Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Señales del futuro

Señales del futuro ANTONIO AMORÓS

Hay veces que no somos capaces de interpretar noticias que nos dan pistas de cambios estratégicos que van a producirse. Por ello quiero detenerme este domingo en dos señales que han sucedido hace unos días y que nos dicen cosas que van a pasar en el futuro.

Esta semana el Ministerio de Industria presentó el proyecto Industria Conectada 4.0. La digitalización del sector industrial. La cuarta revolución industrial. Así la 1.0 sería la ocurrida en el siglo XIX con las primeras máquinas de vapor, la 2.0 aquella que inventó Ford con la cadena de montaje en 1900 y la 3.0 la de la automatización y electrónica de los años 80. Comparar entonces este cambio que se avecina, con toda una disrupción tecnológica como las acontecidas en los últimos dos siglos, demuestra su importancia. La de cal.

La de arena es que la industria española arrastra un déficit inversor en bienes de equipo muy importante. Las cuentas de resultados han seguido amortizando inmovilizado, pero esto no se ha traducido en inversión. Que en lenguaje común significa que las máquinas que se usan para fabricar están viejas. Amortizadas, pero no repuestas. La causa de esto seguro que ya la han deducido: no ha habido financiación para la adquisición de nuevos bienes de equipo. Claro, los bancos estaban más preocupados mirando a la Sareb. Ahora la industria española tiene que ser más competitiva frente a otros países con unos medios más obsoletos. Y es que la curva de inversión de las compañías nacionales en equipamiento cae a plomo desde el año 2010, según se desprende el último informe «Síntesis de Indicadores Económicos», del Ministerio de Economía y Hacienda. Por tanto, el sector industrial en España parte con una clara desventaja ante una nueva revolución industrial, por lo que muchos empresarios deberían ir pensando cómo ponerse a la altura de sus competidores internacionales. Y esto no se hace en una tarde.

Pero esta semana también se habló de otro gran reto en el sector servicios: la última frontera. El papel que desempeña el cliente dentro de los procesos de las empresas. A ello dedicó su exposición la vicedecana del Instituto de Empresa Daisy Escobar en su visita a FBS. Una conferencia donde sintetizó las bases de lo que tiene que ser el servicio en la era digital y de la eficiencia. Todo un reto encontrar el equilibrio entre la estandarización de procesos, es decir, entre la propia industrialización de los servicios, y la experiencia que se transmite al cliente.

Hablar de experiencia del cliente, o del papel que juega éste dentro de los procesos internos de la empresa, es el reto de cualquier organización independientemente del tamaño. ¿Y qué cambio ha sucedido en el sector servicios para que haya que hacer un análisis estratégico? Pues que los clientes están mejor informados cuando visitan su negocio. La compra de un microondas se convierte en un proyecto de investigación el domingo por la tarde visitando decenas de páginas web. El cliente llega a la tienda el lunes con un máster en conocimiento. Y esto significa ni más ni menos que redefinir por completo la prestación del servicio.

Hay señales que nos hacen pensar en cómo puede comportarse un sector en el futuro, pero el día a día es una excusa perfecta para procrastinar: ya si eso lo pienso mañana.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats