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Semana y media

Pesadilla cruenta

LUNES 6GRIPE ESPAÑOLA

España es primer titular de los informativos de todo el mundo por el primer caso de contagio del ébola fuera de Africa y la expresión de los locutores del resto de la aldea global insinúa que se ha reeditado la «gripe española». Que no era española, por cierto. Sin embargo, la OMS advirtió hace semanas que sería imposible evitar que la enfermedad saliera de África, no sólo España ha repatriado a sus nacionales afectados y el coordinador general de la ONU ha reconocido que no existía un plan de emergencia ya que era inimaginable esta situación. Hasta aquí los puntos comunes. En cuanto a las peculiaridades del caso de nuestra enfermera, forman una maqueta realista de este bendito país: una ministra que no sabe distinguir el virus de un elefante, una cadena de negligencias que conduce a una chapucera improvisación al no haberse previsto extensamente el riesgo cuando se produjeron las repatriaciones y, ante todo, el endoso de responsabilidades entre profesionales y políticos con el obsceno colofón de la prensa gubernamental que culpa a la enferma. La auténtica «gripe española».

MARTES 7MÁS QUE UNA NACIÓN

Harto de que las florituras jurídicas no parezcan hacer mella en Mas y con cada vez menos cartuchos en la canana, el Gobierno cree haber hallado el argumento definitivo para disuadirle: con una Cataluña independiente, el Barcelona no jugaría la liga. No es broma. Desde hace unos días, algunas portadas insisten sospechosamente en la eventualidad e incluso alguien sacó las cámaras a la calle para testar la opinión de los aficionados culés. Sus reacciones oscilaron entre la consternación y la incredulidad. Habiendo reducido la tragedia a farsa, es lógico que muchos estén dispuestos a dar la vida por la independencia pero no por un derby con el Real Madrid. Esto evoca el aforismo de Bill Shankly: «El fútbol no es una cuestión de vida o muerte: es mucho más importante». Las grandes ilusiones se desvanecen ante lo profano y no hay nada tan profano como un horizonte paupérrimo sin euro ni fútbol, el «panem et circenses» contemporáneo.

MIÉRCOLES 9UN LUJO IRRAZONABLE

La ministra Mato sigue un curso intensivo sobre enfermedades tropicales y ha encargado a su directora general que dé explicaciones en sede parlamentaria sobre el ébola. En Gran Bretaña existe la figura del subsecretario permanente de cada ministerio, un funcionario ajeno a los cambios de gobierno que asesora al ministro de turno. No sé si nuestra ministra aspira a que su «espantá» sea explicada como la importación de esta figura, pero debe perder toda esperanza. En primer lugar, los ministros británicos saben «algo» acerca de los temas de su competencia, incluso más en ocasiones que su subsecretario permanente (la directora general no debe temer nada al respecto); en segundo lugar, ningún ministro británico, ni siquiera el más inepto, osaría delegar en su subsecretario una comparecencia parlamentaria. Se consideraría una afrenta. El problema inherente a la ministra es que está incapacitada para el cargo desde mucho antes de que se descubriera el ébola.

JUEVES 10FIN DE EMISIÓN

A medianoche me despertó una salva de cohetes particularmente estruendosa y, tras dedicar algún pensamiento al pirotécnico, supuse que era el anuncio de la festividad autonómica, ese acontecimiento cuyo aspecto ha ido mudando de picnic festivo a rosario de la aurora con menguante número de creyentes. Confirmando esta inmensa distancia entre instituciones y plebe, alguien comenta por la tarde que la Generalitat ha ofrecido un batido de caquis en la recepción. El sarcasmo reside en que hace tres días Juan Cotino anunció que abandonaba el Titanic para dedicarse a cultivar precisamente caquis. De ser cierto, sólo los invitados de la oposición lo habrían probado porque el torrente de aguas residuales en que se ha convertido el PP sólo intenta salvar el ajuar ante el previsible desembarco del arca de Noé en la Generalitat. Ocurre que mientras Fabra era ignorado por los sospechosos habituales y Ximo Puig se relamía ante la desbandada, sus futuros socios han preferido perder tiempo y votos en una manifestación catalanista.

VIERNES 11ALERTA GALLEGA

Además de los anticuerpos y sueros que pretenden invertir la gravedad de la paciente en una incógnita macabra, Teresa Romero cuenta desde hoy con Rajoy, que por fin ha actuado con dos gestos reveladores de su personalísima forma de entender el concepto de «urgencia»: ha formado un comité de crisis dirigido por la vicepresidenta (la ministra definitivamente es historia) y ha visitado el hospital Carlos III. Allí ha declarado que «el riesgo de contagio es muy bajo». Bueno, también lo era hace una semana y esas son las cuentas que deberá rendir el Gobierno cuando todo esto sea una pesadilla cruenta. Hasta entonces, alguien podría indicar a los programas matinales de televisión que resulta incoherente exigir medidas preventivas para a continuación clamar contra el sacrificio del perro de la enferma o promocionarse como garantes de la información responsable mientras sus reporteros abordan a los vecinos de Teresa con preguntas tan ingenuas como «¿qué tal se encuentra hoy?».

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