Con las declaraciones de quienes fueran los tres vicepresidentes de la CAM, el murciano Ángel Martínez, el valenciano Antonio Gil-Terrón y el alicantino Armando Sala, comiezan el martes en la Audiencia Nacional las comparecencias ante el magistrado Javier Gómez Bermúdez de los 19 miembros del consejo de administración de la caja que el 27 de noviembre de 2009 convirtieron a Modesto Crespo en el primer presidente de la entidad con un sueldo: 300.000 euros al año.
En aquella reunión no sólo se dio el visto bueno al nombramiento del empresario ilicitano como presidente del consejo de administración de una participada, Tinser Cartera, sino que se aprobaron también las polémicas dietas que le procuraron a Crespo unos ingresos de 640.000 euros en menos de dos años, una parte con carácter retroactivo, por no hacer nada.
Estos hechos han sido los que llevaron a la Fiscalía Anticorrupción a plantear al juez la apertura de una pieza separada en la que indagar los cobros del presidente de la caja, quien ya está imputado en la causa principal que investiga el presunto falseo de las cuentas de la entidad por parte de la cúpula y la autoasignación de unos emolumentos a los que, según las acusaciones, no tenían derecho. Un procedimiento en el que comparte imputación con los exdirectores generales Roberto López y María Dolores Amorós y los exdirectores Vicente Soriano, Teófilo Sogorb, Francisco Martínez, Juan Luis Sabater y Salvador Ochoa.
Es en el marco de esta pieza separada, cuya apetura acordó el juez, en el que han sido citados a declarar como imputados todos los miembros de aquel consejo que si bien en entonces compartían reuniones, algún que otro viaje e incluso amistad, ahora llegan a su cita con el magistrado enfrentados y con denuncias sobre la supuesta falsificación de un acta en la que el asunto de las dietas se habría introducido con posterioridad a la reunión, donde una buena parte de los asistentes aseguran que el tema no se trató. Quienes esto mantienen son los mismos consejeros que llaman la atención sobre el hecho de que era el secretario del consejo, José Forner, y el secretario de actas, Juan Martínez-Abarca, los encargados de confeccionar el documento, que ninguno se preocupó de leer antes de dar su aprobación definitiva. Forner está citado para el miércoles mientras Martínez-Abarca no ha sido llamado por el momento.
Con la pretensión de adelantarse a las acusaciones de haber manipulado el acta que, casi con toda seguridad, le van a llover por parte de algunos de sus antiguos compañeros, Forner ha presentado esta misma semana un escrito en el juzgado donde involucra a toda la cúpula de la caja en la aprobación de las dietas: desde, lógicamente, el director general hasta la comisión de control pasando por el comité de dirección, la comisión de retribuciones y, por supuesto, el consejo de administración en pleno. Junto al escrito, Forner ha adjuntado también las actas del comité de dirección y de la comisión de retribuciones, que informó a favor de la remuneración, y la preacta de la reunión de aquel consejo (una especie de borrador-guión) en el que aparece la propuesta de que Crespo cobrara las dietas pero no la cuantía, en cuyo lugar aparecen puntos suspensivos. La explicación que Forner ha dado a estos puntos es que no dio tiempo a incorporar la cantidad porque la comisión de retribuciones, en la que se habría fijado, se celebró el día anterior.
Varios consejeros se apresuraron a aclarar que ese preacta no la habían visto en la vida.
