-¿Al medio ambiente? Vaya, parece que los tiempos van cambiando. Antes hablábamos al pueblo del demonio, la fe, la excomunión y esas cosas tan divertidas. Estas modas actuales?
-Ya, pero es que era muy necesaria, porque los humanos están dejando el planetita que les prestamos hecho unos zorros.
-Sí, me he dado cuenta. Debe ser eso de los combustibles fósiles y los plásticos, que están por todos lados.
-Sí, Pa? Pero Paco ha intentado ir un poco más allá.
-Vaya. Cada día me sorprende este argentino. Cuéntame.
JC se puso cómodo y llamó a Palomo, el valedor de Paco. En realidad estos asuntos del Vaticano son cosa de él, siempre le ha gustado todos esos asuntos de los cónclaves y las sucesiones y los latinajos?, en fin, como no hace daño a nadie, no hemos dicho ni mu en dos milenios.
-Dice Paco que espera que esta encíclica mueva a la responsabilidad para proteger al planeta. Y dice además que la destrucción de la creación perjudicará sobre todo a los más pobres.
-Vaya, es todo un detalle hablar de «creación». Sobre todo desde que el tal Darwin, a quien yo confunda, nos desmontó lo que nos había llevado tantos siglos construir.
-Ya, Pa. Pero eso es agua pasada.
-¡Pero si fue hace nada!
-Nada para ti, Pa, que eres más antiguo que las pirámides. El libro fue publicado en 1859, hace 156 años.
-Pues eso, ayer mismo.
-Bueno, dejemos a Darwin que te enfermas. Y volvamos a la encíclica de Paco.
-Vale. Me olvidaré de ese innombrable. Pero no le perdono un solo día de purgatorio. Y con el aire acondicionado a 88º. Le van a quedar pocas ganas de jugar con iguanas y decir tonterías sobre los monos.
-Vale, Pa. Mira, otra de las intenciones de la encíclica es que se dirige no sólo a los creyentes sino a todos los que pueden colaborar en invertir la tendencia de destrucción del planeta.
-Vaya, eso también es nuevo. En los buenos tiempos los infieles se pasaban las encíclicas de los Papas por... por las axilas, exactamente.
-Pues ahora Paco pretende que todo el mundo arrime el hombro en este problema, porque afecta a todos los humanos.
-¿A estos vecinos de turbante que les gusta viajar a La Meca también?
-También, Pa, también.
-Pues lo tiene difícil, nuestro Paquito.
-Igual si tú hablaras con tu amigo Alá y le echaras un cable.
-No sé? Veré qué puedo hacer.
-Pero hay más cosas.
-¿Más todavía? Ese muchacho le ha tomado gusto a la pluma. Cuéntame.
-Francisco urge a sustituir el uso de combustibles fósiles y desarrollar en su lugar las fuentes de energía renovable con el fin de reducir las emisiones de gases contaminantes. Dice que se ha vuelto «urgente e imperioso» reducir drásticamente la emisión de anhídrido carbónico y otros gases altamente contaminantes.
-Claro, caramba. Ya llevo yo diciendo mucho tiempo que en la Tierra hay un nivel mínimo de energías limpias y renovables.
-¡Qué razón tienes, Pa! Parece que lo veas todo.
-Detecto una cierta retranca, JC. Un poco de respeto a las canas?
-Sí? Esto? Hay más aún.
-¿Más aún? ¡Por mí!
-Paco dice, textualmente que «muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático».
-A ver si nos enteramos. Que los pastosos del planeta miran para otro lado. ¿Y dónde está la novedad?
-No, si novedad no es que haya. Pero lo que dice que va a pasar es que si siguen con los actuales modelos de producción y consumo los efectos del cambio climático serán cada vez peores.
-Eso me recuerda al planeta Infernus, que acabó con una temperatura media de 78 grados y todos sus habitantes del color de Obama.
-Sí, algo me contaste? Pero por eso clama por la sustitución de los combustibles fósiles.
-Eso de clamar en el desierto te suena, ¿verdad JC?
-Ni me lo recuerdes. Creo que Paco lo tiene aún peor que yo, y mira que hace siglos de aquello?
-Aún me acuerdo.
-No me distraigas, Pa. Que hay más.
-Jopé?
-Paco denuncia la debilidad de las respuestas políticas frente al medio ambiente, la necesidad de que la Humanidad realice cambios en su estilo de vida, la producción y el consumo para combatir el cambio climático, porque es causado mayormente por la actividad humana.
-¡Muy cierto!
-Además Paco denuncia lo que llama una «deuda ecológica», entre el norte y el sur, creada por desequilibrios comerciales consecuencia de la explotación de recursos naturales por parte de algunos países.
-También verdad, también? Que frecuentemente esas multinacionales hacen en los países de abajo lo que no se les permite en los de arriba.
-Caramba, Pa. Estás desconocido.
-Es que yo tengo una vena ecologista muy marcada. Aunque no siempre lo parezca?
-Pues esto te gustará. Paco pide una «valiente revolución cultural» contra el comportamiento «suicida» que destruye el medio ambiente y el planeta y critica la «especulación» del actual sistema económico mundial. Afirma que es insostenible un sistema mundial que busca el beneficio financiero ignorando sus efectos «sobre la dignidad humana y el medio ambiente».
-Me gusta, me gusta mucho este Paco. Creo que hemos acertado con él.
-¿Sabes qué ha dicho recientemente?
-JC, yo lo sé todo. Aunque a veces tenga mala memoria. Refréscame.
-Dios perdona siempre, los hombres a veces, la Tierra no perdona nunca.
-¡Carape! Parecen palabras mías.
-Pa, te recuerdo que nuestro Paco habla en nuestro nombre.
-Pues eso, JC, ¡pues eso!