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Del siglo XIX a la revolución digital

El Registro Mercantil sólo tiene cuatro sociedades de la Comunidad Valenciana inscritas en el siglo XIX

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¿Cuál es el secreto de las empresas centenarias? Que una mercantil sobreviva con actividad y siga ganando dinero desde el siglo XIX es un auténtico milagro en medio de tantos avatares económicos, conflictos bélicos y vueltas que da la vida. El estudio «Las empresas españolas según su fecha de constitución» -es decir, inscritas en el Registro Mercantil- revela que tan solo 41 sociedades, de las cuales cuatro tienen su domicilio social en la Comunidad Valenciana, han logrado mantenerse en el mercado: La Unión Alcoyana de Seguros y Reaseguros, Aznar Textil, Aguas de Valencia (AVSA) y Sociedad de Fomento Agrícola Castellonense (Facsa). Sin duda, todo un récord. La directora de Estudios y Calidad de la consultora Informa, Nathalie Gianes, autora del estudio, revela que la media de vida de las 1,15 millones de compañías en activo apenas supera los once años de antiguedad.

«La clave de la eterna juventud» para sostener una gestión empresarial eficaz y ser capaz de superar la recesión que provocan dos guerras mundiales, así como la guerra civil española -explica el presidente de Aznar Textil (constituida en 1881), Vicente Aznar- «entre otras situaciones es la sucesión del equipo directivo». En su opinión, los elementos que han contribuido a sostener este negocio desde hace tanto tiempo tienen que ver con «la financiación eficaz, austeridad en el gasto, actualización constante del producto, modernización y apuesta por la marca y la I+D». El veterano empresario, quien ya ha cedido a su hijo el control de la sociedad, ofrece otro sabio consejo: «Hay que reinvertir beneficios y ser muy prudente». Quizá, por eso, la firma de preparación e hilado de fibras textiles con fábrica en Paterna -ahora gobernada por Eduardo Aznar, consejero delegado- exporta a 86 países y consigue una cifra de negocio superior a los 14 millones de euros.

También la castellonense Facsa puede presumir de una brillante trayectoria empresarial desde 1873, creada en pleno apogeo de la tercera guerra carlista desarrollada sobre todo en el Maestrat, con el objetivo de dotar de agua potable a ciudadanos de Castellón. La firma diversificó su actividad hacia el transporte portuario como consignatario de buques exportando naranjas a Reino Unido. Esa actividad sigue vigente y este imperio familiar -en manos de la cuarta generación y presidido por Enrique Gimeno- cuenta con 30 empresas y 4.000 trabajadores. Facsa suministra agua a más de un millón de personas en 80 municipios y gestiona 240 depuradoras.

Cuenta el actual máximo mandatario de Facsa que «asegurar la sucesión familiar, diversificar negocios, prever necesidades e intentar adelantarse a las demandas del mercado, así como la prudencia en la toma de decisiones estratégicas» son denominadores comunes que han permitido crecer a la compañía. Enrique Gimeno también destaca la apuesta por la filosofía empresarial basada «en la cultura del esfuerzo y una vocación de servicio transversal en todas las áreas de la empresa». Y puntualiza: «encaramos el futuro con una decidida apuesta por la innovación y su aplicación práctica como motor de mejora continua, así como por contar con un equipo de profesionales nos permita seguir creciendo juntos».

La Unión Alcoyana de Seguros y Reaseguros es otro de los «milagros» empresariales de la Comunidad Valenciana que perdura desde 1877, fundada en los primeros años de la Restauración. Entonces, Alcoy se consolidaba como referente de la industria manufacturera del negocio textil y de la confección, así como de las papeleras. Es, por tanto, una de las aseguradoras más antiguas de España. El objeto de la sociedad era asegurar fincas rústicas y urbanas contra incendios, edificios industriales y comercios con sus máquinas y géneros. Los conflictos bélicos, la crisis políticas y económicas no han impedido que la compañía se adaptase a los tiempos y mantuviese su actividad, con la apertura de delegaciones propias dentro y fuera de la Comunidad Valenciana. La sociedad, cuyo consejero delegado es Enrique Rico, a la sazón presidente de la Cámara de Comercio de Alcoy, emplea a 80 trabajadores y cuenta con una red de 400 mediadores. El volumen de primas supera los 41 millones de euros. Los tiempos han cambiado y el 60% de su negocio procede de la rama del automóvil. Entre sus actuales accionistas -unos 700- todavía existen grupos familiares descendientes de los fundadores de la entidad. Según el director de planificación de Unión Alcoyana, Vicent Rico, «ilusión, profesionalidad y vocación inconformista han caracterizado la gestión de la sociedad a lo largo de su historia». Y entre los valores que destaca figura la «proximidad al clientes y la adaptación al mercado».

También la centenaria Aguas de Valencia, según reconoce su actual presidente, Eugenio Calabuig, «es la historia de una evolución continuada, desde las rudezas de aquel año1890 hasta los últimos avances tecnológicos». El dirigente de la firma controlada por la familia castellonense de los Calabuig, libre ya de batallas internas entre accionistas franceses y locales, destaca que «las inversiones en I+D y la continua mejora a los clientes han contribuido a sostener la sociedad durante este último siglo». La sociedad supera ya los 265 millones de cifra de negocio, sigue creciendo en España y en el exterior, y considera necesario «profundizar más en la internacionalización y en mantener los niveles de calidad», explica el máximo responsable de la compañía.

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