En las salas de exposiciones de la Lonja del Pescado de Alicante podemos ver dos proyectos expositivos, de fotografía y vídeo. PhotoAlicante, en la sala A, nos presenta una selección de cuatro autores y un colectivo, resultado de las Becas AliBaBa, Murcia, bajo el título Extraños y habituales. Una fotografía que, desde las diferentes personalidades e intereses de sus autores, parte fundamentalmente del documento de la realidad, una tradición formal que, a lo largo de la historia y por su relación de origen con la pintura, busca la universalidad de la imagen, o lo subjetivo, lo coyuntural, desde la crítica, la ambigüedad de la captación fotográfica de un instante, figura o paisaje. Pero en las diferentes propuestas vemos un apego bastante acrítico a esta tradición formal documentalista, apenas encontramos cierta lectura de los referentes históricos que han influido en la fotografía: los constructivistas rusos, el contrapicado, el fragmento, la geometría, al servicio de una nueva visión de la sociedad. O la escuela alemana a partir de los Becher, en esa búsqueda de lo universal. Las obras de la Lonja en su mayoría buscan la plasmación de una historia social o individual a través de imágenes asumidas de la realidad. Solo en la caso de Mamadou, encontramos cierta manipulación plástica.
Resulta muy difícil desprenderse de ese carácter documentalista que define a la fotografía. Pero qué ha pasado, nos hemos quedado solo con el documento, algo de surrealismo, el collage? Con las nuevas tecnologías millones de personas crean imágenes, por lo que la dificultad radica en la selección que dé ese conocimiento sobre el arte, lo político, lo social.
En cuanto a la reflexión sobre la creación de la imagen como icono, nos preguntamos cual es la herencia de Warhol, cuya exposición en Bancaixa, Madrid, es una de las más visitadas. Warhol nos muestra a Mao o la silla eléctrica, a Marilyn y a Elvis Presley en la misma escala de valores, su concreción formal compite con los valores establecidos y reivindica su concepto de la imagen. En la sala de la Lonja no hay cuestionamiento de valores estéticos, formales, que son los más profundos, sino mero documento de lo evidente, no conmueve los resortes. Apenas unos guiños irónicos o críticos dentro de los registros que se definen en las redes sociales, donde la sobreexposición de la intimidad personal, sexual, de la denuncia política, se refleja de la manera más rápida y superficial, dado lo urgente del instante que se vulgariza por lo común.
El referente de Andy Warhol nos lleva a la sala C de la Lonja, al proyecto de video Tot el que veu es art. Pero cómo se interpreta a Warhol. Tenemos presente sus videos en los que las convenciones y el rigor de la disciplina cinematográfica están cuestionados, potenciando el retrato vivo de los personajes reales de la cultura contemporánea, como Duchamp. A partir de Warhol, todo el mundo con una cámara puede hacer arte. «Quiero ser una maquina», declara, para quitarle la dimensión dramática a la obra, pero no se desvincula de la historia del arte sino que la cuestiona, la reivindica.
En la exposición de la Lonja vemos diferentes utilizaciones del video, en una mezcla de lo documental, político, lo folclórico, la performance de tintes psicológicas, la instalación?. Destacamos las obras de Santi Delgado y Paco Valverde que responden a esa visión de lo intemporal, la pintura y la fotografía, aunque se vinculen a su momento por su concepto y utilización del video, un juego con el pasado y el presente.
Para un proyecto expositivo como este, que reivindica el espacio colectivo y de investigación, nos extraña encontramos con trabajos ya expuestos en el 2001 y 2011. Su disposición en la sala nos impide ver cada una de ellos en su dimensión, hay interferencias, debido al excesivo tamaño de varias instalaciones, realizadas para otros proyectos expositivos; lo que dificulta la lectura del proyecto.
