¿Cómo se explica esa falta de transparencia que afecta al sector eléctrico en España?
Efectivamente, uno de los graves problemas que hay en España es la falta de transparencia. En parte, no interesa políticamente ser muy transparente cuando los precios están subiendo mucho. Al final, tiene que ver con decisiones políticas. La transparencia puede ser problemática para quienes toman las decisiones. De hecho, ésa es una de las grandes diferencias. En otros países, como en Alemania, los precios son más altos que en España, pero hay más transparencia.
En su estudio sostiene que España es el país en el que más ha subido el precio de la electricidad. ¿Por qué?
Hay varios factores. En la factura hay una parte dedicada a costes de suministro, las redes y la distribución, y también hay diferentes impuestos y otras cargas que financian políticas públicas, las renovables, la cogeneración o el apoyo a determinados grupos de consumidores, además del déficit tarifario. Ésos son costes políticos que han crecido. No obstante, aunque aún no se ha visto en los precios, este año la cuña gubernamental ha bajado de forma sustancial.
¿Y para cuándo se empezará a notar esa rebaja?
Eso es una decisión política, pero hay tres factores en juego: los impuestos específicos, como el impuesto sobre la cogeneración, que permitiría bajar los costes; el déficit de la tarifa, que va a tener superávit, aunque sería necesario un cambio legislativo para aplicarlo a reducir costes; y el tercer factor sería pasar algunos de los costes de la cuña gubernamental a los Presupuestos Generales del Estado.
¿Por qué los hogares, al final, han sido los más perjudicados por las subidas de los últimos años?
En todos los países, o en casi todos, los costes del suministro son mayores para los pequeños consumidores porque necesitan servicios adicionales. Los grandes consumidores, por ejemplo, no necesitan sistemas de apoyo. Luego, también falla la capacidad de influencia de los consumidores domésticos y les faltan alternativas. No obstante, ahora los consumidores tienen otras vías que antes no tenían, como el autoconsumo.
¿Qué papel puede jugar la UE en este campo?
Los gobiernos, tradicionalmente, han intervenido mucho, y han intentado utilizar las tarifas para financiar otras políticas y eso distorsiona el mercado. Por eso, el desafío que tiene Europa en estos momentos es hacer una apuesta por la mínima intervención, tanto de los gobiernos como de la UE.
