se baja al coso de La Maestranza a mojarle la oreja a El Juli o a Manzanares». La cosa no salió y acabó en una boda no convalidada con su novia alicantina en una capillita. El segundo viaje al paraíso del juego se limitó a un festival. Pero al tercero llegó como invitado a un campeonato mundial que logró con destreza para granjearse los 10.000 dólares de inscripción y otros 3.000 para gastos. Un fenómeno. Participaron 6.500 «muñecos» (como «Perico» llama a los jugadores de póker) y quedó el 660, cuando el número de premiados finalizaba en el puesto 648.

«En España no se puede ser jugador profesional. La legislación, desde 2012, impide el ejercicio de este oficio. Antes éramos alegales: no pagábamos impuestos y nada estaba regulado», asegura «Perico». En el juego online, el posicionamiento «.es» es nacional y el «.com» es de dominio internacional. Por ello, muchos jugadores españoles han trasladado sus residencias a otros países.

«Perico», al principo de su aventura, jugaba todas las noches hasta el alba. Ahora sólo juega campeonatos en las noches de domingo, cuatro horas, o hasta que lo echan de la partida. No sabe barajar los naipes.

Estamos con el escritor cachondo del póker. Creó el blog «periquillopoker@.com» para transmitir sensaciones. No es ludópata, como la mayoría de los «muñecos». ¿Otra mano?

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats